Estarán casi dos días juntos y será una experiencia político-familiar inédita desde que se conocieron. Mauricio Macri y Patricia Bullrich estarán juntos en la casa del ex presidente en el country Cumelén, en Villa La Angostura, desde la mañana de este lunes y hasta el martes antes del mediodía, con una agenda de temas que tendrá en vilo a toda la dirigencia del PRO y de Juntos por el Cambio.
¿Habrá alguna señal explícita de respaldo del ex mandatario hacia la candidatura presidencial de la jefa partidaria? Nadie cree que Macri avance en esa dirección. Se cuidó muchísimo antes y después del encuentro que mantuvo con Horacio Rodríguez Larreta el 31 de diciembre pasado en Cumelén. Del contacto no se supo nada y ni siquiera hubo foto de los dos. El bullrichismo, en cambio, apuesta a que sí habrá foto de su líder con el fundador del PRO. Anticipan que será un guiño sugestivo de Macri.
En el entorno de Bullrich aseguran que a ella le sorprendió la invitación del ex presidente a pasar un día y medio en su casa de Cumelén, y mucho más que le haya pedido especialmente que viajara con su esposo, Guillermo Yanco. Nunca convivieron de esa forma en “plan familiar”. Por eso los bullrichistas creen que el apoyo de Macri a la candidatura la ex ministra de Seguridad “se da de hecho”: según aseguran, es la que mejor sintoniza con el “estilo de cambio” que predica el ex jefe del Estado.
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En el larretismo, en cambio, ya no esperan señales, guiños ni gestos del fundador del PRO: todo el equipo nacional del jefe de Gobierno diseña su estrategia de campaña sobre la hipótesis de que las candidaturas presidenciales se definirán en las PASO. ¿Y el resto de las postulaciones? En la imaginación de algunos operadores del PRO se dibuja, por debajo de la máxima candidatura nacional, un escenario de acuerdo en la ciudad de Buenos Aires y en la provincia de Buenos Aires. Es decir, el aval del jefe de Gobierno para que Jorge Macri sea el postulante único en el distrito porteño y el acuerdo macrista para que Diego Santilli sea el elegido para disputar la gobernación bonaerense.
Son, por el momento, puras especulaciones. Este sábado, en San Carlos de Bariloche, Macri abrió el Foro Federal de Legisladores del PRO mediante un diálogo con el diputado rionegrino Juan Martín en el que no sólo reiteró sus premisas sobre la construcción de los liderazgos sino que también insistió, una y otra vez, en el valor de la competencia. Toda la concurrencia entendió que, más allá de las comparaciones con el fútbol, Lionel Messi y La Scaloneta, estaba hablando de la interna del PRO.
Macri no dio pistas sobre su candidatura (nadie se animó siquiera a preguntarle sobre el tema) y se mostró cómodo en su rol de mentor de la oposición. En la apertura del foro, al ex mandatario quizá también le habrá llamado la atención la reacción de los casi 200 legisladores provinciales y dirigentes del PRO cuando se proyectaron videos con los saludos de Cristian Ritondo, María Eugenia Vidal, Rodríguez Larreta y Bullrich: el “aplausómetro” favoreció claramente a la titular del partido.
El formato elegido para la participación de Macri fue un calco del utilizado en Mar del Plata para la presentación de su último libro: en esa oportunidad, el ex presidente dialogó con el intendente de Pinamar, Martín Yeza. En Bariloche, conversó con Juan Martín, el titular del Foro Federal de Legisladores del PRO. No es casual: los asesores macristas prefieren evitar los discursos y apuntan a un esquema más distendido en el que los moderadores le hacen preguntas a Macri. Claro que nada se deja librado al azar. Los temas son acordados previamente para que no haya sorpresas. Por el mismo motivo se evita transmitir estos eventos por streaming. Todos saben que la lupa de la política está puesta en Macri y que cada palabra que diga, o que no diga, tendrá una interpretación política concreta.
Por eso tampoco fue casual que el ex presidente haya aprovechado su presencia en Bariloche para castigar al senador nacional Alberto Weretilneck, quien acaba de sellar un acuerdo electoral con el camporista Martín Doñate y la UCR provincial para intentar volver a la gobernación de Río Negro. Lo consideró su “gran desilusión” y dijo que “se transformó en un kirchnerista más”. Curiosamente, no cargó las tintas contra los radicales, que decidieron aliarse al kirchnerismo rionegrino, aunque no se privó de calificar de “populismo” a esa alianza. Macri jugará sus cartas: ya invitó a Cumelén a Aníbal Tortoriello, el candidato a gobernador del PRO al que apoyan un sector de la UCR y el ARI.
Ese contacto está vinculado con la preocupación que existe en Juntos por el Cambio por las divisiones y los aires de fractura en provincias como Córdoba, Neuquén, Chubut y Mendoza, además de Río Negro. Los cuatro presidentes de los partidos de JxC se reunirán el miércoles próximo para resolver esas internas complicadas, en donde las principales fuerzas no pueden reprocharse nada porque todos están asociados a movimientos rupturistas en algún distrito. Bullrich (PRO), Gerardo Morales (UCR), Maximiliano Ferraro (Coalición Cívica) y Miguel Angel Pichetto (Encuentro Federal Republicano) coinciden en que debe respetarse a rajatabla el reglamento electoral de la coalición.
