Miles de argentinos volverán a votar en 2023 con un método que estaba en desuso. Con cálculo político, los gobernadores de San Luis y San Juan aprobaron reformas electorales para adoptar el sistema de lemas, técnicamente conocido como “doble voto simultáneo”. De esta manera, son cuatro distritos -Santa Cruz y Formosa ya lo tenían vigente- que pasarán a sufragar con este mecanismo para los cargos electivos provinciales. En Misiones, en cambio, se aplica solo para los comicios municipales.
Para los analistas especializados en sistemas políticos, las lemas son un método controvertido que confunde a los votantes -porque multiplica excesivamente la oferta electoral- y tiende a beneficiar a los oficialismos. Por esa condición de “cancha inclinada”, la oposición criticó con dureza los cambios en las leyes electorales aprobados el año pasado en la región cuyana, calificandolás como una “vuelta al pasado” y un “retroceso institucional”.
El sistema de lemas es una suerte de unificación de la lógica de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) y el de las elecciones generales. La lema es la boleta del partido político/alianza electoral, mientras que sublema es la lista de candidatos internos. En un mismo día de votación, permite elegir una lista de candidatos entre una multiplicidad de “sublemas” de un mismo espacio político, como si se tratara de una interna partidaria; y al mismo tiempo, pronunciarse sobre los cargos electivos.
Al finalizar la elección, cada voto de las sublemas perdedoras se computa al candidato que obtuvo más votos en la competencia de la lema. De esta sumatoria se define el resultado electoral y la distribución de los cargos. A diferencia de las PASO, donde las elecciones primarias y generales se realiza en dos días distintos -y el elector puede analizar y cambiar su voto entre cada comicio-, en el sistema de lemas el voto es “simultáneo” y “acumulativo”.
Con las reformas recientes en San Juan y San Luis, los peronismos locales que apuntan a la reelección se verían favorecidos con el sistema de lemas. Así lo indica la experiencia con los casos paradigmáticos de Formosa, donde el gobernador Gildo Insfrán se consolidó como figura hegemónica con 28 años ininterrumpidos en el poder; y el de la provincia de Santa Cruz, donde Néstor y Alicia Kirchner ganaron cada elección desde hace 20 años.
“Todas las leyes electorales tienen sus pros y sus contras. Si bien algunos chillan, se valen de la Ley de Lemas para ocupar cargos, porque de otra forma no pueden llegar a ningún lado”, respondió el mandatario formoseño días atrás a los reproches opositores al sistema, durante una actividad oficial en la localidad de Comandante Fontana.
En algunos distritos hay diferencias. En Formosa, la ley de lemas no se aplica para la categoría de gobernador, pero sí rige para los convencionales constituyentes, diputados provinciales, intendentes, concejales y presidentes de comisiones de fomento. Cada sublema está adherida a una candidatura única por lista, que en el peronismo es la misma desde 1983 y es encabezada por Gildo.
En Misiones tampoco hay sublemas para el cargo de máximo mandatario provincial, aunque funciona a nivel municipal. Desde la gestión del gobernador Oscar Herrera Ahuad apoyaron el sistema porque “permite que muchos candidatos, que creen que no tienen chances de ganar la elección, aporten ideas y fundamentalmente sumen musculatura pensando en más adelante”, indicó el jefe de gabinete provincial, Ricardo Wellbach.
En los años noventa durante el mandato de Carlos Menem, las lemas eran una metodología ampliamente extendido en el interior del país, si bien nunca se usó para las elecciones nacionales. Prácticamente la mitad de las provincias llegaron a usarlas. Un paper de la politóloga Agostina Tibaldo (UNR) reconstruyó los años que se implementaron lemas: San Luis (1986), Formosa (1987), Santa Cruz (1988), Tucumán (1988), Misiones (1990), Chubut (1990), Santa Fe (1990), Jujuy (1991), Salta (1991), La Rioja (1991), Santiago del Estero (1991) y San Juan (1994).
Las reformas políticas tuvieron consecuencias. En casos como las provincias de Formosa, La Rioja, Misiones y Salta -que estaban bajo la órbita del peronismo- lograron con la sanción de las lemas evitar una derrota electoral, y al mismo tiempo, contener posibles rupturas internas, según indican en el libro La nueva política de partidos en la Argentina (Prometeo), de los investigadores Ernesto Calvo y Marcelo Escolar.
