El canje de la deuda que impulsa el ministro de Economía, Sergio Massa, disolvió las diferencias internas que sacuden al Frente de Todos y a Juntos por el Cambio y agudizaron la tensión entre las coaliciones que se disputan el poder. La coalición de gobierno cerró filas para defenderla y la oposición hizo lo propio para denostarla. Se trata de una delicada operación financiera que involucra bonos por más de 12 billones de pesos y que son, quizás, la más pesada e inevitable herencia que recibirá el presidente que asuma el 10 de diciembre.
En el déficit fiscal crónico y creciente -lo único permanente que tiene el Estado, gobierne quien gobierne- las dos alianzas que se repartieron el Ejecutivo en Argentina desde hace una década no lograron establecer un espacio mínimo de diálogo y acuerdo para dejar afuera de la discusión electoral un tema tan sensible como el crédito público y la gestión de los vencimientos del monumental pasivo que arrastra el Tesoro.
La responsabilidad mayor, claro, es del gobierno, encabezado por un presidente, Alberto Fernández, que inauguró hace cinco días las sesiones ordinarias del Congreso descalificando a los opositores, a la Justicia, a los medios de comunicación y a oscuros empresarios. Apenas se anunció el canje de deuda, las rencillas en Juntos por el Cambio quedaron atrás y se orquestó una reacción destinada a torpedear el objetivo principal del Palacio de Hacienda, que es despejar vencimientos que son, en los hechos, una carrera de obstáculos hasta las elecciones.
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La iniciativa, de acuerdo a lo que anticipó ayer Infobae, contempla patear los vencimientos hasta el 2025, mediante un canje de bonos por nuevos papeles: “El 80% ajustarán por CER y un 20% serán bonos duales, que brindarán cobertura ante un salto del tipo de cambio oficial”, adelantó el fin de semana Pablo Wende.
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La oposición no sólo difundió un comunicado sino que los principales economistas del PRO, Hernán Lacunza, Luciano Laspina y Guido Sandleris, que responden respectivamente a Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich y Mauricio Macri, fustigaron con dureza la propuesta y hablaron de “una operación vil y ruinosa” y que el canje crearía un “seguro de cambio” para los bonistas.
Los tres economistas publicaron en sus cuentas los mismos tres tuits con cuestionamientos que, más allá de la opinión desde la academia -si las herramientas elegidas son buenas, malas, óptimas o deficientes- incluyeron una virtual advertencia a los acreedores: “Violaría el artículo19 de la Carta Orgánica del Banco Central y principios de Ley de Administración Financiera”.
“Quieren el default”, expresó Jorge D’Onofrio, uno de los massistas más duros en rechazar el comunicado de Juntos por el Cambio. No fue el único. En tropel, funcionarios, dirigentes y militantes del Frente Renovador cargaron contra JxC y señalaron a Mauricio Macri como la mano detrás de esa reacción.
El director del Banco Provincia y cuñado de Massa, Sebastián Galmarini, también por Twitter, disparó: “¡Díganlo sin vergüenza! Quieren que explote Argentina no solo por especulación electoral contra el gobierno. También hacen negocios. Desean que no se paguen las deudas en pesos, se devalúe la moneda y se descontrole la inflación, al mismo tiempo que pierde valor el salario”.
Salieron después del comunicado del Interbloque de senadores del Frente de Todos que acusó a la oposición de “sembrar zozobra e incertidumbre ante cada decisión del Gobierno Nacional e incluso ante cualquier posible determinación económica”. “Parece que sólo buscan que Argentina estalle”, advirtieron los legisladores que integran la Cámara alta.
“Volvemos a reclamar responsabilidad y seriedad a los bloques legislativos de Juntos por el Cambio, cuyo gobierno, en cabeza de Mauricio Macri, fue el causante de quebrar a la Argentina y del retorno del Fondo Monetario Internacional, con una deuda impagable que va a condicionar por décadas la política económica del país”, agregaron.
Las principales espadas de Cristina Kirchner en el Senado, Juliana Di Tullio y Anabel Fernández Sagasti, dejaron expreso acuerdo con el comunicado difundido por la cuenta oficial de los senadores oficialistas. Con sendos retuits, explicitaron un aval del que no puede estar ajena la vicepresidenta.
Deuda, interna y viceversa
La decisión de activar el canje de deuda ya se venía analizando desde el verano. Massa a principios de año transmitió a su equipo más cercano que la sequía iba a obligar a recalcular toda la hoja de ruta prevista para el año. Es que la falta de lluvia -que la previsión es que siga al menos hasta la semana que viene, combinada con temperaturas tórridas- con la consecuente merma en las exportaciones de granos impacta de lleno en el ingreso de dólares.
Con el canje de la deuda, los cambios en las metas que anunciará el Fondo Monetario -en principio sólo de acumulación de reservas- y préstamos de multilaterales, Economía espera despejar algunas de las amenazas que se ciernen sobre las chances electorales del Frente de Todos. Quedan en pie la inflación -con los indomables precios de los alimentos- y niveles de actividad que muestran cada vez signos de fatiga.
“Sin dólares se te hace más flaco el fisco y tenés precios sobre el tipo de cambio y, por ende, en las góndolas. El Frente de Todos depende de que llueva, que la carne afloje en los mostradores y que los salarios se recompongan más rápido que la inflación”, explica a Infobae un economista con pasado en gestión y la política peronista.
“En abril y mayo, cuando se definen las candidaturas, se va a mirar mucho más al Indec y a la cotización del dólar”, explicó este técnico, que tiene un oreja en el peronismo y otro en los empresarios que escuchan sus pronósticos. “En el peronismo es decisivo lo económico, el consumo, esa es su principal prestación, que hoy no está llegando a dar”, agregó.
Y trazó un panorama desalentador: “En los últimos meses aumentó el consumo, pero hay una paradoja, porque hay más gente que consume, pero cada uno está consumiendo menos que el mes pasado. Pasa en las clases medias y medias bajas. En algunas familias se dejó de tomar Coca, otros demoran en comprarle zapatillas o alguna remera a los chicos”.
Anoche, Andrés “El Cuervo” Larroque, el camporista más crítico de Alberto Fernández, se sinceró ante Dady Brieva: “Martín Guzmán fue un agente del sistema financiero internacional puesto en nuestro gobierno y que nos trajo muchos problemas. Por el ajuste de octubre de 2020 perdimos las elecciones y no hay nadie contento con la situación actual. Se hicieron cosas mal y hoy no se percibe un clima de triunfo en nuestro espacio”. A buen entendedor, pocas palabras.
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