“Al menos no la empeoró”. La frase corresponde a un dirigente de peso de La Cámpora y hace referencia a lo que fue el discurso de apertura de sesiones del presidente Alberto Fernández ante la asamblea legislativa. El mismo referente admite a Infobae que “estuvo bien cuando habló del tema de la Corte y dijo que Cristina estaba perseguida”. Es, en la actualidad, el único reconocimiento político que le hacen al jefe de Estado. Por el resto, el vínculo está cortado e imaginarlo como un candidato hacia la reelección no entra en los planes de la organización.
Pese a que Fernández busca ir por otro mandato, distintos referentes de La Cámpora ya le avisaron que no va a ir a una interna contra un presidente en ejercicio. El tema sobrevoló el debate de lo que fue la mesa política del Frente de Todos semanas atrás. El cristinismo, incluso, pidió armar una comisión para que Cristina Kirchner revea su decisión de no ser candidata.
Desde hace un largo tiempo, La Cámpora se mantiene por carriles separados al pulso del gobierno nacional. Desde el PJ bonaerense, Máximo Kirchner, busca sostener el poder en alianza con los intendentes del conurbano marcando una férrea defensa a la figura y situación de la vicepresidenta y manda señales. La última fue cuando este miércoles su banca en la Cámara de Diputados estuvo vacía durante el discurso de Fernández en la apertura de sesiones. A la misma hora en el que hablaba Fernández, Kirchner visitaba un centro de jubilados en el municipio de La Matanza, acompañado por el ex diputado provincial Facundo Tignanelli, que comanda el Ateneo Néstor Kirchner en el distrito más grande de la provincia de Buenos Aires y que suele escoltar al presidente del PJ en distintas actividades.
El ministro de Desarrollo de la Comunidad de la provincia de Buenos Aires, Andrés Larroque, se convirtió en una especie de vocero del malestar K con el resultado de la gestión presidencial. “Con Cristina se gana. En el peronismo cuando un presidente tiene chance de reelegir ni siquiera hay discusión, ya estaríamos imprimiendo los afiches”, fueron algunas de sus últimas declaraciones.
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El ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro -otro camporista y que podría llegar a ser un presidenciable si CFK no es de la partida- se mueve con autonomía enlazando encuentros con gobernadores. Este viernes, producto de la situación en Rosario y el ataque narco a la familia de Lionel Messi, se reunió con el gobernador santafesino Omar Perotti. “Con la seguridad no se especula, hay que trabajar todos los días para combatir al crimen organizado. Estamos poniendo las herramientas del gobierno nacional a disposición de cada uno de los gobernadores para que puedan fortalecer la lucha contra el crimen organizado en cada uno de los territorios”, dijo De Pedro y anunció la firma de un convenio con el mandatario santafesino para habilitar a las fuerzas de Seguridad de la provincia para la utilización del SIS (Sistema de Identificación Segura); además del financiamiento para la compra de 600 cámaras de vigilancia con reconocimiento facial para la ciudad de Rosario y zonas aledañas. Del acto también participó el jefe de Gabinete de la Nación, Agustín Rossi; otro santafesino.
Otra demostración de fuerza y autonomía que hará el kirchnerismo -con La Cámpora incluida- será el próximo 11 de marzo con un acto en el municipio de Avellaneda, para pedir por la candidatura de Cristina Kirchner. Bajo la leyenda “Luche y Vuelve”, parafraseando a la resistencia peronista iniciada en 1955 que pedía por el regreso al país de Juan Domingo Perón, las principales organizaciones K preparan su jornada de la militancia. Es una de las acciones para “romper con la proscripción sobre Cristina”, plantean los organizadores.
Este jueves terminaron de afinar detalles con una reunión en el municipio de Ensenada en la que participaron Máximo Kirchner, Andrés Larroque, Axel Kicillof, el intendente anfitrión Mario Secco, el titular de Nuevo Encuentro, Martín Sabbatella, el titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos, Carlos Castagneto y demás referentes K. Son reuniones que vienen dándose con cierta periodicidad en el distrito de Ensenada.
Si bien en un principio se adjudicó la puesta en marcha de ese acto al espacio La Patria es el Otro -un conglomerado de organizaciones K que están por fuera de La Cámpora pero persiguen el mismo objetivo: que CFK sea candidata en 2023- La Cámpora también participará activamente de lo que suceda el próximo 11 de marzo, fecha en la que también se cumplen 50 años del triunfo electoral de Héctor Cámpora, que significó entre otras cosas que el Partido Justicialista vuelva a competir en una elección. La historia es conocida: Cámpora al gobierno, Perón al poder.
50 años más tarde, el kirchnerismo plantea un escenario similar. Así como Perón había sido proscripto, hoy esa condición -denuncian en el kirchnerismo- pesa sobre la Vicepresidenta con el fallo en primera instancia por la causa Vialidad. Si bien, legalmente, Cristina Kirchner puede ser candidata, ya que se trata de un fallo que no está firme, su entorno interpreta que si CFK mueve, un sector de la Justicia hará lo propio para hacer efectiva la condena que además de los seis años de prisión incluye la inhabilitación perpetua para el ejercicio de cargos públicos.
“Fui yo el que con mi moderación está al lado de Cristina cuando es perseguida injustamente y el que reclama y hace todo lo republicamente posible para que la Justicia vuelva a abrazar el derecho y deje de servir a factores de poder persiguiendo a quienes representan el pensamiento popular”, marcó Fernández ante la asamblea legislativa. Esos pasajes lograron algunos aplausos del cristinismo. Sobre el estrado, a su izquierda, la vicepresidenta seguía inmutable.
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