El 24 de febrero de 2022, el presidente ruso Vladimir Putin ordenó una invasión a gran escala de Ucrania bajo el pretexto de “desnazificar” el país y proteger a las minorías rusoparlantes de la región de Donbass.
Moscú anticipaba una operación militar corta, dado que superaba ampliamente a las fuerzas armadas ucranianas, tanto en número de soldados como en armamento. Sin embargo, la resistencia fue mucho más dura de lo esperado y las tropas rusas nunca lograron afianzar su control de las principales ciudades.
La ayuda financiera y militar que recibió el gobierno de Volodímir Zelenski jugó un rol clave en la resistencia a la invasión. En ese sentido, el embajador de la Unión Europea en Argentina, Amador Sánchez Rico, aseguró que la asistencia continuará hasta el final.
En diálogo con Infobae, el diplomático de origen español señaló que el conflicto probablemente se extenderá en el tiempo y no se resolverá por la vía diplomática: “La guerra solo se ganará o se perderá en el terreno de batalla”.
Por otro lado, también destacó que el conflicto servirá como punto de partida para una Unión Europea “más asertiva” en el plano internacional, que no dependa de otras potencias para garantizar su seguridad”.
— Se cumple un año de la invasión rusa a Ucrania, ¿cuál es su diagnóstico de lo que va a pasar en el mediano y largo plazo con el conflicto para los líderes de la Unión Europea?
— Creo que solo son malas noticias lo que ha ocurrido desde el 24 de febrero, de una invasión totalmente ilegal, injustificada, gratuita, con pretextos totalmente cínicos, hipócritas, como decir que se trata de una operación especial y desnazificar Ucrania cuando sabemos que no es eso. Es una invasión en toda regla que lleva ya un año y que ha causado demasiadas muertes. De ambos lados. Mirando al futuro no tenemos evidentemente la bola de cristal. Quizás Putin hubiera pensado que esto iba a ser una cosa de unos días y desde entonces ha ido encadenando fracasos tanto a nivel diplomático como en el campo de batalla y es difícil pronosticar. Pero el temor es que esto va a durar. Que la guerra solo se ganará o se perderá en el terreno de batalla. En este caso lo que queremos es que Ucrania prevalezca. Y sobre todo que prevalezcan los principios y los valores de la Carta de las Naciones Unidas, de la soberanía, de la integridad territorial, y de un orden internacional basado en reglas. Esto lo que está en juego.
— ¿Qué balance hace personalmente del rol de la Unión Europea en el conflicto?
— Bueno, yo creo que la Unión Europea ha venido intentando trabajar en tres frentes. Uno es el ayudar a Ucrania, incluso a nivel militar. Segundo, en aislar a Rusia a nivel internacional y es lo que ha ocurrido con seis resoluciones de la Asamblea General de Naciones Unidas que han condenado de manera aplastante la invasión de Rusia. Y tercero, a afrontar los efectos que está teniendo esta guerra en términos, por ejemplo, de inflación, de falta de alimentos y de crisis humanitaria.
— ¿Cree que la Unión Europea debería profundizar la ayuda militar hasta que finalice el conflicto?
— La Unión Europea lo ha dicho, pocos esperaban que iba a estar tan unida. Los intereses son muy divergentes dentro de los veintisiete miembros. Quizás el primero en no creer fue Putin, pensando que no iba a haber unidad. Pero la ha habido y de qué manera, con diez paquetes de sanciones. La Unión Europea va a ayudar a Ucrania hasta el final. Si hacen falta más sanciones pues habrá más sanciones. Y hace falta más ayuda militar, más rápida y más consecuente. Y más ayuda también económica, evidentemente. Pero la Unión Europea va a seguir estando cada vez más del lado de Ucrania. Porque queremos que Ucrania prevalezca. Y para ganar la paz en esta guerra hay que ganar la guerra. No es una guerra normal, nosotros no estamos en guerra contra Rusia, ni Ucrania está en guerra contra Rusia, solo está intentando expulsar una invasión de su territorio.
