A pesar de la histórica disputa que existe entre el Reino Unido y la Argentina por la usurpación de las Islas Malvinas y el constante reclamo internacional por su soberanía, las autoridades de Brasil continúan permitiendo el ingreso de barcos de la marina británica a su territorio.
Recientemente, se supo que el HMS Forth, un moderno buque que desde el 2020 está destinado al patrullaje de ese archipiélago por orden de las autoridades en Londres, estuvo de visita en el país vecino, donde su tripulación disputó un encuentro deportivo amistoso con sus pares locales.
“Recientemente, tuvimos la suerte de enfrentarnos a nuestros homólogos brasileños en un partido de fútbol. ¡Ambos equipos jugaron bien, pero la Marina Real se llevó la victoria esta vez! Esperamos con ansias nuestro próximo partido”, se precisó en la cuenta oficial de Twitter del navío.
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Esta no es la primera vez que este barco llega al continente sudamericano: en octubre del 2022 viajó hasta Río de Janeiro para participar de prácticas militares conjuntas con naves de las marinas de distintas naciones, en el marco de los ejercicios Unitas, que Estados Unidos realiza desde hace 63 años con fuerzas armadas de la región y de otras partes del mundo.
En aquella oportunidad, el Forth incluso se prestó para una revisión de la flota inspeccionada por el entonces presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien durante su mandato tuvo una relación tensa con su homólogo argentino, Alberto Fernández.
A pesar del cambio de gobierno y la asunción de Lula da Silva, más cercano al actual líder de la Casa Rosada, quien lo considera “un entrañable amigo”, el buque británico sigue ingresando al continente latinoamericano.
En noviembre del 2022, el buque también iba a participar de la Exponaval en Valparaíso, Chile, pero finalmente no recibió la autorización por parte del gobierno de Gabriel Boric, quien prefirió evitar un conflicto diplomático con Buenos Aires.
En diálogo con Infobae, el ex embajador en Brasil Juan Pablo Lohlé explicó que, “diplomáticamente, lo que sucede es que la Argentina acuerda restringir la movilidad de los barcos británicos mediante acuerdos de buena vecindad con los miembros del Mercosur, pero no es algo que esté legislado”.
“Acá no hay una alteración de la norma internacional. Esto pasa todo el tiempo con barcos y aviones no sólo en Brasil, sino en todos los países limítrofes, también en Chile, Uruguay y Paraguay”, advirtió.
Para el ex funcionario, esto ocurre “por la debilidad argentina que existe desde el punto de vista de la política internacional, que hace que las naciones vecinas digan una cosa y en la práctica hagan otra”, por lo que la Casa Rosada “tiene poco para reclamar”.
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“Yo siempre digo que estamos jugando un partido, en lo que respecta a la diplomacia, que yo llamo ‘a la bartola’, porque tiramos la pelota para cualquier lado, pero de las que tenemos que ir a buscar, no encontramos ninguna”, lamentó.
Para Lohlé, este tipo de situaciones, “cuando las relaciones con los otros países no es muy buena, suelen pasar, y cuando son un poco mejores, pasa menos”, pero la Argentina “no tiene ningún peso regional para impedirlo”.
“La pregunta que también cabe hacerse es cuál es la relación entre la Marina de Brasil y la de Gran Bretaña, porque Lula no está del todo conforme con lo que ocurre en el ámbito militar, de hecho, ha cambiado a algunos miembros de la cúpula de las Fuerzas Armadas”, cerró.
El conflicto por el HSM Forth se da, además, luego de que el canciller Santiago Cafiero comunicara que el país daba por terminado el denominado pacto “Foradori-Duncan”, que establecía un entendimiento para la explotación de los recursos naturales en las Islas Malvinas para “promover el crecimiento económico”.
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