Desde que confirmó su deseo de competir por la Presidencia en las elecciones de este año, el diputado nacional Javier Milei ratificó en reiteradas ocasiones que, si llega a la Casa Rosada, convocará a una consulta popular con el objetivo de conseguir el apoyo necesario para avanzar con su idea de eliminar el Banco Central, lo que eventualmente derivaría en una dolarización.
Para el dirigente opositor, el organismo monetario es el principal responsable de la inflación en el país, que en 2022 llegó a casi al 95%, según datos oficiales, ya que es el encargado de emitir dinero y puede así aumentar la base en circulación, prácticamente sin un control.
Para solucionar esto, el líder de La Libertad Avanza plantea ir hacia un sistema basado en la banca Simons, que por el momento no fue probado en ningún lugar del mundo, a partir del cual se establecería en la Argentina una libre competencia de monedas y, según cree, la gente terminaría eligiendo la divisa norteamericana para realizar sus transacciones cotidianas.
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Sin embargo, en el último tiempo el economista estuvo siguiendo de cerca a un colega suyo que propone un programa más rápido, sin la necesidad de pasar por esa etapa de convivencia entre diferentes tipos de billetes y que va directamente a una dolarización.
Se trata de Emilio Ocampo, un profesor universitario con una amplia trayectoria en diferentes bancos de inversión, entre los que se encuentran Citibank, Chase Manhattan, Salomon Smith Barney y Morgan Stanley, en los cuales ocupó altos cargos.
Además de haber obtenido su licenciatura en Economía por la Universidad de Buenos Aires, en 1985, y un MBA de la Universidad de Chicago, en 1990, también se graduó en Historia y es el autor de numerosos libros sobre ambas materias.
Una de sus últimas publicaciones es “Dolarización, una solución para la Argentina”, que escribió junto a Nicolás Cachanosky y llamó la atención de Milei, ya que propone la adopción “oficial y unilateral” de esa divisa para frenar el aumento generalizado de precios.
“El libro no solo indaga sobre nuestro pasado inflacionario, sino que además analiza la experiencia de varios países que optaron por abandonar su moneda. Es un libro escrito para no economistas que no sacrifica el rigor conceptual. La Argentina ha agotado las opciones”, señala la descripción del texto que se encuentra a la venta.
Hace unos días, el propio diputado nacional compartió en su cuenta de Twitter un artículo firmado por Cachanosky en el blog de Ocampo, en el que se argumentan los beneficios de avanzar con un plan de estas características en lugar de ir hacia una libre competencia de monedas.
Si bien este programa incluye un régimen que permite realizar contratos con el tipo de billete que las partes elijan, ya sean dólares, euros, libras esterlinas, o cualquier otro, el debate lo centran en si el peso también tiene que formar parte de esas transacciones o no.
En este sentido, los autores señalan que la libre competencia no soluciona el problema de las bajas reservas del Banco Central, pero sí mantiene el peso como medio de intercambio, “dejando así la puerta abierta a nuevos abusos por parte del Estado”.
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Además, remarcaron que bajo ese sistema continuaría el “descalce cambiario”, ya que el Tesoro y parte del sector privado seguirían teniendo ingresos en pesos, pero sus deudas en dólares, lo cual aseguran que se podría resolver con el cambio total de la moneda de curso legal en el país.
“Desde el punto de vista práctico, proponemos que los argentinos paguen sus impuestos en dólares y puedan elegir libremente y de mutuo acuerdo la moneda y los medios de pago con los que quieren operar”, expresaron Ocampo y Cachanosky cuando presentaron su libro en junio del año pasado.
Por otra parte, en el artículo que compartió Milei se remarcó también que la dolarización oficial y unilateral “minimiza la probabilidad de fracaso” de la medida, ya que es más difícil para cualquier futuro gobierno dar marcha atrás con esa decisión.
“La convertibilidad de los ‘90 era más difícil de revertir que una competencia de monedas, lo cual no detuvo la mega devaluación, corralito, corralón, default, y pesificación asimétrica. Una dolarización es otro candado (difícil de revertir) sobre las reformas que acompañan al cambio de régimen monetario”, se destacó.
Además de atraer la mirada del diputado nacional, la obra de Ocampo y Cachanosky ya llegó a manos del ex presidente Mauricio Macri y de la titular del PRO, Patricia Bullrich, y fue elogiada por los ex ministros de Economía Roque Fernández y Ricardo López Murphy, además de por Guillermo Calvo, de la Universidad de Columbia, entre otros.
El líder de La Libertad Avanza cree que esta propuesta podría ser superadora a la que tenía en mente, aunque por el momento no confirmó que tenga pensado implementarla y varias figuras importantes anticiparon la anticonstitucionalidad de la idea.
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El presidente de la Corte Suprema de Justicia, Horacio Rosatti, por ejemplo, se expresó en contra al indicar que no se puede dolarizar la economía argentina por el Artículo 75, inciso 19 de la Constitución, que habla sobre la “defensa del valor de la moneda”.
“Y esto supone que hay que tener prudencia con la expansión monetaria, por ejemplo, y también que no pueden existir cuasi-monedas”, agregó el magistrado durante un evento organizado por el Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires.
Actualmente, Ocampo es profesor de historia económica y finanzas en la Universidad del CEMA (UCEMA) y director de su Centro de Estudios de Historia Económica, pero en su currículum también figura que en 2013 y 2014 fue profesor de finanzas en la Escuela de Negocios Stern de la Universidad de Nueva York, en Estados Unidos.
Además, entre 2016 y 2020 fue Senior Associate del Center for Strategic and International Studies (CSIS) en Washington, y desde 2007 es miembro del Consejo Académico de la Fundación Libertad y Progreso.
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