— ¿Cree que la ayuda militar de la Unión Europea a Ucrania puede ser utilizada como una excusa por Putin?
— Desde antes que empezase la guerra hubo todo un desfile de líderes de la Unión Europea trabajando y viajando a Moscú para evitar que pasara lo que pasó. A todos nos dijo Putin que no iba a haber guerra. Bueno, pues ya vimos que todo esto no era cierto y que lo tenía muy claro. No estamos en guerra con Rusia ni nuestras sanciones de la Unión Europea están dirigidas al pueblo ruso. Ni tampoco van contra los alimentos ni contra los fertilizantes, van contra la maquinaria de la guerra. No estamos con un discurso ni con una posición beligerante, queremos evitar ir a más. Pero pensamos que Ucrania tiene el derecho de sobrevivir y de defenderse, que también es lo que prevé las Naciones Unidas. Así que no va a un discurso beligerante pero sí a ayudar a Ucrania a defenderse.
— Teniendo en cuenta el discurso de Putin, ¿qué tan cerca cree que está la amenaza nuclear en este conflicto?
— Yo creo que nadie se puede tomar a la ligera ni en broma las declaraciones que viene haciendo el presidente Putin desde hace un año. Las últimas sobre el acuerdo el acuerdo nuclear, es una más en la escala retórica del presidente Putin. No creo que haya ninguna intención de caminar o de apostar por la paz sino por más sufrimiento, por más provocación y por más enfrentamiento.
— Las tropas rusas después de un avance fuerte comenzaron a replegarse. ¿Cree que Putin puede aceptar una derrota militar sin recurrir a las armas nucleares?
— Bueno, pues otra vez, estamos hablando del futuro pero yo creo que lo que hay que hacer es darle todos los medios que podamos a Ucrania para poder defenderse y para poder alcanzar esta paz.
— ¿Cómo cree que debería reaccionar la Unión Europa si Putin efectivamente utiliza armas nucleares en Ucrania?
— Yo creo que todavía no estamos en esa situación y me cuesta mucho hablar de hipótesis que además son palabras mayores.
— ¿Si las fuerzas armadas ucranianas logran expulsar al ejército ruso cree que deberían continuar su avanzada para recuperar Crimea?
— Nosotros nunca hemos reconocido Crimea como territorio ruso. Fue en el 2014 y desde entonces mantenemos la misma posición. Pero eso lo tiene que decidir el gobierno ucraniano.
— En retrospectiva, ¿cree que la Unión Europea podría haber hecho algo diferente antes de que se iniciara el conflicto tanto para disuadir militarmente a Rusia o para evitar la invasión por la vía diplomática?
— Yo creo que desde un punto de vista diplomático se intentó, se le dio todas las chances al espacio diplomático. Lamentablemente fracasó. Y si quizás mirando o echando la vista atrás la Unión Europea pecó de ingenuidad. Ya en el 2014 cuando se produjo la anexión de Crimea, eso tenía que haber servido como señal de alarma. Por ejemplo en materia de suministro energético, lo que teníamos que haber hecho ya en ese momento habría sido tener que empezar a cortar nuestros flujos comerciales y sobre todo nuestra dependencia de importar energía fósil de Rusia. Y cosa que no solo no fuimos capaces de hacer sino que encima se incrementó todavía más la importación de petróleo y de gas. Ahora hemos conseguido cortar esto pero lo teníamos que haber hecho antes.
— ¿Una lección para aprender del conflicto fue evitar la dependencia de la matriz energética de Rusia?
— En eso no hay marcha atrás. Ya hemos conseguido prácticamente reducir a cero la dependencia de importar en este caso petróleo y gas de Rusia.
— ¿Y cree que el gobierno argentino debería haber tomado una postura más firme en contra de la invasión de Rusia?
— Yo no me voy a pronunciar sobre cómo se tiene que posicionar el gobierno argentino. Lo que está clarísimo es que ha habido seis resoluciones, tanto en la Asamblea General de Naciones Unidas como del Consejo de Derechos Humanos presidido por Argentina en el 2022, y que en todas estas votaciones consideramos que Argentina estuvo del buen lado de la historia.
