En febrero de 2020, en las palabras de inicio como jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, expresé que la gestión iba a estar dirigida fundamentalmente a los cadetes y aspirantes que se incorporaban a los Institutos de Formación de cada Fuerza y a los oficiales y suboficiales que conducirían nuestras Fuerzas Armadas, como generales, almirantes y brigadieres, dentro de 30 años.
Para ello era necesario asumir el desafío de romper viejos paradigmas, introduciendo cambios cuya necesidad se presenta indispensable para las Fuerzas Armadas del futuro, no solamente por la evolución en los sistemas de armas, sino fundamentalmente por la innovación en los conceptos de empleo, con el cambio doctrinario consecuente, imprescindible para identificar la complejidad de los escenarios y todo ello, acompañado por sustanciales modificaciones en la formación de aquellos hombres y mujeres llamados a conducir las Fuerzas Armadas en 2050.
Con la publicación de la Directiva de Política de Defensa Nacional (DPDN) por parte del PEN se inició un Ciclo de Planeamiento que nos permitió completar, luego de casi 10 años, el Planeamiento de corto, mediano y largo plazo y los correspondientes Planes de Campaña, pasando a disponer de parámetros objetivos para determinar las necesidades de adiestramiento y de adquisiciones. Dicho ciclo finalizó el año paso con la elevación al Ministerio de Defensa para su aprobación del Proyecto de Capacidades Militares (PROCAMIL), como orientador de los esfuerzos de inversión. Cabe destacar que en este proceso de planeamiento se integraron por primera vez, haciendo sus pasantías profesionales, los estudiantes de la Especialización en Estrategia Operacional y Planeamiento Militar Conjunto de la Escuela Superior de Guerra Conjunta participando en la elaboración de todos los planes de campaña, ya que su condición los posiciona en las fronteras del estado del arte. Dichos planes se encuentran finalizados y elevados para su consideración por parte de las autoridades del Ministerio de Defensa.
Para acompañar las necesidades de adiestramiento se buscó desarrollar una doctrina moderna y que se pudiera adaptar a nuestra real ecuación estratégica; ello implicaba evitar extrapolar doctrinas de Fuerzas Armadas con otra realidad de recursos disponibles humanos, materiales y financieros, o de teatros de operaciones con espacios más reducidos en frente y profundidad.
De esta forma desarrollamos en el marco de las Operaciones Multidominio, la Estrategia Defensiva Multicapa, doctrina que ya fue empleada en el desarrollo de las distintas etapas del planeamiento para elaborar los planes de campaña que, aprobados como proyectos, van a ser experimentados durante este año y aspiramos a que se conviertan en doctrina básica para que tanto el Ejército, la Armada, y la Fuerza Aérea, puedan adaptar su propio cuerpo doctrinario. En este sentido es necesario entender que, para enfrentar los nuevos escenarios propios de un conflicto del siglo XXI, deberemos dejar de concebirlos desde la clásica visión de los dominios terrestre, aéreo y naval, incorporando como nuevos dominios, el ciberespacio, el espacio, y la información, temáticas que hoy están integradas en nuestra doctrina y nuestros planes.
En lo referido a la necesidad de profundizar la capacitación en el marco conjunto combinado, resulta valido mencionar la experiencia de la OTAN, principal alianza militar internacional con una profunda integración, al extremo de haber homologado desde el año 2000 las curriculas correspondientes a la formación de los Oficiales de Estado Mayor, resultando mandatorio para todos la formación durante 1 año en el nivel de conducción operacional (conjunto y conjunto combinado), delegando en los componentes terrestres, aéreos y navales de los respectivos países la formación en el nivel táctico.
Respecto a la capacitación conjunta de nuestros oficiales, repasar el recorrido por el que transcurrieron las FFAA en su evolución educativa, nos permitirá comprender la importancia que tiene la reciente Resol MD N° 72/2023, en la formación de los Oficiales Jefes y Oficiales Superiores para enfrentar con éxito las exigencias y problemáticas propias de los conflictos del siglo XXI, de carácter eminentemente conjunto, interagencial y multidominio, y poder así brindar asesoramientos y soluciones eficientes y homogéneas al Instrumento Militar.
En la década de los años 90, y acompañando lo que establece la Ley N° 24.948/1998 de Restructuración de las Fuerzas Armadas, particularmente en su Art. N° 13 donde señala que “Los sistemas educativos de las fuerzas armadas se adecuarán en consonancia con la estructura educativa nacional, en busca de un mutuo aprovechamiento de las capacidades disponibles, eliminando superposiciones y procurando una mejor inserción de sus integrantes en el medio cultural educativo general”, las Fuerzas Armadas tomaron la decisión estratégica de asociar la educación de sus oficiales y suboficiales al sistema de educación nacional.