El caso de Mendoza fue el eje de un Zoom de la Mesa Nacional del PRO que se realizó la semana pasada y en el que expuso su posición el diputado nacional Omar De Marchi, en la mira opositora luego de que dejó en claro que quiere competir por la candidatura a gobernador con el radical Alfredo Cornejo por afuera de JxC. El legislador le explicó a Infobae por qué el frente Cambia Mendoza liderado por la UCR no es equivalente a Juntos por el Cambio a nivel nacional y cómo una nueva alianza electoral piloteada por el PRO “representará mejor los intereses de JxC en Mendoza de lo que lo hace hoy el radicalismo”. El problema no sólo pone en crisis la relación UCR-PRO sino que también incomoda a Rodríguez Larreta, de quien De Marchi es uno de sus armadores políticos nacionales.
El díscolo diputado sugiere que el jefe de Gobierno lo apoya. Parece difícil cuando se revisa la colección de fotos recientes de Rodríguez Larreta con Morales, el presidente de la UCR; con Martín Lousteau o la de este sábado con otro referente radical como el gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés, a quien visitó acompañado por el titular de la Coalición Cívica, Maximiliano Ferraro. El alcalde porteño está afianzando lazos tan firmes con el radicalismo que la actitud de De Marchi se convierte en un imprevisto escollo para la construcción multicolor de su candidatura.
También es un problema para Bullrich como jefa del PRO. El desafío de De Marchi la obliga a tomar medidas para hacer cumplir el reglamento electoral, pero podría producirse un efecto contagio en el interior si se generaliza la interpretación del diputado mendocino: “El artículo 5 del reglamento electoral dice que los partidos nacionales representados en la Mesa Nacional de JxC se comprometen a que en caso de que algún partido de orden provincial no respete lo definido en esta resolución, no podrá hacer uso del nombre Juntos por el Cambio u otras denominaciones equivalentes en la inscripción de la alianza electoral provincial. O sea, el mismo reglamento establece el apercibimiento. Dicho de otra manera, podés no respetar este reglamento”, dijo De Marchi a Infobae.
El conflicto ya generó la primera reacción interna: los opositores a De Marchi en la conducción del PRO mendocino le enviaron una carta al titular provincial del partido, Alvaro Martínez, para pedirle que convoque a la asamblea de la agrupación con el fin de “ratificar nuestra permanencia en el frente Cambia Mendoza y despejar cualquier duda o incertidumbre al respecto”. Con la firma de Enrique Thomas, vicepresidente 2°, y de Sol Salinas, vocal titular, la nota reivindica “la valiosa herramienta de las PASO” y destaca que Cambia Mendoza “gobierna con éxito la provincia desde 2015″. La pelea interna es a todo o nada. Bullrich jugó fuerte. ¿Qué hará Rodríguez Larreta? En su entorno hay quienes se despegan de De Marchi y otros que aseguran que su jugada tiene un guiño del alcalde porteño.
Como sea, De Marchi no estuvo en la cena que el jueves pasado organizó en su casa Augusto Rodríguez Larreta, el hermano del jefe de Gobierno y uno de sus operadores de confianza, con los 10 armadores del larretismo en el interior. ¿Habrá sido casual la ausencia del diputado rebelde?
Mientras Juntos por el Cambio cruje en algunas provincias, pocos de sus dirigentes parecen darse cuenta del riesgo de que no haya una solución consensuada a la encerrona de tener 5 candidatos a gobernador en el territorio bonaerense. Todos saben que no deberían resolver la postulación en las PASO para no dividir el voto: Axel Kicillof sigue con imagen negativa en el distrito más decisivo del país, pero una intención de voto del 38%, casi sin que lo afecte la debacle del gobierno nacional.
En ese escenario, donde las encuestas coinciden en la paridad entre el gobernador y Santilli, el opositor que mejor mide, hay un peligro cierto de que el kirchnerismo retenga la provincia, más todavía si Cristina Kirchner finalmente encabeza la boleta de candidatos a senador nacional. El larretismo ya hizo un acuerdo con Cynthia Hotton, flamante funcionaria porteña, que en las elecciones legislativas de 2021 obtuvo un 2,95% del total de los sufragios y ahora puede ser clave para ganar en una provincia donde no hay ballotage, lo que quiere decir que los comcios se pueden ganar por un voto. Santilli profundiza sus recorridas por toda la provincia (desde junio de 2021 ya acumuló 105.000 kilómetros visitando ciudades y hablando con vecinos), pero sus estrategas ya preparan para febrero un prelanzamiento de su candidatura, que tendría ribetes “impactantes y disruptivos”.
Mientras, Cristian Ritondo reforzó su campaña para la gobernación multiplicando las recorridas junto con María Eugenia Vidal. Otros postulantes del PRO también aceleran sus planes: Néstor Grindetti, alineado con Macri, visitó ciudades de la costa atlántica y estuvo con más de 90 legisladores, concejales y referentes territoriales que acompañan su proyecto provincial. De la misma forma se están moviendo Joaquín de la Torre y Javier Iguacel, los candidatos de Bullrich para suceder a Kicillof.
Las urgencias electorales se están precipitando, no hay un horizonte de un triunfo garantizado en las urnas para Juntos por el Cambio y aún existen más peleas que acuerdos internos. Del otro lado está el kirchnerismo, un rival que parece groggy por la crisis galopante, pero que es todo un experto en unirse cuando olfatea la pérdida de poder. ¿Tendrá JxC el mismo olfato para reaccionar a tiempo y que no se le escape la victoria en los comicios nacionales? Por ahora, la moneda está en el aire.
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