El nuevo avión presidencial deberá atravesar una segunda inspección antes de convertirse en el ARG 01, el nombre elegido para reemplazar al Tango 01. Esta semana, una comitiva oficial viajará a Louisiana (Estados Unidos) para certificar que se terminaron las reparaciones pedidas en enero. Pese a los contratiempos, en el Gobierno aseguran que la operación sigue en pie y que la aeronave estará en el país durante el mes de marzo.
“Todo se está dado de acuerdo a lo planificado, solo hubo demoras con los proveedores”, dijo una fuente oficial consultada por Infobae.
Hace un mes, una comitiva viajó a Estados Unidos para revisar el avión y detectó 54 componentes vencidos o con menos del 50% de vida útil dentro de la cabina. “Las 39 máscaras de oxígeno de pasajeros ubicadas en los paneles superiores del techo se encontraban vencidas. Por normativa se exigió el reemplazo de las mismas”, dice un reporte oficial al que tuvo acceso este medio.
Los enviados del Gobierno también encontraron que el sistema de entretenimiento de la cabina estaba desinstalado. “El mismo permite el manejo de las funciones de confort, de todas las pantallas individuales de pasajeros, de las pantallas LEDs instaladas en las diferentes áreas, de la cámara con grabación externa y de las funciones específicas de las pantallas individuales en la habitación principal”, explica el mismo informe. Sobre ese punto, se reclamó la instalación y una demostración de cada una de las funciones.
Los expertos enviados por la Secretaría General de la Presidencia, a cargo de la flota oficial, detectaron además problemas menores como manchas en los baños, alfombras con poca limpieza, y cajones que no cerraban en el dormitorio principal. “El avión tiene que estar impecable para su entrega”, advirtieron en el Gobierno.
Esta semana, los enviados volverán a viajar para terminar con la inspección. La aeronave está hace tiempo en un taller de Louisiana donde también se están arreglando el avión privado del ex presidente Donald Trump, un Boeing 757, y el Air Force 2, la aeronave que suele transportar a la actual vicepresidenta Kamala Harris.
Si no hay imprevistos, el próximo paso sería el “vuelo de aceptación”. “Es un vuelo corto a Sarasota, en el estado de Florida, porque el avión está radicada en ese lugar, es una cuestión impositiva”, explicó una fuente al tanto de los detalles.
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El siguiente paso sería la firma del contrato. Recién en ese momento, la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), que funciona como garante del proceso, deberá transferir los USD 22.230.000 que había depositado el Gobierno antes de fin de año.
No es todo. También se realizará un vuelo a Europa para certificar los dos motores en el cruce del Océano, y hay varios trámites previstos para cambiar la matrícula del avión. El último paso sería la pintura nueva con un modelo similar al que ya se utilizó en los helicópteros de la flota oficial, con los colores de la bandera argentina.
Aunque las fechas cambian todas la semanas, se espera que el nuevo avión presidencial llegue al país durante el mes de marzo. Cuando aterrice, ya tendrá nombre nuevo: ARG 01. El antiguo nombre, Tango 01, proviene de la época en la que los aviones oficiales eran manejados por la Fuerza Aérea. Aprovechando el cambio del avión, se decidió rebautizar toda la flota. Para los aviones, ya se reservaron desde ARG 01 hasta ARG 09. Y en los helicópteros será del 10 al 20.
Aunque la operación de compra está muy avanzada, en el Gobierno siguen cuestionando a la empresa vendedora, C&L Aviation Group, por una serie de imprevistos que se dieron en los últimos meses.
La empresa en realidad en una intermediaria que actuó desde el comienzo con un poder. La aeronave elegida por el Gobierno está a nombre de Validus Aviation LLC. “El avión es de la ex esposa de un magnate israelí que decidió venderlo porque no lo usaba”, contó uno de los funcionarios que trabaja hace más de un año con la operación.
Aunque era desconocida para Presidencia, C&L ya le había vendido a la Fuerza Aérea un avión SAAB 340B y tiene contratos vigentes de provisión de partes y mantenimiento de otras aeronaves de esa fuerza.
La venta del Tango 01 es el final un largo proceso que empezó en el gobierno de Mauricio Macri. Durante esos cuatro años hubo varios intentos frustrados para comprar otro avión: la primera licitación ante la OACI se cayó por las internas dentro del Gobierno y la segunda por la realidad económica del país.
Cuando Alberto Fernández llegó a la Casa Rosada, los responsables de la flota presidencial recomendaron reparar el Tango 01 con una inversión estimada entre USD 12 y 15 millones. Pero la OACI desaconsejó la reparación y se pasó a la opción de un “exchange”, es decir, cambiar el avión por uno similar de la misma marca y modelo. En la licitación internacional se presentaron solo tres oferentes y uno solo cumplía con todos los requisitos: el Boeing 757-256 de C&L.
El nuevo avión tiene capacidad para 39 pasajeros, un dormitorio principal con todas las comodidades, y otros dos dormitorios de visitas que se pueden adaptar como salas de reuniones. A diferencia del viejo Tango 01, puede volar sin escalas hasta Europa o Estados Unidos.
La aeronave empezó a volar en el 2000, se modificó a configuración VIP en 2004, y tuvo una remodelación en 2012. Luego de una extensa negociación, el Gobierno transfirió USD 22.230.000 y además se comprometió a entregar el viejo Tango 01, valuado en casi USD 3 millones.
La inversión total son más de USD 25 millones, una jugada arriesgada en un año electoral.
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