Así, el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea, crean los Institutos Universitarios que les permitirían afrontar los cambios de un futuro que hoy se convirtió en presente.
Las iniciativas académicas de cada Fuerza, a través de sus Institutos Universitarios, logran mayor coordinación y coherencia al crearse la Universidad de la Defensa Nacional (Ley 27.015/2014), estableciéndose que funcionará en el ámbito del Ministerio de Defensa y tendrá a su cargo la formación militar y la formación de militares y civiles para la defensa nacional en diferentes áreas disciplinarias a través de carreras de pregrado, grado y posgrado (Art. N° 3).
Así comenzó gradualmente a incrementarse la oferta educativa de carreras de grado y posgrado de las distintas Facultades de la Universidad de la Defensa Nacional (UNDEF), que son excluyentes a la Defensa y otras que contribuyen a la difusión de la problemática relacionada con la Defensa Nacional a civiles y militares; a modo de ejemplo, en el ámbito del Centro Educativo de las Fuerzas Armadas muchas de estas carreras de posgrado se apoyaron en cursos militares existentes, dándoles un mayor nivel académico y adecuándolos al nuevo perfil profesional requerido por las distintas Fuerzas. Asimismo, en la actualidad y por iniciativa del Ejército Argentino y de la Armada de la República Argentina, la Universidad de la Defensa Nacional se encuentra desarrollando en distintas etapas, las Tecnicaturas Universitarias que permitirán incrementar la formación profesional de los Suboficiales.
Una de las lecciones aprendidas de la Guerra de Malvinas, concretadas a partir del informe Final de la Comisión de Análisis y Evaluación de las Responsabilidades del Conflicto del Atlántico Sur, conocido como Informe Rattenbach, llevó a las Fuerzas Armadas a repensar, reformular y rediseñar la formación de sus Oficiales del Cuerpo Comando, buscando la articulación efectiva de su Instrumento Militar.
De esa visión nacen el Instituto de Inteligencia de las Fuerzas Armadas, la Escuela Superior de Guerra Conjunta de las Fuerzas Armadas, el Instituto de Ciberdefensa de las Fuerzas Armadas, y el Centro Educativo de las Fuerzas Armadas, este último con la finalidad de que estas casas de altos estudios estuvieran integradas en lo físico, vinculadas en lo curricular, y coordinadas en el funcionamiento general.
Es por ello que desde 2021 se analizaron en coordinación entre la Universidad de la Defensa, la Secretaría de Estrategia y Asuntos Militares y los Jefes de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, distintas líneas tendientes a optimizar y articular los años de cursada de los Oficiales Jefes en sus respectivas Escuelas Superiores de Guerra Específicas, con el objetivo de profundizar el camino de la acción militar conjunta. Es importante destacar que los Cursos de Oficial de Estado Mayor (Escuela Superior de Guerra del Ejército) Comando y Estado Mayor (Escuela Superior de Guerra Naval) y Comando y Estado Mayor (Escuela Superior de Guerra Aérea), permitían acceder a los Oficiales Jefes del Cuerpo Comando al título de “Oficial de Estado Mayor”, con una formación centrada en el nivel táctico; donde la acreditación de esos saberes se daba en el ámbito específico, no resultando requisito para acceder a dicho título, la formación en el ámbito conjunto, combinado y/o interagencial.
En tal sentido, una primera aproximación fue la Resol MD N° 465/2020, que estableció el Ciclo de Formación del Oficial de Estado Mayor Conjunto en dos etapas complementarias y articuladas, modificándose la formación de Oficiales Jefes y Oficiales Superiores de las Fuerzas Armadas.
No obstante, y pese a los esfuerzos realizados, el análisis de lo actuado hasta 2022 inclusive, muestra que la formación de los Oficiales Jefes en lo específico (Escuela Superior de Guerra del Ejército, Escuela Superior de Guerra Naval, Escuela Superior de Guerra Aérea) y en lo conjunto (Escuela Superior de Guerra Conjunta) se seguía dando en compartimentos estancos -con falta de adecuaciones y articulaciones pedagógicas observadas, conversadas y solicitadas-, que dieron como resultado en más de una evaluación realizada, la reiteración de contenidos y bibliografía en varias asignaturas y hasta superposición y confusión de conceptos en los niveles táctico y operacional. Si bien se había logrado que las casas de altos estudios del Centro Educativo de las Fuerzas Armadas estuvieran integradas en lo físico y coordinadas en el funcionamiento general, resultaba pendiente su vinculación en lo curricular.
