En plena puja por las demoradas definiciones de candidatos del Frente de Todos frente al cierre de listas de junio, en las próximas dos semanas la trastornada interna entre Cristina Kirchner y Alberto Fernández se jugará entre la arena regional y la agenda de los derechos humanos. Entre el lunes y el martes, el Presidente y la vicepresidenta brindarán, por separado, sendos discursos en el III Foro de Derechos Humanos que organizan el Ministerio de Justicia, bastión kirchnerista, y la CIPDH-Unesco, baluarte de tinte albertista, ante la primera plana del oficialismo y varios ex mandatarios latinoamericanos que viajarán especialmente a Buenos Aires. El evento será el paso previo al 24 de marzo, Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia, cuando el kirchnerismo copará las calles, nuevamente con la consigna contra la “proscripción” de su líder, mientras el primer mandatario se encuentre en Santo Domingo, República Dominicana, en la XXVIII Cumbre Iberoamericana de Jefes y Jefas de Estado.
Alberto Fernández, que aún se encuentra recluido en Olivos tras su intervención en la columna, estará encargado de dar apertura a la tercera edición del Foro de DD.HH. en el CCK, el lunes a las 18, sin la vicepresidenta. 24 horas después, Cristina Kirchner encabezará, en el mismo lugar, el postergado encuentro del Grupo de Puebla para defenderla de la “proscripción” luego de la condena de Vialidad. A su vez, el Presidente, a pesar de que fue invitado como integrante estrella del organismo regional, no estará presente en ese mítin eminementemente K. Más de su estado de salud, no irá por motivos políticos, en el contexto de enfrentamientos cada vez más profundos en la coalición oficialista de cara a las elecciones primarias.
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El sub encuentro del martes, presentado con un nombre que no deja lugar a dudas sobre su orientación -“Voluntad Popular y democracia: del partido militar al partido judicial”-, estaba previsto para diciembre pasado, pero debió postergarse cuando Cristina Kirchner se contagió coronavirus. En ese momento, se especuló con que el motivo de fondo era que no quería coincidir con su ex delfín electoral. El acto empezará a las 17, en el salón de la Ballena Azul, en lo más alto del fastuoso CCK. Primero hablarán los principales ex mandatarios de la “Patria Grande”, afines en su momento a Néstor Kircher y actuales aliados de la ex presidenta: Evo Morales (Bolivia), Rafael Correa (Ecuador), José Luis Rodríguez Zapatero (España), Ernesto Samper (Colombia). Y a las 19 será el turno de Cristina Kirchner, que cerrará el cónclave gestado a su favor.
El edificio donde funcionaba el Correo, a tres cuadras de la Casa Rosada, se transformará así en un fuerte político erigido contra la “proscripción” de la vicepresidenta. Habrá, también, miembros de Consejo Latinoamericano de Justicia y Democracia (CLAJUD), creado dentro del Grupo de Puebla para trabajar el “lawfare”, donde trabajan, entre otros, el jurista cercano a Cristina Kirchner, Baltasar Garzón, y la ex ministra de Género y abogada de Milagro Sala, Elizabeth Gómez Alcorta, que dejó con fuertes críticas el Gabinete de Alberto Fernández hace pocos meses.
Está previsto que los ex presidentes acompañen a Cristina Kirchner en el escenario, para generar una imagen de contención y apoyo férreo regional para la vicepresidenta. Y el resto del auditorio estará ocupado por representantes K de la primera hora. La lista de miembros del círculo de confianza de la vicepresidenta que participará aún no está confirmada, con excepción del senador Oscar Parrilli, que figura como invitado de honor junto a escritores, juristas y académicos en las gacetillas de prensa del evento. El diputado y jefe de La Cámpora, Máximo Kirchner; el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro; y el ministro de Desarrollo Comunitario bonaerense, Andrés “Cuervo” Larroque, por ejemplo, todavía no confirmaron si irán.
También habrá representantes del sector moderado, se informó. Y aunque Cancillería no confirmó si mandará a alguien, por caso sí estará el ecuménico diputado nacional Eduardo Valdes, de buen vínculo con Alberto Fernández y llegada al sector K.
Además de los esperables cuestionamientos a la Justicia y a sus vínculos con la oposición de Juntos por el Cambio, la audiencia, presencial y virtual, estará pendiente de cualquier alusión, aunque sea de refilón, al tema que desvela a propios y ajenos con respecto a CFK: su eventual candidatura. Hace 9 días, durante su presentación en la Universidad de Río Negro, la vice esquivó el tema, y se limitó a sonreir cuando la militancia entonó el ya clásico “Cristina Presidenta”. Y ahora, de cara al plenarios en el CCK, desde los despachos afines en la Cámara alta y en el Instituto Patria aseguraron que no será diferente.
