Las internas provinciales de Juntos por el Cambio (JxC) recrudecen a medida que se avecinan los cierres de listas. El calendario electoral de este año arroja que al menos 15 provincias tendrán sus elecciones desdobladas del comicio nacional. En este escenario, cada territorio atiende su juego.
Por estas horas, Tucumán es otro de los distritos en donde la oposición enfrenta negociaciones frenéticas para evitar una ruptura. El peronista Germán Alfaro, intendente de San Miguel, es el candidato respaldado por parte del PRO nacional. Compite contra el diputado nacional Roberto Sánchez, postulante de la Unión Cívica Radical (UCR). La provincia tiene elecciones el 14 de mayo y la oposición disputará la gobernación contra la fórmula oficialista conformada por Osvaldo Jaldo y Juan Manzur.
Según el calendario electoral provincial, la fecha para la presentación de alianzas fue el 6 de marzo. Y el 12 de abril es el tiempo límite para el cierre de listas (cuando se presentan las candidaturas). Sin embargo, se estableció un plazo de 72 horas para ultimar detalles. El problema es que JxC en Tucumán no tiene problemas con los detalles, sino con cada lugar de la lista.
Alfaro y Sánchez pretenden ser candidatos a gobernador de la oposición y no están dispuestos a bajarse. Ambos tienen diferencias políticas y el diálogo es casi nulo. En Tucumán no hay PASO y eso dificulta los acuerdos. En estos momentos, los operadores políticos de Horacio Rodríguez Larreta y de Patricia Bullrich intentan mediar y tender puentes con el radicalismo para llegar a un acuerdo.
Quien también tuvo un rol activo fue el propio Mauricio Macri, que sigue todo atentamente desde Europa, donde se encuentra de gira hasta el 20 de marzo. El ex presidente impulsa la candidatura de Alfaro y quiere que Sánchez deponga su postulación. El radical se negó y las negociaciones se tensaron.
Alfaro gobierna la capital tucumana desde el 2015. Antes había sido legislador nacional. En tanto que Sánchez es el líder de la UCR de Tucumán, gobernó la ciudad de Concepción hasta el 2021 y desde entonces es diputado nacional. Uno de los impulsores y operador político de la candidatura de Sánchez es José Cano, ex diputado nacional. El odontólogo aspira a ser intendente de San Miguel y ese es otro de los puntos de disputa.
El lunes hubo negociaciones y discusiones hasta altas horas de la noche. El reloj presionaba y a las 20 debían presentar ante la justicia local las alianzas. Tanto Alfaro como Sánchez tienen sus propios partidos (y frentes). Al no mediar acuerdo, tienen plazo hasta el jueves para buscar un punto en común.
Un dato relevante en este contexto es que el PRO intervino el partido provincial para pulsear la interna tucumana desde el nivel nacional. Ramiro Beti, presidente del PRO tucumano, cedió temporalmente la conducción. El partido amarillo acordó una doble intervención: Pablo Walter, operador político del bullrichismo en Tucumán, y Marcelo Wechsler, como armador del larretismo en un grupo de provincias del norte.
Mientras tanto, Damián Arabia, a cargo del armado federal de Bullrich, y Eduardo Macchiavelli, que lidera la estructura larretista en el interior, tienden puentes en el PRO y con el radicalismo para evitar la ruptura. Por estas horas, en Tucumán dan casi por hecha la fractura de JxC. No obstante, el PRO insistirá hasta última instancia para unificar los frentes.
Una de las alternativas para apaciguar la interna es hacer que los frentes se unan y definir luego al candidato mediante una encuesta. Es una idea que surge a nivel nacional, pero que no convence ni a Alfaro ni a Sánchez.
Uno de los puntos que obtura los acuerdos es que, de bajarse, Sánchez aspira a poner al candidato en San Miguel, la ciudad más poblada de la provincia. Alfaro lo resiste y contraataca: pretende ungir alfiles suyos en Concepción y Yerba Buena, dos provincias radicales.
Luego del jueves, las negociaciones seguirán hasta el 12 de abril, fecha del cierre de listas. Sin embargo, esta semana se sabrá si se consolida o no la escisión provincial de la oposición.
Algo similar le ocurre a JxC en otras provincias. Principalmente Mendoza. Se trata de un territorio donde la interna arde y escaló a nivel nacional. El radicalismo impulsa la candidatura del senador Alfredo Cornejo y el larretismo defiende la postulación del diputado Omar de Marchi.
El diputado larretista está decidido a competir por fuera de Cambia Mendoza, para evitar ir a una PASO contra el cornejismo. Si eso sucede, el PRO nacional pretende intervenir el partido local. Al igual que en Tucumán, la ruptura en Mendoza también es prácticamente un hecho.
Distinto es el caso de Córdoba, donde el senador Luis Juez y el diputado Rodrigo De Loredo tienen diferencias, pero conservan el diálogo. Ambos aspiran a la gobernación. Juez con el respaldo de Larreta y parte de la UCR. De Loredo es el candidato de Evolución, espacio de Martín Lousteau. Y también lo apoyan Macri y Bullrich.
Los dirigentes cordobeses acordaron hacer una encuesta para definir quién será el candidato. Porque en esa provincia tampoco hay PASO. El ganador peleará la gobernación y el segundo competirá por la intendencia del distrito capital. Juez parte como favorito en las encuestas. Se trata de una provincia clave para la oposición y buscarán conservar la armonía.
Tucumán, Mendoza y Córdoba son un espejo de lo que le sucede a JxC en otras provincias, como Neuquén, Chubut, Tierra del Fuego, Salta. En la oposición temen que las internas locales devengan en derrotas provinciales ante el peronismo. Desde las provincias hacen su juego y exigen que lo primero a ordenar es la pelea presidencial de la coalición: algo que no da indicios de tener solución en el corto plazo.
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