El líder de la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM) Facundo Jones Huala, detenido en la cárcel federal de Esquel desde principios de este mes, grabó un audio en el que reivindicó la recuperación territorial a través de los sabotajes, confrontó a las agrupaciones mapuches que desconocen la existencia de la agrupación que lidera y desafió al Estado Argentino para evitar su extradición a Chile, donde debe seguir cumpliendo la pena por la que fue condenado.
El mensaje fue distribuido, a través de sus allegados, en distintas redes sociales y es la primera comunicación que emite desde que permanece bajo prisión en la Unidad 14 de la localidad chubutense.
Aseguró sentirse avergonzado por la forma en la que fue detenido, luego de ingresar alcoholizado a una vivienda de El Bolsón, y admitió “una falta grave de autodisciplina”.
El activista mapuche fue detenido por la Policía de Río Negro el 30 de enero pasado en un barrio de la localidad rionegrina y tras permanecer alojado en una dependencia de esa fuerza provincial, fue trasladado a la cárcel federal de Esquel, en el marco de un fuerte operativo que estuvo a cargo de Gendarmería Nacional.
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Reconoció, en el comienzo del audio, que incurrió en el consumo de alcohol durante el tiempo en el que permaneció prófugo: “debo confesar que debido a una serie de problemas personales en contexto de clandestinidad, no supe resolver y buscar toda la ayuda necesaria, y caí en el peor vicio del alcohol” dijo.
Tras disculparse con “su gente” por ese flagelo y reconocer que su detención fue “ridícula”, intentó minimizar el impacto de su aprehensión. Y aseguró que “el error lo cometí yo como persona, todo lo construido no pierde su valor”.
Jones Huala reafirmó la intención que tiene de continuar pujando por la obtención de reconocimiento territorial y autonomía a través del ejercicio de la violencia, al sostener que “como organización autonomista y revolucionaria mapuche, hemos definido una línea política basada en la confrontación, mediante el sabotaje ….”. Y desafió: “el Estado debe devolver todo o asumir las consecuencias”.
Durante los cuatro minutos de duración de su mensaje, dedicó varios segundos para transmitir mensajes internos al pueblo mapuche. En uno de ellos dijo que “… a pesar de nuestra pobreza, nunca trancé ni me vendí como sí lo hacen algunos disidentes, que se fueron de la organización y hoy gozan de impunidad, al contrario de otros que por no renunciar a nuestros principios, son perseguidos por las ideas y acción consecuente”.
Además, en el mismo sentido, invitó a aquellas voces contrarias dentro del movimiento mapuche “a acercarse al debate sano, antes de desparramar calumnias porque la RAM existe dentro del Movimiento Autónomo del Puelmapu. Más que una organización son conceptos, negarlos es negar el autonomismo para posicionar al estatismo”.
Extradición
La Justicia de Chile expresó su interés por la extradición del convicto, con el objetivo de que cumplimente la pena por la que fue condenado por el Tribunal Oral de Valdivia a nueve años de prisión, por los delitos de incendio y portación ilegal de armas de fuego. Le resta un año y cuatro meses tras las rejas para agotar la pena.
Sin embargo, el líder de la RAM intenta que la Justicia rechace su extradición y de esa manera – por no adeudar expedientes judiciales en Argentina – lograr su liberación.
Para forzar a la Justicia a no ser extraditado inició una huelga de hambre líquida, la cual además tiene como objetivo reposicionar a ese método de reclamo ya que “han perdido legitimidad”. Dijo que está “decidido a llegar a las últimas consecuencias, no como panfleto sino en realidad. Morir luchando es un honor para un luchador …”). La misma, además, tiene como objetivo redimirse ante sus seguidores por el error cometido al ser apresado, según lo expresó en el comunicado.
“El gobierno tiene dos alternativas: mostrar que es lo mismo que la derecha y extraditar o apegarse al derecho internacional, donde los delitos políticos no son extraditables, respetando nuestros derechos humanos” señaló, en el mismo sentido de intentar evitar su traslado al vecino país.
Además puso a consideración de “su gente” su desempeño como “lonko” o jefe de una agrupación mapuche: “Al final ninguna persona en esta vida es eterna ni imprescindible, nadie queda para semilla. Lo único que continúa es el territorio, cultura y pueblo”, señaló.
En la parte final del mensaje, destacó el acompañamiento de las distintas comunidades mapuches que lo albergaron durante el año que se mantuvo en la clandestinidad.
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