La Legislatura porteña se prepara para votar hoy la eliminación del impuesto a la tarjeta de crédito luego del anuncio oficial del jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), Horacio Rodríguez Larreta. Se espera un tratamiento rápido que exige construir puentes de diálogo con los partidos opositores.
Meses después de que la Corte Suprema de Justicia hiciera lugar a la medida cautelar presentada por la gestión porteña y ordenara al Estado transferir el 2,95 por ciento de los fondos coparticipables, Larreta confirmó su decisión de quitar “inmediatamente” el tributo. “Los vecinos no pueden esperar los tiempos de la política y yo no voy a quedarme quieto viendo cómo un Gobierno, que quiebra las instituciones, toma de rehén a los argentinos”, argumentó durante una conferencia de prensa el martes pasado.
Así, ese mismo día se envió el proyecto a la Legislatura porteña para que se elimine el impuesto a las tarjetas de crédito y se fijó a este jueves como la fecha para su tratamiento. El debate comenzará cerca de las 11:30 y será la primera sesión ordinaria del año. Según pudo conocer Infobae, se tratará sobre tablas, puesto que no pasará por las comisiones.
Este debate obliga a trazar ciertos consensos dentro de la Legislatura, puesto que, al tratarse sin dictamen previo, este proyecto necesita el voto de dos tercios del cuerpo. Juntos por el Cambio cuenta con el 32 de los 60 legisladores, por lo que deberá conseguir el apoyo de al menos ocho miembros de otras bancadas.
Esto obligó al vicepresidente de la Legislatura, Emmanuel Ferrario, y al presidente del bloque oficialista porteño, Diego García Vilas, a construir puentes con los partidos opositores.
De igual forma, el Frente de Todos y La Libertad Avanza ya habían hecho sus propias presentaciones para terminar con el impuesto, pero, en ese momento, Juntos por el Cambio fue el que no prestó el acompañamiento.
En esta oportunidad, el Frente de Todos, por su parte, adelantó que apoyará el proyecto que se financiará con los casi 10 mil millones de pesos de superávit fiscal previstos en el Presupuesto porteño para el 2023. Sin embargo, la bancada aclaró que considera que la decisión de dar marcha atrás con el cobro de esta tasa impositiva se debe a “los tiempos de la campaña electoral”. El jefe de Gobierno porteño, por otro lado, argumentó que una disminución en el impuesto “beneficia a los ciudadanos”.
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Esta carga fiscal se implementó en 2020 en un intento de la Ciudad por mantener el nivel de sus ingresos tras el recorte del Gobierno nacional de los fondos coparticipables que enviaba al territorio porteño, situación que desembocó en un conflicto judicial entre el Ejecutivo y la administración de Larreta.
Pese a que se convocaron varias audiencias, en ninguna se llegó a un acuerdo entre las partes, lo que llevó a la Corte a fallar a favor de la Ciudad. Sin embargo, el conflicto persiste, ya que el Gobierno se niega a transferir la diferencia de los fondos coparticipables. Hasta el momento, continúa enviando lo que corresponde al 1,4 por ciento, cifra que estableció el presidente Alberto Fernández durante su primer año de gestión.
Para acatar la resolución, el Ejecutivo ofrece pagar en bonos, pero no es un método válido para la administración de Larreta. De esta manera, el Estado acumula una deuda de 45 mil millones de pesos con la Ciudad de Buenos Aires, que aumenta conforme pasan los días. “Se reciben unos $500 millones por día, en promedio, y deberían ingresar $1100 millones”, precisó un funcionario a Infobae.
Por esto mismo, mientras los legisladores de Juntos por el Cambio se apuraban por construir puentes de diálogo con la oposición, la gestión porteña solicitó a la Corte que se embargue la cuenta del Banco Nación por la resistencia de la Nación a cumplir el fallo sobre la coparticipación.
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