El acto en el que fue distinguida la vicepresidenta Cristina Kirchner con el doctorado “Honoris Causa” en la Universidad Nacional de Río Negro, en Viedma, pasó con el afecto de sus seguidores, la crítica de sectores opositores provinciales y hasta el repentino abandono del acto por parte de la gobernadora, Arabela Carreras.
Carreras había recibido a CFK en el aeropuerto Gobernador Castello junto al senador nacional Martín Doñate y al intendente de Viedma, Pedro Pesatti. Los cuatro llegaron juntos a la sede universitaria a las 18:23, cantaron el Himno Nacional y, cuando la locutora hacía la formalidad de las presentaciones al nombrar a la mandataria rionegrina, ésta fue silbada y abucheada desde un sector de la concurrencia cuando las autoridades todavía no habían hecho ingreso al escenario.
Así, sin haber comenzado el acto, la Gobernadora decidió irse al entender que hubo un gesto de agravio al que luego fue considerado “innecesario” por un sector del público claramente enrolado en el kirchnerismo y que aun con los acuerdos políticos existentes en la provincia entre el Partido Justicialista y el gobernante partido Juntos Somos Río Negro, al que pertenece Arabela Carreras, los abucheos ocurrieron igual.
Junto a la mandataria se fueron todos sus funcionarios que también habían concurrido al acto, lo que denotaba un clima de concordia hasta ese momento. Lo que molestó en realidad fue que los silbidos y gestos de reprobación ocurrieron en un acto institucional y cuando se hicieron las consultas de rigor se respondió que de haberse quedado se habría convalidado la naturalización de la intolerancia.
Apenas arribó CFK a Viedma, Carreras le entregó un presente que consistió en una bandera de Río Negro hecha por una artesana de la provincia y una declaración de “Huésped de Honor”.
Con la salida de la mandataria y su gabinete las primeras filas del acto quedaron vacías y no hubo expresión alguna ni de la ex Presidenta ni de las autoridades universitarias.
El acto transcurrió con la introducción realizada por parte del rector de la Universidad de Río Negro, Anselmo Torres, quien destacó algunos de los fundamentos por los cuales se declaró a la vicepresidenta con la distinción “Honoris Causa”, entre los cuales mencionó el impulso que en su presidencia le dio a la creación de la casa de altos estudios. Tanto Torres como CFK omitieron mencionar al ex senador Miguel Pichetto, otrora considerado todo un hacedor de la Universidad Nacional de Río Negro.
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La disertación de Cristina fue seguida atentamente por un auditorio de aproximadamente 900 personas en el interior del polideportivo universitario, con un calor que con más de 30 grados se hizo sentir. El público, tal como lo había mencionado el rector Torres a Infobae el jueves era un 80% de población universitaria: docentes, no docentes, autoridades y comunidad científica. El 20 por ciento restante se dividió entre representantes de agrupaciones políticas de diferentes localidades rionegrinas, invitados especiales e incluso varios intendentes rionegrinos también invitados.
La Vicepresidenta fue interrumpida en diferentes oportunidades de su alocución, la mayoría para cantar “Cristina Presidenta” al ritmo del estribillo de “It’s A Heartache”, de Bonnie Tyler.
Aun cuando la distinción y la conferencia magistral de la ex mandataria todavía no habían terminado, desde Cambia Río Negro, la versión provincial de Juntos por el Cambio, expresaron su crítica: “la Universidad de Río Negro se convirtió en una Unidad Básica en vez de estar formando profesionales. Una institución que debería estar formateando a profesionales para mejorar el futuro de todos, se dedica a homenajear a una ex mandataria nacional procesada y condenada por la justicia”, dijo el movimiento liderado por el cipoleño Aníbal Tortoriello.
Cuando terminó el acto, 1 hora y 10 minutos después del inicio de la disertación de la Vicepresidenta el operativo retorno al aeropuerto fue dispuesto por el personal de seguridad, que de inmediato quiso subirla a la camioneta cuando los últimos claros del sol abrían el telón de la noche. La ex mandataria desoyó el consejo de su custodia y se acercó a la militancia que la vitoreaba afuera, en el perímetro del polideportivo universitario, pidió un micrófono y saludó improvisando una evocación al 7 de marzo último, fecha en que la comarca Viedma-Carmen de Patagones recuerda el combate del poblado en 1827 contra el imperio del Brasil. Antes de arribar al acto, el intendente viedmense, Pedro Pesatti le había resumido en el trayecto esa gesta nacional que poco se conoce en la historia nacional. Asimismo, ante la militancia se reconoció “patagónica”, por sus años en Santa Cruz junto a Néstor Kirchner.
El saludo duró un par de minutos y allí sí abordó el vehículo que la trasladó nuevamente al aeropuerto de la capital rionegrina ante un dispositivo de seguridad que este viernes se incrementó y llegó a 400 efectivos, de acuerdo a datos proporcionados por la propia Policía de Río Negro.
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