En una ceremonia que tuvo lugar en una sala del Palacio Vecchio, este mediodía, el alcalde de la ciudad de Florencia (Firenze), Dario Nardella, le entregó las llaves de la ciudad al empresario argentino Eduardo Eurnekian, presidente de Corporación América, y de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg.
El homenaje está motivado por “el compromiso y la creatividad que han animado su actividad empresarial y por su encomiable contribución, como presidente de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg, en favor de la promoción de los valores de solidaridad, paz y coraje cívico, pilares éticos de los supervivientes del Holocausto y de quienes aún hoy luchan valientemente contra toda forma de racismo y prejuicio”.
Las llaves entregadas a Eurnekian son una fiel reproducción de las que abrían las antiguas puertas de la ciudad, cuna del Renacimiento italiano. Este tipo de ceremonias constituyen una tradicional forma de homenaje por parte de una municipalidad a visitantes ilustres.
En el homenaje, el alcalde Nardella destacó que el 27 de enero pasado se había conmemorado el Día Internacional en memoria de las víctimas del Holocausto, para destacar que el primer motivo por el cual se otorgaban las llaves de la ciudad a Eduardo Eurnekian era su compromiso con la preservación de la memoria de la Shoá. “Sus orígenes argentinos y armenios y el hecho de que ha creado la Fundación Raoul Wallenberg (...) es para nosotros un símbolo muy importante”.
“Eurnekian es también un testimonio vivo de las relaciones entre Italia y Argentina -agregó-, y en particular con Florencia, ha invertido mucho en nuestra ciudad, pero también en toda Italia, a través de los aeropuesrtos, y es uno de los empresarios argentinos más activos en Europa”.
“El reconocimiento que se me confiere reviste una gran importancia, que me compromete a seguir trabajando, no solo en los lazos que unen el mundo de las inversiones, sino también en aquellos que acercan humanamente a nuestros países”, dijo Eduardo Eurnekian en su discurso de agradecimiento a la distinción conferida por Florencia.
“Recibir las llaves de la ciudad es, para mí, un acontecimiento de alcance mayor, porque los hombres de empresa abrimos puertas, integramos mercados, conectamos personas, ciudades, naciones a través de la producción, valiéndonos solamente de esas fuerzas, que son la inventiva, la organización, el optimismo y el arrojo que esta cultura nos ha impregnado, por todo el mundo”, agregó.
El empresario evocó en su discurso la historia de la emblemática ciudad toscana, Florencia, Firenze en italiano, “tierra de las principales casas bancarias de Europa”, también cuna de una industria textil refinada, de “medios de comunicación relevantes para la época” y de “artesanos en talleres progresistas y creativos”. Desde la Edad Media, dijo, Florencia es “un faro de creatividad, innovación y generación de valor, belleza y progreso”; una herencia que, en el presente, funde la tradición “con la vanguardia, revolucionando todos los paradigmas”.
Eurnekián también aludió a la influencia de esa cultura en su patria, definiendo a la Argentina como “el único país italiano en Latinoamérica y el más italiano de los países del mundo, fuera de italia”.
Evocó además sus orígenes familiares: “En lo personal, provengo de una familia armenia que supo transmitirme estos mismos valores, que compartimos: el premio en la constancia, la satisfacción en la inversión, la esperanza en los proyectos y la convicción en el trabajo”.
No faltaron en su intervención las referencias a la actual coyuntura mundial y un llamado a actuar ante los cambios profundos que está experimentando el mundo. Frente a la constatación de que “hoy la geopolítica vincula a grupos de afinidad, a países y mercados que conforman espacios de coincidencia (...) quienes compartimos la adhesión por la democracia, la libertad basada en instituciones, la iniciativa privada como motor social, y los mercados abiertos, estamos invitados a acercarnos y crear espacios de coincidencia”, señaló.