Los críticos más agudos de las lemas cuestionan que el problema principal que tienen es de la representación, ya que, además profundiza la fragmentación de la oferta electoral, el candidato más votado de una elección no siempre es el ganador bajo este esquema, una circunstancia que puede ser poco clara para la población. Es que el sistema, de manera tácita, entiende que cada votante mantendrá su preferencia por la lema escogida, aún cuando pierda su candidato en la sublema.
En la provincia de Santa Fe, el impacto del doble voto “simultáneo” durante un plazo de 12 años fue crucial para consolidar al peronismo como partido predominante. En tres de cuatro elecciones (1991, 1995 y 2003) en las que funcionó, ganó el sub-lema de la lista para gobernador de Carlos “Lole” Reutemann (PJ) que no era la opción más votada, contra la del radical Horacio Usandizaga. En la primera elección, el dirigente de la UCR obtuvo 120 mil votos más que la del ex automovilista.
“Las reformas de los noventa fueron para que el peronismo mantuviera el poder en las provincias que estaba en riesgos de perderlas, y siempre ha aparecido cuando el justicialismo no puede resolver su interna. En el caso de Santa Fe fue muy claro, Horacio Usandizaga gana la elección en la primera vez con una cantidad de votos muy superior a la Reutemann”, comentó a Infobae Lilia Puig de Stubrin, politóloga (UNR) y ex diputada nacional.
“Es un sistema muy malo porque lo que hace es violar la soberanía popular, no gana el candidato, sino la suma de la partes de los sub-lemas”, agregó Stubrin. “Santa Fe fue tan evidente que, con el transcurso del tiempo, Jorge Obeid (PJ) tuvo que cambiar la legislación electoral para introducir las internas abiertas y obligatorios para mantener algun rasgo de las lemas. Tenía tal problema de legitimidad frente al peso de Hermes Binner que tuvo que hacer la reforma aún en contra del PJ”, concluyó.
En 2015 ocurrió el último incidente de esta índole, luego de que Santa Cruz restituyó el antiguo método electoral para la gobernación y otras categorías provinciales. En esos comicios, el candidato de la UCR, Eduardo Costa, consiguió 71 mil votos (41,6%), pero Alicia Kirchner, que obtuvo 58 mil votos (34,4%), resultó electa gobernadora con los sufragios de Daniel Peralta -que tenía su propio armado por fuera del kirchnerismo- que al sumar unas 28,332 boletas afirmativas (16,5%).
Si bien los sistemas electorales condicionan e influyen en las preferencias ciudadanas, las hegemonías provinciales se sostienen aún sin recurrir a estos instrumentos. San Luis es una de las ocho provincias donde el oficialismo peronista nunca perdió desde la vuelta de la democracia. Sin embargo, en los últimos años, la oposición viene creciendo en caudal electoral en la provincia puntana, desafiando a de los hermanos Alberto y Adolfo Rodríguez Saá, hoy peleados políticamente.
Los defensores de las lemas suelen sostener, como argumentos, que el sistema promueve la participación partidaria. Ahora, las razones apuntan al ahorro de los costos económicos que implica unificar las elecciones en un solo día y que permite evitar el “hartazgo” ciudadano de tener que votar muchas veces en un mismo calendario electoral.
“La verdad que las PASO son un enorme gasto, paralizan la provincia con dos elecciones, a veces tres y a veces más por intendencias”, señaló Alberto Rodríguez Saá al apoyar la ley de lemas. En San Luis, la ley estuvo vigente desde 1986 hasta su derogación en 2004.
En los últimos años, hubo distintos intentos por reponer el voto simultáneo y acumulativo en otros distritos, como la provincia de La Rioja o Tierra del Fuego. En Jujuy, en cambio, ocurre la situación inversa. El gobernador de la UCR, Gerardo Morales, impulsa una reforma constitucional provincial que incluye, entre otras normas, la prohibición expresa de la ley de Lemas, que estuvo vigente hasta el año 2000.
Pese a las críticas, para la Corte Suprema de Justicia la adopción de la ley de lemas no es controversial en relación a su constitucionalidad. En un fallo de 2018 sobre la vigencia del sistema electoral en Santa Cruz, el máximo tribunal advirtió que la norma es de “baja calidad institucional”, pero desestimó un recurso de queja de la oposición. La sentencia argumentaba que el dispositivo electoral se ajustaba a derecho y, por lo tanto, no se produce vulneración de derechos.
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