En medio de la interna feroz que vive Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich tomó una decisión arriesgada para presionar a su contrincante partidario en la carrera presidencial: no le dará su boleta presidencial a los candidatos a jefe de Gobierno impulsados por Horacio Rodríguez Larreta ni a Martín Lousteau, postulante de la Unión Cívica Radical (UCR). Es decir, la presidenta del PRO se inclinó por llevar como candidato porteño sólo a Jorge Macri.
Esta táctica fue materia de deliberación por su equipo político y la ex ministra de Seguridad no lo dudó: no concibe que el PRO pueda perder la Ciudad con el radicalismo, a manos de Lousteau y, desde ese prisma, veta el acuerdo larretista con el Comité porteño. Bullrich está convencida de que Rodríguez Larreta sacó tres candidatos de su riñón a jefe de Gobierno con el propósito de dividir el voto del PRO en las PASO y beneficiar a Lousteau: Con el PRO fragmentado, el senador nacional tiene chances de imponerse en la interna de JxC en la Ciudad.
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En un espejo con su estrategia en la provincia de Buenos Aires, el bullrichismo pretende que Bullrich sea candidata a presidenta y en sólo lleve a Jorge Macri como postulante por la sucesión de Uspallata. Con esa idea buscan presionar a Rodríguez Larreta para que no divida el voto del PRO y para evidenciar el presunto pacto con Lousteau.
Esa jugada puede beneficiar a Jorge Macri, no obstante puede ser riesgosa para Bullrich. Ya que la presidenta del PRO pierde así la posibilidad de que más de un candidato porteño le traccionen votos a su postulación presidencial. Por su parte, Rodríguez Larreta niega un acuerdo con Lousteau para entregarle la Ciudad a los radicales. Al contrario, se manifiesta a favor de los candidatos porteños del PRO (incluido el primo del ex Presidente). De todos modos, no se inclina aún -en público- por ninguno, aunque entre sus allegados no oculta su preferencia por Fernán Quirós.
El ministro de Salud de la Ciudad es uno de los tres candidatos puros del larretismo. Los otros dos son Soledad Acuña, ministra de Educación, y Emmanuel Ferrario, vicepresidente 1° de la Legislatura porteña. Quirós es el más instalado y con mejor intención de voto (entre los larretistas). De todos modos, corre por detrás de Jorge Macri, quien de momento es el mejor posicionado en los sondeos.
De todos modos, en el laboratorio político de Uspallata, con sede en la calle Olazábal del barrio de Núñez, sostienen que Quirós tiene “buena proyección” para “crecer en su posicionamiento”. En contraste, el larretismo analiza que Jorge Macri “mide bien pero está estancado en los sondeos”. En el campamento electoral del intendente de Vicente López en uso de licencia se desmarcan de esas observaciones. “No discutimos más de encuestas. Dimos por finalizada esa etapa”, deslizan en la intimidad los operadores jorgemacristas y sentencian: “Ahora la discusión es política”.
Jorge Macri apuesta a ser el candidato de unidad del PRO. Para eso, el macrismo y el bullrichismo presionan a Rodríguez Larreta para que baje las candidaturas de sus tres postulantes porteños. El alcalde de la Ciudad resiste esos embates: considera que aún hay tiempo para ordenar la oferta electoral porteña y, hasta tanto haya acuerdo, permitirá que sus candidatos avancen en sus campañas.
En este contexto, Quirós continuará con sus acciones de campaña. Al mismo tiempo, espera que Rodríguez Larreta exteriorice la bendición pública de su candidatura. El médico se niega a confrontar con Jorge Macri y con Lousteau y pretende ser el candidato único del PRO.
Quienes asisten al ministro de Salud en su estrategia son Juan Pablo Graña -actual jefe de asesores de Felipe Miguel-, como coordinador de campaña; Juan Maquieyra, secretario general del PRO y hermano del diputado nacional de La Pampa; Roberto Gigante, ex ministro de Infraestructura de María Eugenia Vidal, es quien acercó a Quirós al Gobierno porteño. También lo asesora Federico Di Benedetto, estratega de Uspallata.
Desde la semana pasada, Quirós mudó su equipo de campaña a la sede del PRO en la Ciudad, en la calle Tacuarí. Es un movimiento que objetó Jorge Macri porque discrepa con que al médico le cedan las oficinas partidarias.
En las últimas dos semanas, Quirós sumó fotos con Vidal, Elisa Carrió y Rodríguez Larreta. El gran óbice a su candidatura sigue siendo Mauricio Macri, quien respalda a su primo Jorge y obtura al sanitarista.
Por su parte, Acuña y Ferrario seguirán con sus respectivas acciones de campaña, aunque aún corren por detrás de Quirós. La ministra de Educación prepara un anuncio educativo para la semana que viene, que lo hará junto a Rodríguez Larreta. A su vez, Acuña continúa trabajando para tender puentes con el macrismo y el bullrichismo y ungirse como la candidata de unidad del PRO. No será fácil. Ferrario hace su juego, centrado en aumentar sus niveles de conocimiento en el electorado y de liderar la renovación política en el PRO y en la Ciudad. Es el más joven de los candidatos porteños.
Otro de los puntos claves en la interna porteña de JxC es el acercamiento entre Bullrich y Ricardo López Murphy. El economista ratificó que será candidato a jefe de Gobierno de la Ciudad y ayer expresó que apoyará a la ex Ministra de Seguridad como candidata a presidenta.
Lo curioso es que ese movimiento no genera reciprocidad. Bullrich agradece el respaldo de López Murphy pero no lo apoya en Ciudad: “Nosotros vamos a bancar a dirigentes de mi partido”. Y la decisión está tomada: sólo le darán la boleta presidencial a Jorge Macri.
La estrategia de López Murphy tensó su relación política con Roberto García Moritán. Es que el legislador de la Ciudad tiene la misma ambición electoral: ser el candidato liberal de JxC que dispute la jefatura de Gobierno.
García Moritán tenía previsto para hoy el lanzamiento de su candidatura a jefe de Gobierno. Pero lo pospuso y su decisión deberá esperar por la táctica de López Murphy. Un dato relevante es que Republicanos Unidos, partido de estos dos dirigentes, es que el lunes tendrán una asamblea partidaria. Allí definirán las reglas para elegir a los candidatos a las alianzas nacionales y subnacionales. La pata liberal de JxC recalcula y busca acomodarse dentro de la interna opositora. La moneda está en el aire.
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