“Señor Eurnekian, usted goza de gran prestigio, no sólo como extraordinario hombre de negocios, sino también como líder visionario -dijo, por su parte, la embajadora de Armenia en Italia, Tsovinar Hambartsumyan. Y en alusión a Toscana Aeroporti, empresa que gestiona los aeropuertos de Florencia y Pisa, entre otros, la representante diplomática señaló que para Eurnekian ésta constituye “mucho más que un negocio”, pues se combina con “un fuerte vínculo emocional”. Lo comparó con los lazos del empresario con Armenia, “ya que se sabe que la familia Ernekian estaba estrechamente vinculada a la región de Toscana, donde iniciaron el negocio familiar”.
El discurso completo de Eduardo Eurnekian
Buenos días,
Quiero en primer lugar agradecer el honor que la ciudad de Firenze y el amigo alcalde, Darío Nardella, me conceden al hacerme entrega de las llaves de esta histórica y magnífica ciudad de Florencia.
También deseo manifestar mi gratitud al gobernador de la región toscana, nuestro amigo Eugenio Giani, y agradecer a todas las autoridades que hoy nos acompañan.
El reconocimiento que se me confiere reviste una gran importancia, que me compromete a seguir trabajando, no solo en los lazos que unen el mundo de las inversiones, sino también en aquellos que acercan humanamente a nuestros países.
He dedicado mi vida a la actividad empresarial como fuente creadora de transformación y liderazgo; a la creación de valor y a la iniciativa para responder a las necesidades de las personas a través de bienes y servicios muy diversos y calificados. Agradezco que la vida me permita desarrollar parte de mis actividades, también aquí, en mi condición de empresario.
Hace ya 800 años ésta era la tierra de las principales casas bancarias de Europa, de calificados productos textiles que se exportaban exitosamente por el continente y más allá también, de medios de comunicación relevantes para la época y de artesanos en talleres progresistas y creativos. Desde la Edad Media y hasta el día de hoy, éste es un faro de creatividad, innovación y generación de valor, belleza y progreso. esta herencia que emerge en un renacimiento contemporáneo y a través del cual se logra releer la tradición, fundiéndola con la vanguardia, revolucionando todos los paradigmas. Algo que tanto ha influido en Argentina, el único país italiano en latinoamérica y el más italiano de los países del mundo, fuera de Italia.
Ello ocurrió desde la estructural influencia generada cuando entre 1870 y 1920 llegaron al puerto de buenos aires tres millones de inmigrantes desde esta tierra peninsular, lo que conformó dos tercios de toda nuestra inmigración.
Esa influencia perdura aún hoy, a través de empresarios argentinos que son italianos, de numerosas empresas italianas que trabajan en Argentina, y muchos que nos sentimos italianos, llegando del sur de América a trabajar, invertir, producir y comerciar, también en esta tierra.
En lo personal, provengo de una familia armenia que supo transmitirme estos mismos valores, que compartimos: el premio en la constancia, la satisfacción en la inversión, la esperanza en los proyectos y la convicción en el trabajo.
Asistimos a un momento singular. El mundo atraviesa cambios sustanciales: una profunda revolución tecnológica, el liderazgo de empresas globales que crean nuevas realidades, satisfaciendo las actuales exigencias por mejores y mayores estándares y requisitos de calidad. La economía, el comercio y la producción quedan hoy más influenciadas por disputas de poder.
En estas circunstancias es imprescindible que nos involucremos. Es por eso que hoy la geopolítica vincula a grupos de afinidad, a países y mercados que conforman espacios de coincidencia, como los que tenemos, y sobre los que debemos construir puentes. Quienes compartimos la adhesión por la democracia, la libertad basada en instituciones, la iniciativa privada como motor social, y los mercados abiertos, estamos invitados a acercarnos y crear espacios de coincidencia.
Recibir las llaves de la ciudad es, para mí, un acontecimiento de alcance mayor, porque los hombres de empresa abrimos puertas; integramos mercados; conectamos personas, ciudades, naciones a través de la producción, valiéndonos solamente de esas fuerzas, que son la inventiva, la organización, el optimismo y el arrojo que esta cultura nos ha impregnado, por todo el mundo.
Así tomo este reconocimiento, como un compromiso a seguir caminando juntos en aras del progreso y la amistad. tenemos un largo camino a seguir…
Recorrámoslo aunadamente, proyectando estas tradiciones, estas culturas y estos valores.
Muchas gracias.
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