Patricia Bullrich logró reunir en una foto a varios referentes de la UCR en la Fiesta de la Vendimia en Mendoza: habló largamente y posó con Alfredo Cornejo, Gustavo Valdés, Facundo y Gastón Manes, Carolina Losada, Luis Naidenoff y Rodrigo de Loredo. En conjunto, son dirigentes que empiezan a alejarse del titular del radicalismo, Gerardo Morales, y el senador Martín Lousteau por un motivo concreto: su sintonía política con Horacio Rodríguez Larreta.
En cuanto al referente “antigrieta” Emilio Monzó, su presencia fue leída como la confirmación de una flamante incorporación a la campaña de la jefa del PRO.
En tierra mendocina, gobernada por la UCR, el partido de Leandro N. Alem esbozó de esta forma una suerte de división que incidirá en el armado electoral de Juntos por el Cambio. Lo que está surgiendo alrededor de Bullrich es un eje en el radicalismo alejado del larretismo y cercano a la jefa del PRO. Las conversaciones no comenzaron en esta provincia y están vinculadas con los contactos que mantuvo Mauricio Macri con algunos de los dirigentes radicales que no están de acuerdo con Morales.
La foto se gestó esta mañana en la terraza del Hotel Hyatt de la capital provincial, minutos después de que finalizó el acto de la Corporacion Vitivinicola Argentina (COVIAR) con las presencias estelares del gobernador Rodolfo Suárez, Morales y ministros del gobierno nacional como Sergio Massa, Eduardo “Wado” de Pedro, Victoria Tolosa Paz y Daniel Filmus. Los líderes opositores, mientras transcurría el evento, estaban reunidos en la confitería del hotel negociando los términos de la foto y a la espera de la llegada del avión de Facundo Manes, el último en sumarse a la comitiva de JxC.
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Además de Morales y Lousteau, el gran excluido de esta movida es Rodríguez Larreta, quien decidió anticipar su visita a la Vendimia, el jueves pasado, y está representado este sábado por funcionarios del gobierno porteño como Fernando Straface y Eduardo Macchiavelli. Ninguno de ellos, ni tampoco otro larretista como el diputado del PRO Omar De Marchi, participaron de las charlas ni de la foto final.
Bullrich llegó a Mendoza el viernes a última hora y por la noche se dedicó a hablar con sus dirigentes más cercanos y con los radicales afines en el Hotel Hyatt durante un evento organizado por el gobernador Suárez. Mientras la titular del PRO estaba con Cornejo, Valdés, Losada, Naidenoff y Loredo, acompañada por dirigentes de su sector como Hernán Lombardi, Federico Angelini, Sebastián García de Luca, Eduardo Amadeo, Laura Rodríguez Machado y Damián Arabia, lejos de ellos se ubicaron Morales y Lousteau. Unos y otros se habían saludado, pero no hubo ningún acercamiento.
La UCR está formalmente unida, pero la pelea del PRO ya causó un clima de división que se formalizó en estas horas en Mendoza. Para el bullrichismo, es el puntapié inicial de una suerte de rebelión interna ante la perspectiva cierta de que Morales y Lousteau cierren un acuerdo electoral con Larreta.
Los bautizados “radicales B” (por su cercanía con Bullrich) no son tan taxativos en confirmar su adhesión al proyecto presidencial de la jefa del PRO, pero admiten por lo bajo que de esta nueva alianza dentro de JxC surgirá el compañero de fórmula de ella. ¿Losada? ¿Loredo? Nadie lo sabe aún, pero algunos también le ponen algunas fichas a Valdés, el gobernador de Corrientes.
Mientras bullrichistas y radicales “disidentes” procuraron estar lejos de los ministros de Alberto Fernández en el evento de Coviar, Morales compartió el escenario con los funcionarios K y dio un discurso en el que, más allá de las referencias al sector vitivinícola, pareció haberse inspirado en el pensamiento larretista: dijo que “el mejor camino es el diálogo” y se pronunció en favor de negociar “políticas públicas sustentables” entre los distintos sectores políticos. Casi como si asfaltara el terreno para el lanzamiento de su candidatura, el 15 de este mes, o para secundar a Larreta en la fórmula.
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