El ciudadano ruso que llegó al país con una alerta naranja de Interpol fue liberado anoche luego de que la Dirección de Migraciones le otorgó el desembarco provisorio, una figura prevista en la legislación local. Valentin Kazantsev recibió documentación provisoria y ahora tiene un plazo de 48 horas para iniciar los trámites de refugiado ante la Comisión Nacional para los Refugiados (CONARE).
Kazantsev llegó al país el viernes pasado junto a su mujer, embarazada de 33 semanas, y su hijo, en un vuelo de Ethiopian Airlines. Antes de hacer los trámites migratorios, fue retenido porque Interpol había emitido una alerta naranja.
El juez federal Luis Armella, que está subrogando el juzgado federal 2 de Lomas de Zamora, resolvió el sábado a última hora que el ciudadano ruso debía abandonar el país de manera inmediata y le ordenó a la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) que lo subiera a un avión de regreso a Moscú, pero luego Kazantsev presentó un habeas corpus a través de su abogada.
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Esa presentación finalmente fue rechazada ayer por Armella, tras un dictamen de la fiscal Cecilia Incardona, la misma que había hecho lugar al habeas corpus de cuatro mujeres embarazadas que habían sido retenidas en Ezeiza.
En el caso de las embarazadas, Migraciones no había podido justificar por qué no se había permitido el ingreso ni tampoco se pudo establecer que esas mujeres en particular estuvieran relacionadas con la causa que investiga una red que entrega documentación argentina a ciudadanos de ese país.
Antes de conocer esa decisión judicial, la abogada de Kazantsev hizo una presentación ante la Comisión Nacional para los Refugiados (CONARE) que permitió bloquear su expulsión del país. En realidad, según pudo saber este medio, el sábado mandó un mail ante ese organismo y este lunes hizo la presentación formal y se la comunicó al juez Armella en la audiencia por el habeas corpus.
El trámite para obtener la condición de refugiado puede tardar hasta un año porque debe pasar por el Ministerio de Justicia, Cancillería, INADI, y el Ministerio del Interior. Sin embargo, tras la decisión judicial, Migraciones le otorgó ayer el desembarco provisorio por razones humanitarias, pudo saber Infobae.
“Dicho desembarco provisorio no implicará en ningún caso, el ingreso a la República Argentina. Si durante el procedimiento de la resolución de la admisión o rechazo del extranjero se hiciere necesario su egreso de los límites del aeropuerto, estación o lugar de llegada, la autoridad migratoria podrá retener la documentación de aquél y otorgarle una autorización provisoria de permanencia que no implicará ingreso legal al país, hasta que cesen los motivos que la fundaron”, dice la legislación local.
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Kazantsev tiene un alerta naranja de Interpol por un pasaporte robado. Pero los abogados que lo representan aseguran que se trató de un error. “Aparentemente Kazantsev perdió el pasaporte y luego lo volvió a encontrar, por eso su nombre quedó con el alerta naranja de Interpol. Hay que entender que uno al escapar de un país en guerra escapa con lo que tiene. En la situación en la que está podría viajar con un papel de apatriado”, explicó el abogado Rubilar Pansiuk a este medio.
Y agregó: “Acá está su mujer embarazada y su hijito. Apenas la retuvieron en Ezeiza se contactó con su familia en Rusia, que le envió inmediatamente toda la documentación para acreditar que el pasaporte presentado ante Migraciones es de él”.
Kazantsev sostuvo que se fue de su país porque no quería ir a la guerra en Ucrania. Además dijo que estaba en riesgo porque el Ejército está convocando programadores informáticos, esa es su profesión.
El arribo de este hombre de 38 años ocurre en medio de un fenómeno denunciado por el periódico inglés The Guardian, que puso la lupa sobre una tendencia que se disparó como consecuencia de la invasión de Rusia a Ucrania y las sanciones a las que están sujetos los ciudadanos del país agresor, aunque por el momento Kazantsev no estaría vinculado con las organizaciones ilegales que les cobran USD 35 mil a las embarazadas para que puedan parir en la Argentina y conseguirle documentación falsa para lograr la doble ciudadanía.
En 2022 ingresaron a la Argentina 10.500 embarazadas rusas, de las cuales 5.800 lo hicieron en los últimos tres meses, informaron desde la dirección nacional de Migraciones. En los últimos días la situación volvió a generar polémica dado que algunas mujeres quedaron retenidas en Ezeiza.
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