El encuentro, aunque con matices, tiene evidentes puntos en común con los actos con la marca “Luche y Vuelve, CFK2023″ que empezó a montar La Cámpora junto La Patria es el Otro, la nueva organización del ex secretario general camporista, Andrés “Cuervo” Larroque, por el objetivo de pedirle a su líder política que sea candidata a presidenta a pesar de que ella dice que considera que la Justicia, al condenarla en primera instancia, se lo impide desde el punto de vista potencial, y político.
Pero en el entorno de la presidenta del Senado aseguran que “nada cambió” desde que su jefa política dijo, desde un escenario en Avellaneda hace más de dos meses, que no se presentaba porque estaba proscripta. Juran que la “lucha” contra su supuesta inhabilitación por animosidad política del “partido judicial” no está necesariamente vinculada con su postulación, sino con la legitimidad de las próximas elecciones. “Ella sólo pelea por su inocencia. Pero no está diciendo: ‘voy a ser candidata’”, aseguró un asesor.
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Más allá de su situación judicial en lo personal, justifican la pelea del espacio político para que pueda presentarse con argumentos basados en la buena salud del régimen político. “Las únicas dos experiencias democráticas en la historia argentina donde se celebraron elecciones con un sector de la política proscripto terminaron en Golpes de Estado, con (Arturo) Frondizi y (Arturo) Illia, que participaron con Perón proscripto. Si se juega así, se juega con una democracia debilitada”, analizó un funcionario afín.
Lula da Silva, que integraba el bloque ideológico desde Brasil en los años de esplendor del kirchnerismo, no asistirá, a pesar de que, confirmaron desde el Foro, fue convidado. Si bien es miembro del Grupo de Puebla, durante su campaña, y desde que tomó el mando del Ejecutivo por tercera vez, el líder brasileño toma distancia de las cumbres y encuentros más ideologizados. En el Instituto Patria, algo preocupados, atribuyeron su ausencia a la presión que, dicen, ejerce Estados Unidos sobre su mandato. En enero, cuando el líder del Partido de los Trabajadores eludió visitar a Cristina Kirchner en el Senado durante su visita a Buenos Aires para participar de la Cumbre del Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), cerca de la vicepresidenta habían esgrimido la misma teoría.
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La organización del acto del martes quedó en manos exclusivamente del staff que organiza todos los eventos de Cristina Kirchner, en una muestra más de que no será una invitada, sino la protagonista. Durante el sábado, sus soldados aún debatían si llevar militancia a la calle. Sopesan la conveniencia de transformar un evento de tinte institucional, regional, en un acto con bombos y platillos, principalmente por cuestiones de seguridad. En principio, quienes participaron de las conversaciones dijeron que no debería esperarse un gran despliegue en los alrededores de Corrientes y Paseo Colón. Y en las bases, las organizaciones kirchneristas aseguraron que, en principio, recibieron la orden de no movilizar. Pero nada impide que haya un cambio de planes entre hoy y mañana.
Ambos cónclaves, en el Foro, se realizan en un momento de alta ebullición en el oficialismo, que tiene una larga lista de eventuales precandidatos presidenciables, pero ninguno firme. Alberto Fernández estira los tiempos mientras coquetea con la posibilidad de ir por la reelección, mientras crece la impaciencia del kirchnerismo, que considera que estira la definición para ganar tiempo; “Wado” De Pedro espera una señal de Cristina Kirchner; la vicepresidenta permite que los propios le pidan a los cuatro vientos que se presente; y el gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, da muestras de sus intenciones, pero no se lanza. El único que dijo con todas las letras que va a ser candidato en las PASO es el embajador de Brasil, Daniel Scioli.
La organización del Foro de DD.HH. se dividrá entre cristinistas y albertistas, con preponderancia de los primeros. Es organizado por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, que conduce el filo-kirchnerista Martín Soria, y donde tiene una participación preponderante el secretario ultra K Horacio Pietragalla. Pero también interviene el Centro Internacional de Derechos Humanos (CIPDH) de la Unesco, que conduce Fernanda Gil Lozano, funcionaria afín a Alberto Fernández.
En el Gobierno consideran el Foro como un evento “más allá de la grieta interna” y señalan que la multiplicidad de eventos que se preparan aportará a esa difícil “diversidad política” en el escenario de desgarradores enfrentamientos. Si bien los platos fuertes, como la apertura y el encuentro del Grupo de Pueblo, serán en el CCK, habrá 1000 paneles durante cinco días, en las sedes del Espacio Memoria y Derechos Humanos (ex ESMA), de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires, y de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA).
El corolario de las jornadas será el 24 de marzo, una fecha que sin dudas será copada por el kirchnerismo. Alberto Fernández, que viajará a la Cumbre Iberoamericana, ni siquiera estará en el país. Y el ala dura del FDT prepara una marcha masiva donde, si bien intentarán disimularlo luego del enojo de los organismos de DDHH, inclusive los más afines, la principal consigna será la lucha contra la proscripción de su jefa.
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