Luego de saludar a la tropa del Regimiento de Granaderos a caballo e ingresar al Congreso, la vicepresidenta Cristina Kirchner se acercó a Alberto Fernández, lo abrazó protocolarmente, le dio un frío beso y se retiró de la escena para darle lugar a las dos mujeres que históricamente también la acompañaron a presidir la apertura de las Sesiones Ordinarias.
Un abrazo y beso también por parte de la presidenta provisional del Senado, Claudia Ledesma Abdala y luego otro de Cecilia Moreau, presidente de Diputados, quienes lo escoltaron hasta el salón en donde estrechó las manos de distintas diputadas.
Cristina pasó por detrás del Presidente y le indicó, con un ademán con el brazo, ir a firmar el el libro de actas a Alberto Fernández. Con un gesto adusto, Fernández sembró su rúbrica mientras Cristina no paraba de dar indicaciones y llamó en reiteradas ocasiones a Cecilia Moreau para que tambien firme y pose en una foto de protocolo junto al Presidente y Ledesma Abdala. Un detalle: CFK la tomó a Moreau del brazo.
Antes de comenzar el discurso de apertura de la Asamblea Legislativa, los cruces de miradas entre ambos compañeros de fórmula fue casi nulo, el Presidente miraba hacia los palcos del Congreso y saludaba con una sonrisa, levantando un brazo. A continuación, un desaire de CFK: la vicepresidenta rechazó que Fernández le llene un vaso con agua mineral. Con su mano le hizo el gesto que se detenga, que ella tenía la suya y que beba tranquilo, señalaba la vicepresidenta.
La notoria incomodidad del momento fue proporcional a la escueta presentación de Cristina Kirchner hacia Alberto. Luego Fernández, comenzó su discurso.
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Luego del cierre del discurso, Moreau le da una palmada de afecto en la espalda a Alberto, mientras él toma un vaso con agua. El Presidente le devuelve la gentileza con un beso y lleva su cabeza hacia su pecho con una sonrisa. Junto a ellos, Cristina Kirchner da por terminada la sesión a través de los micrófonos y se levanta de su asiento, sin saludar ni felicitar a Alberto.
Al retirarse del recinto, Cristina Kirchner caminó rápidamente hacia la salida, giró para ver si la seguía Moreau mientras, a su derecha, el Presidente aceleró el paso. Moureau se ubicó caminando entre Presidente y vicepresidenta, como un puente entre ambos. Fernández le habló unas palabras a su compañera de fórmula mientras ella jamás levantó la vista del piso y le respondía con una media sonrisa.
El único contacto físico entre ambos fue cuando un custodio ayudó a la vicepresidenta a bajar las escalinatas del Congreso de la Nación. Alberto le acercó su mano izquierda y ella aceptó brevemente el gesto, sosteniéndose también del primer mandatario.
Durante el resto del trayecto por la alfombra roja no hubo cruces de miradas, ni gestos, solo algunas palabras sueltas de la vicepresidenta. Al llegar a la entrada principal, Alberto tomó a Cristina por sus hombros para despedirse con un beso, la detuvo y ella solo atinó a ponerle su mejilla sin jamás mirarlo y darle el adiós.
La última foto de protocolo entre Fernández, Kirchner, Moreau y Ledesma Abdala fue una síntesis del reecuentro CFK-Alberto: los fotógrafos le pidieron al Presidente y su vice que posen juntos para la foto grupal ya que ellos se encontraban separados entre la titular de Diputados y la presidente provisional del Senado. El último desaire de CFK fue cuando él la quiso saludar nuevamente y su vice le dio la espalda para ingresar nuevamente al Congreso.
Los compañeros de fórmula se vieron, en público, por última vez el 2 de junio de 2022 al encabezar un acto en Tecnópolis por los 100 años de YPF. Un mes después de esta reunión, el vínculo se fue resquebrajando con la renuncia de Martín Guzmán y la gélida sucesión de Sergio Massa al frente del Ministerio de Economía tras el breve interregno de Silvina Batakis.
El atentado a Cristina Kirchner en septiembre último fue otro punto de encuentro. Alberto se acercó al domicilio de la vicepresidenta en Juncal y Uruguay para visitarla. La última vez que el Presidente y la vice se comunicaron fue por redes, para el cumpleaños de CFK, el 19 de febrero, cuando Alberto Fernández le mandó un mensaje por Télegram que ella le agradeció.
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