Una nueva crisis política estalló en el gobierno nacional. La interna del peronismo explotó en la tarde del jueves y el epicentro de esa explosión fue la Casa Rosada. Esta vez la discusión de fondo tiene dos protagonistas con oficina en Balcarce 50: el presidente Alberto Fernández y el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro.
La Portavoz del Gobierno, Gabriela Cerruti, aseguró que se comunicó con el ministro De Pedro durante el día luego que se conociera que estaba dolido por haber quedado afuera de la reunión que el mandatario y su par de Brasil, Lula da Silva, tuvieron con los organismos de derechos humanos el último lunes.
“Le consulté a ‘Wado’ y me dijo que jamás dijo nada de todo eso, que es una locura. Es todo un invento periodístico. El ministro dice que nunca dijo nada de todo lo que salió”, sostuvo Cerruti en diálogo con Infobae y otros medios acreditados en la casa de Gobierno.
En la misma línea, explicó: “Si el ministro tiene algo para decir, lo dirá. Nosotros no vamos a especular. Para nosotros no es un tema porque le preguntamos al ministro y dijo que no tenía nada que ver ni había dicho lo que salió en los medios”.
En el comienzo del día, Infobae publicó la nueva interna del Gobierno y confirmó que De Pedro se había sentido dolido y excluido por el Presidente de un acto con los organismos de derechos humanos. Pensaba que iba a ser invitado debido a su trayectoria y militancia en el ámbito de los DD.HH.
El ministro del Interior es hijo de desaparecidos y fundador de la organización H.I.J.O.S. Toda su vida estuvo asociado a los organismos. En esa historia se basa su enojo. Una vez conocida las palabras de la Portavoz, desde el entorno de De Pedro ratificaron que el funcionario se siente dolido porque no lo invitaron y que Fernández estuvo mal en marginarlo de ese encuentro.
En el entorno de De Pedro advirtieron que la exclusión del Presidente está vinculada a la posibilidad de que el ministro se convierta en candidato a sucederlo en los próximos meses. “Wado” es el nombre que tiene más apoyo, dentro del universo K, para iniciar la aventura presidencial de este año.
Durante la tarde, en la Casa Rosada intentaron bajarle el tono a la polémica y esquivar el conflicto. “El Gobierno no invitó a ningún ministro. Los que hicieron las invitaciones fueron los organismos”, afirmaron. Así buscaron dejar atrás el nuevo foco de conflicto.
Un funcionario de confianza de Alberto Fernández también relativizó las diferencias. “Es irrelevante. Hoy la agenda es otra. Tenemos que recuperarnos para que el peronismo sea competitivo y necesitamos a todos tirando par el mismo lado”, señaló.
Sin embargo, cerca de De Pedro ratificaron el malestar del ministro. Idas y vueltas de un Gobierno que volvió a caer en la grieta interna del peronismo.
El Presidente y “Wado” de Pedro no se hablan. Hace tiempo que la relación se deterioró. Desde la renuncia inconclusa del ministro en la crisis post PASO hasta este presente donde la coalición está quebrada, el vínculo fue disminuyendo hasta quedar estancado en el silencio.
Solo hay saludos cordiales durante algunas reuniones y nada más. De Pedro reporta directamente a Cristina Kirchner, su jefa política. No trabaja en equipo con Fernández. Es la foto de la crisis que sufre el gobierno nacional desde hace un año y medio.
El Presidente y su círculo de funcionarios más cercanos hacen pie en la Casa Rosada, mientras que el kirchnerismo cumple, a rajatabla, los mandatos que salen de la oficina de la Vicepresidenta en el Senado. Las diferencias se aplacaron durante el inicio del verano pero resurgieron en las últimas horas. Que Fernández no hable con uno de los tres ministros más importantes del Gabinete es el reflejo de las divisiones internas y la endeble estructura política del Gobierno.
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