— ¿Qué consecuencias geopolíticas cree que podría tener que Rusia logre anexar definitivamente los territorios de la región de Donbass?
— Ya ha declarado varios territorios ocupados como si fuesen rusos. Nosotros lo hemos rechazado. Estamos totalmente en contra y la comunidad internacional se ha pronunciado en contra también de estas anexiones que son totalmente ilegales y que van contra el principio más básico de la Carta de Naciones Unidas, de la soberanía y la integridad territorial.
— ¿Qué consecuencias geopolíticas cree que puede tener efectivamente una derrota de Rusia en el mapa global?
— Aquí no estamos hablando de que queramos que pierda Rusia o que gane Rusia, o que gane Estados Unidos o que gane. No, aquí lo que estamos hablando es que queremos que gane la legalidad internacional y que un país como Ucrania, democrático, pueda elegir su destino de manera soberana y que no sea un país como Rusia. Y que por ser un país más fuerte, por ser un país del Consejo de Seguridad, por ser una potencia nuclear, pero por venir con un revisionismo histórico, con un revanchismo, con unas ansias imperialistas o neocolonialistas, se pueda permitir eso, utilizar la ley del más fuerte e imponer su criterio en un país vecino. Eso es lo que queremos que fracase.
— ¿Qué impacto cree que va a tener en la economía de la Unión Europea el destrozo de la infraestructura y el sistema productivo de Ucrania?
— Lo que estamos viendo es una auténtica barbarie. Una auténtica atrocidad. El presidente Putin ha fracasado, no ha conseguido invadir Ucrania por diferentes elementos, uno de ellos es el apoyo que está recibiendo de sus socios internacionales, pero lo que está intentando ahora es destrozar un país empezando por las infraestructuras más básicas. Entonces, esto va a suponer un enorme trabajo de reconversión en el que la Unión Europea evidentemente está dispuesta a acompañar a los ucranianos en estas tareas que van a durar años, pero para eso estamos también dándole el status de país candidato.
— ¿Qué rol imagina que tiene que desempeñar la Unión Europea justamente en la reconstrucción de la infraestructura ucraniana?
— Bueno, un papel clave. Yo creo que el futuro de Ucrania pertenece a los ucranianos. Son ellos los que cuando se llegue a la paz, esperemos cuanto antes posible, puedan poner en marcha un plan de reconstrucción de Ucrania en el que la Unión Europea va a jugar un papel clave.
— Si bien se trata de una desgracia humanitaria, ¿en algún punto se puede entender este conflicto como una oportunidad para la Unión Europea?
— Primero esto es una gran tragedia. Si luego podemos pensar qué es lo que está ocurriendo y analizarlo, es un poco lo que pasó con el Covid. Miles de muertes pero el nacimiento de una Unión Europea geopolítica, que era precisamente el objetivo de esta gran Comisión Europea desde 2019 de Ursula von der Leyen, dar a luz una Unión Europea geopolítica. Una Unión Europea que pueda tomar decisiones de autonomía estratégica. Está muy bien la OTAN, está muy bien ahora nuestra relación con Estados Unidos pero puede llegar otro líder a la Casa Blanca que nos haga la vida un poco más complicada. Entonces lo que no podemos es seguir dependiendo de la seguridad de otros. Y yo creo que nos está abriendo los ojos a los europeos en que tenemos que reforzar nuestra capacidad militar y poder tener una voz un poco más asertiva a nivel mundial. Eso es lo que está ocurriendo, por primera vez la Unión Europea está actuando con tanta unidad, está adoptando un conjunto de sanciones de tal envergadura, que es la primera vez que estamos dando dinero comunitario, no solo de los países de la Unión Europea sino también de Bruselas a un país para defenderse, y que estamos echando mano y utilizando todos los recursos que tenemos a nuestro alcance para ayudar a un país. Y esto es el nacimiento de una Unión Europea geopolítica para afrontar los tiempos que corren.
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