Es el escenario perfecto para un acuerdo. El paisaje más verde de la Patagonia, el bosque de araucarias y arrayanes, una vista privilegiada del lago Nahuel Huapi. ¿Qué podría salir mal en la caminata que compartieron Mauricio Macri y Patricia Bullrich, de 17 a 19, en el country Cumelén?
Todavía no se conocen los detalles de la charla, que, como en otras ocasiones similares, el ex presidente pide a sus interlocutores que no trasciendan, pero sí se sabe que la jefa del PRO está satisfecha con el encuentro de este lunes y que disfrutó los momentos de intimidad en familia con el ex presidente que nunca había tenido. Hace menos de un mes, Macri lo vio 4 veces en una semana a Horacio Rodríguez Larreta en el mismo lugar, la mayoría de las veces con sus parejas y amigos.
La feroz interna del PRO, en donde la pelea Bullrich-Rodríguez Larreta se cocina en la alta temperatura de las señales ambiguas de Macri sobre su candidatura, fue el eje excluyente de la invitación del ex jefe del Estado a la ministra de Seguridad para que se hospede durante casi dos días en su casa, con el pedido especial de que concurriera acompañada por su marido, Guillermo Yanco. Para el bullrichismo, es un gesto que confirmaría “la preferencia” de Macri hacia ella. El macrismo lo desmiente: “Mauricio trata a todos por igual y apuesta a que compitan con sus mejores programas y equipos”.
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En la agenda que abordaron a solas hay muchos temas decisivos: la competencia de los candidatos presidenciales del PRO en las PASO, la pelea de los partidos de Juntos por el Cambio en provincias como Córdoba, Neuquén, Río Negro, Mendoza y Chubut, la relación con la UCR y su presencia en fórmulas cruzadas para las elecciones y los programas de gobierno que elaboran en soledad los equipos bullrichistas, por fuera de la Fundación Pensar (en la que Bullrich desconfía porque le atribuye cercanía y financiamiento del larretismo). Existe un punto más, acaso el primero que debería definirse para pacificar la interna opositora: la confirmación de Macri sobre su eventual candidatura.
Bullrich llegó a Villa La Angostura a media mañana y al mediodía compartió el almuerzo con Macri. Estuvieron acompañados por Yanco y Juliana Awada, la esposa del ex mandatario. El clima fue muy distendido, aunque la decisión del dictador venezolano Nicolás Maduro de cancelar su visita a la Argentina acaparó gran parte de la conversación: la titular del PRO estaba eufórica porque interpreta que el viaje del se frenó por la presentación que hizo este domingo ante la Administración para el Control de Drogas (DEA) para solicitar la captura de Maduro si aterrizaba en nuestro país.
Macri recién tuiteó sobre el tema a las 22.09 (”Maduro tuvo miedo. Se dio cuenta de que algo está cambiando en la Argentina”, fue su mensaje). Por entonces, ya había tenido la caminata a solas con Bullrich por Cumelén, que duró unas dos horas. Antes de esa recorrida, la jefa del PRO estuvo en contacto con sus colaboradores para sacar provecho de su estrategia ante la visita del presidente venezolano. Consensuó un tuit en el que celebró haber “frenado al narcotraficante de Maduro” y también dictó una dura respuesta ante el pedido del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, de que “la Argentina no permita que la extrema derecha gane las elecciones”.
Hubo referentes del PRO lo mantuvieron informado a Macri de otra iniciativa que es considerada clave para que Maduro no viniera a la Argentina: la denuncia penal elevada ante la Justicia por el Foro Argentino para la Democracia en la Región (Fader), firmada entre otros dirigentes por Waldo Wolff, secretario de Asuntos Públicos del gobierno porteño. En esta presentación judicial se acusa a Maduro y a sus colegas de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y de Nicaragua, Daniel Ortega Saavedra, por “la persecución política contra organizaciones civiles y personas físicas”.
El régimen chavista justificó la ausencia de Maduro en la cumbre del CELAC por la existencia de un plan elaborado por “la derecha neofascista” en la Argentina y que consistía en “llevar a cabo una serie de agresiones en contra de nuestra delegación encabezada por el presidente”.
Sea como fuere, Macri y Bullrich consideraron un éxito político de la oposición haber incidido en la marcha atrás del dictador venezolano. “Lo frenamos con la DEA. Pánico tiene con esa denuncia”, dijo la jefa del PRO a Infobae por la tarde. En la misma sintonía, sus asesores difundieron entre los periodistas la interpretación de que el desistimiento de Maduro había sido “un gol de Patricia”. A la misma hora, desde el larretismo balanceaban esa mirada con el recordatorio del encuentro del jefe de Gobierno con 15 venezolanos, el viernes pasado, y la denuncia judicial firmada por Wolff, entre otros.
Luego de la caminata por el bucólico paisaje de Cumelén, el ex presidente y la titular del PRO se reencontraron con sus parejas, descansaron un rato y compartieron la cena, con la promesa de que por la mañana, descansados, retomarían la conversación sobre temas políticos. Bullrich regresará a Buenos Aires antes del mediodía. Hasta el momento, el saldo del encuentro en Villa La Angostura es similar al que había tenido Rodríguez Larreta: total hermetismo sobre lo hablado y ninguna foto.
Hasta ahora, al menos, no está previsto que María Eugenia Vidal, la tercera candidata presidencial del PRO, viaje a esta nueva Meca partidaria que es Cumelén para hablar con el fundador del espacio. Ya se vieron en Buenos Aires, antes de fin de año, y en el entorno de la ex gobernadora afirman lo mismo que en el bullrichismo y el larretismo tras sus reuniones con Macri: “Quedó muy contenta”.
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