Así surge la Resol MD N° 72/2023, que establece el Ciclo de Formación del Oficial de Estado Mayor, para Oficiales Jefes del Cuerpo Comando de las Fuerzas Armadas y fija el desarrollo de sus competencias profesionales en dos etapas consecutivas. La primera, inicial, por medio de un Curso Universitario en cada Escuela Superior de Guerra específica, en la que se desarrollarán los contenidos propios de la táctica del componente terrestre, naval, y aéreo; la segunda, complementaria, por medio de una carrera de posgrado en la Escuela Superior de Guerra Conjunta, en la que se articularán los contenidos del componente específico, nivel táctico, con la planificación militar conjunta y la conducción del nivel operacional. Al finalizar este Ciclo, los Oficiales Jefes estarán en condiciones de desempeñarse en estados mayores específicos, conjuntos y conjuntos-combinados, formando parte de alianzas internacionales (o bajo mandato ONU) y con las experiencias obtenidas de la Operación “General Belgrano” I y II, incorporando lo interagencial. Corresponde destacar que, a diferencia de los Cursos Militares, la acreditación de saberes se da en el ámbito de la Universidad de la Defensa Nacional, en el marco de la Ley N° 24.521/1995 – Ley de Educación Superior-.
Paralelamente, se establece el Ciclo de Actualización del Oficial de Estado Mayor, para Oficiales Superiores (Coroneles, Capitanes de Navío y Comodoros) del Cuerpo Comando de las Fuerzas Armadas, capacitando en los conocimientos y competencias propias de la conducción estratégica militar a aquellos oficiales superiores que se desempeñarán en la conducción superior de las fuerzas.
Analizando la evolución de la matrícula de la Especialización en Estrategia Operacional y Planeamiento Militar Conjunto, se concluye que en el período 2010-2020 se capacitaron muy pocos oficiales para el desempeño en la acción militar conjunta; en cambio en el período 2021-2023, gracias a la implementación de la Resol MD N° 465/2020, el incremento de la matrícula representa un promedio cercano al 100%.
La Resol MD N° 72/2023 (Art. 5°) faculta a los Estados Mayores Generales de las Fuerzas Armadas a requerir al Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas las vacantes para cursar en el siguiente Ciclo Lectivo, propuestas según sus necesidades operativas, esto asegurará que cada Fuerza genere TODOS los Oficiales de Estado Mayor que considere necesarios. En este sentido, la matrícula proyectada a partir del ciclo lectivo 2024 tendrá un incremento del 150%, respecto al 2023.
De este modo, las Fuerzas Armadas dispondrán de Oficiales que incrementarán su horizonte intelectual al alcanzar su título de posgrado como “Especialistas en Estrategia Operacional y Planeamiento Militar Conjunto”, logrando los conocimientos y las competencias profesionales para su desempeño como oficial de estado mayor, dentro de los ámbitos específico, conjunto y conjunto-combinado e interagencial.
Asimismo, si se analiza la evolución de la matrícula de la Maestría en Estrategia Militar (necesaria para capacitar en el nivel Estratégico Militar a quienes serán en los próximos años habilitados para su consideración en el ascenso a las jerarquías de General, Almirante y Brigadier), se concluye que en los últimos 10 años pocos oficiales superiores de las Fuerzas Armadas argentinas participaron en la misma, llegándose a la situación paradojal de que en varias cohortes, el número de oficiales superiores extranjeros superaba al de cursantes nacionales. La calidad académica de dicha maestría, ampliamente reconocida por los países amigos que anualmente confían en la excelencia educativa de la Escuela Superior de Guerra Conjunta, no era aprovechada convenientemente por nuestras fuerzas armadas.
La Resol MD N° 72/2023 (Art. 5°) soluciona esta situación anómala, facultando a los Estados Mayores Generales de las Fuerzas Armadas para requerir al Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas las vacantes de sus Oficiales Superiores para cursar en el siguiente Ciclo Lectivo, propuestas según sus necesidades operativas, asegurando que cada Fuerza genere TODOS los Oficiales que considere necesarios, capacitados para ocupar las máximas jerarquías de sus respectivas conducciones. En este sentido, la matrícula proyectada a partir del ciclo lectivo 2024 tendrá un incremento superior al 300%, respecto al 2023.
Finalmente, cabe resaltar que este proyecto materializado en Resolución del Ministro de Defensa Jorge Taiana y su implementación por parte del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, los Estados Mayores del Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea, y la Universidad Nacional de la Defensa, sostiene y profundiza una educación militar vinculada al sistema universitario argentino, y permite una certificación de los saberes y competencias compatibles con los más altos estándares profesionales internacionales, en una visión conjunta y de cara a las exigencias propias del siglo XXI.
A modo de reflexión final sobre la determinación y la convicción necesarias para asumir los cambios en marcha, valgan las siguientes palabras de Edgar Morin: “Lo que el pensamiento complejo puede hacer, es darle a cada uno una señal, una ayuda memoria, que le recuerde - No olvides que la realidad es cambiante, no olvides que lo nuevo puede surgir y de todos modos va a surgir-”
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