Si bien la razón es la acusación judicial que pesa sobre él por narcotráfico en Estados Unidos, Nicolás Maduro intentó justificar en un audio que compartió el sociólogo y politólogo Atilio Boron los motivos que supuestamente lo llevaron a decidir a último momento no participar de la 7ma Cumbre de la CELAC que se realizó en Buenos Aires, pese a la invitación que le había llegado por parte del presidente argentino Alberto Fernández.
En su descargo, el dictador venezolano indicó que su renuncia al viaje radicó en “información de inteligencia” que recabó durante los días previos al inicio del foro continental y culpó a “ratas macristas, la Patricia Bullrich y el partido judicial” de estar detrás de un plan coordinado por la embajada norteamericana.
“Si decidí no ir es por informaciones muy delicadas. Muy delicadas. No era una simple provocación de una marcha, era algo más grueso”, comenzó su explicación Maduro quien no visita un país sudamericano desde hace cinco años por temor a las denuncias de narcotráfico que pesan sobre sus espaldas. El jefe del régimen de Caracas continuó: “(Estaba) coordinado desde la Embajada de Estados Unidos con las ratas del macrismo, la Patricia Bullrich y el partido judicial. Era algo más grueso... grueso grueso. Confirmado. Y bueno, era entrar en combate en territorio distinto al de Venezuela”.
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De acuerdo a la información que dijo manejar Maduro de “fuentes de inteligencia de primer nivel”, en la capital argentina se habría estado tramando un plan que tildó de “una gran provocación, una agresión”, aunque no entró en detalles sobre en qué consistía esa conspiración.
“Tengan confianza en que la decisión que se tomó fue la correcta, valorando objetivamente todos los elementos que teníamos de fuentes de inteligencia que nunca nos han fallado. Fuentes de inteligencia de primer nivel. Que como saben no puedo ni siquiera sugerir de dónde vienen las fuentes de inteligencia, pero son muy poderosas. Me han salvado la vida varias veces. Y veníamos evaluándolo estos días... veníamos evaluando eso”, concluyó el dictador en un audio que difundió Boron.
Buscado por narcotráfico
Sin embargo, el origen de su decisión no está, como también dijo Maduro, en conspiraciones de la “derecha neofascista” o en emboscadas que pudiera sufrir en su paso por Buenos Aires para participar de la CELAC. El temor a abordar un avión de Conviasa que lo deposite en la Argentina radicaba en la causa del Distrito Sur de Nueva York, donde se describen uno por uno los delitos por narcotráfico que pesan sobre él.
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A partir de la enumeración detallada de los crímenes que se le imputan, el Departamento de Estado norteamericano emitió hace dos años un alerta internacional para que se aporte información sobre el paradero del jefe del régimen chavista en caso de que abandone su país, algo que rara vez hace. Estados Unidos está detrás de Maduro -y otros funcionarios- como uno de los líderes del Cartel de los Soles, una organización dedicada al narcotráfico que opera en Venezuela. También por sus conexiones con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), también dedicadas al tráfico de drogas.
Las alarmas se accionaron formalmente en la Embajada de los Estados Unidos en Buenos Aires a partir de que Patricia Bullrich realizara una denuncia y una comunicación allí para que se accionaran los mecanismos necesarios para detener a Maduro. Esa información sobre una denuncia en marcha llegó al Palacio de Miraflores en Caracas, donde comenzaron a evaluar el peligro que significaría que el jefe del régimen pisara la capital argentina sin todas las garantías. No eran necesarias sus “fuentes de inteligencia” para determinar que existía una denuncia y que pesa sobre él un pedido de captura por sus vínculos con el narcotráfico.
Ese es el principal motivo por el cual Maduro no sólo decidió cancelar su vuelo a Buenos Aires, sino que tampoco visita países sudamericanos desde hace cinco años. Teme que una orden judicial y un pedido de extradición lo coloque tras las rejas. Sólo viaja a aquellos países amigos donde las instituciones democráticas están comprometidas o no existen: Rusia, Irán, China, Cuba, son sus destinos más seguros.
En la Argentina, Alberto Fernández se mostraba entusiasmado con su llegada: “Está más que invitado”, dijo hace unos días cuando fue consultado sobre la presencia del dictador venezolano en Buenos Aires.