Frente a la campaña, Alberto Fernández reconstruye su círculo íntimo para pelear la interna del Frente de Todos

El Presidente alista a su entorno, diezmado por las bajas de asesores y la inminente salida de Juan Manzur. Impulsa una nueva dinámica interna para la gestión y la carrera por la reelección

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Alberto Fernández intenta reconstruir su círculo íntimo de cara al año electoral
Alberto Fernández intenta reconstruir su círculo íntimo de cara al año electoral

Tras las renuncias de dos de sus asesores más cercanos y ante la inminente salida del jefe de Gabinete, Juan Manzur, que deja el Gobierno en febrero y no regresaría, Alberto Fernández incorporó nuevas fichas al tablero de su gestión e hizo algunos movimientos tácticos para reforzar su círculo de confianza, diezmado en el final de 2022. De cara al año electoral, que recién comienza, y donde, en principio, intentará ir por la reelección, el primer mandatario reacomoda piezas para imprimir una nueva dinámica a la gestión y las negociaciones políticas, que lo ayuden a posicionarse como candidato en la interna con el kirchnerismo.

Los cambios en el entorno más cercano del Presidente se están acelerando desde el comienzo del año y se terminarán de concretar en febrero. En la calurosa tarde de hoy, cuando no se veía un alma en la Casa Rosada, mientras Alberto Fernández se disponía para desplazarse hacia Nueva Pompeya para una inauguración de viviendas, empleados del Palacio de Gobierno le enseñaron por primera vez al futuro jefe de Asesores del Gabinete de la Nación, ex CEO de la multinacional Syngenta, Antonio Aracre, la ubicación de su oficina.

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El nuevo jefe de asesores asumirá formalmente el 1ro de febrero, pero hizo una primera recorrida por la sede gubernamental, donde había estado la semana pasada con el Presidente. Ocupará el lugar de Julián Leunda, que fue echado en el inicio de diciembre, muy poco después de que lo ascendieran, cuando se destapó que aparecía nombrado en los escandalosos chats entre jueces, fiscales y funcionarios que viajaron juntos a Lago Escondido.

El Presidente junto a Antonio Aracre
El Presidente junto a Antonio Aracre

Aracre, ahora ex empresario devenido en funcionario, desembarcará con la confianza de Alberto Fernández a pesar de la controversia que provocaron sus primeras declaraciones públicas en el kirchnerismo y el sector sindical que responde al camionero Pablo Moyano. Y pasará sus días laborales en el ala norte del primer piso, el más relevante de Balcarce 50, por lo que no deberá subir ni bajar escaleras para visitar el despacho presidencial.

En la segunda planta de la Casa Rosada, donde funciona Argentina Futura, se prepara para instalarse en su nuevo rol Nahuel Sosa, cuya designación había adelantado Infobae y fue confirmada esta semana por decreto en el Boletín Oficial. El sociólogo no necesitará que le muestren dónde cumplirá sus funciones: desde 2019 ocupa la oficina contigua a la de Alejandro Grimson, que hasta diciembre era su jefe y dejó su cargo el día previo a la final del Mundial (para no hacer olas), incómodo por el rumbo de la gestión del Ejecutivo y con los manejos políticos del propio primer mandatario. Ahora será su número 2, Sosa, quien estará al frente de ese programa

La salida de Grimson, para alivio del primer mandatario, pasó relativamente desapercibida en el contexto mundialista, pero en su entorno lamentaron las complicaciones de último momento en la dinámica del Gobierno. Sosa, que además de elaborar los informes de su área en los últimos tres años ofició de vocero del Gobierno, tiene una agrupación, Génera, que a su vez integra el colectivo de intelectuales albertistas Agenda Argentina -hoy virtualmente paralizado- de donde también proviene la ex ministra de Seguridad y actual titular de la Agencia de Cooperación y Asistencia Humanitaria-Cascos Blancos, Sabina Frederic. Responde al canciller, Santiago Cafiero, armador del principal núcleo de fuerza de aquel grupo de pensadores y profesionales devenidos en funcionarios, el Grupo Callao.

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En paralelo a los nombramientos, el Presidente dispuso una nueva dinámica en el funcionamiento de su entorno más cercano. El secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, empezó a tomar un rol cada vez más político, que se cristalizó con mayor claridad durante las negociaciones de las últimas dos semanas con los gobernadores del PJ y partidos provinciales, para sumar apoyos al pedido de juicio político contra la Corte Suprema.

La concentración de respaldo para la controversial iniciativa contra la Justicia es una tarea que el primer mandatario fijó como prioritaria en el inicio del año electoral. En un funcionamiento normal, entre los gestores del consenso debería haber estado el Jefe de Gabinete, Manzur. Pero el funcionario está cada vez más enfocado en su apremiante regreso a Tucumán, para ocuparse de la campaña local como candidato a vicegobernador de Osvaldo Jaldo que en su rol nacional. El caudillo provincial, que le avisó al jefe de Estado hace meses que se va, en principio pedirá licencia de su cargo nacional y cumplirá sus funciones, sin cambiar de rol, su vicejefe, Juan Manuel Olmos.

Juan Manuel Olmos entrando a Casa Rosada (Franco Fafasuli)
Juan Manuel Olmos entrando a Casa Rosada (Franco Fafasuli)

De hecho, en los papeles, ya es Olmos quien oficia en el rol principal de la coordinación de ministerios y en las negociaciones a los fines políticos del primer mandatario. Amigo de Alberto Fernández y dirigente de PJ porteño, se encargó en los últimos días del detalle fino de las conversaciones y negociaciones con los diputados del oficialismo que prepararon el expediente para pedir el juicio político contra la Corte Suprema; y quien participó en el desarrollo del temario para las sesiones extraordinarias, junto a la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra, otra integrante clave de la órbita presidencial. Y se espera que este año electoral tenga una función preponderante en el detrás de escena de la campaña y de las conversaciones políticas para el armado de listas.

En tanto, Cafiero, aunque no tiene despacho en la Casa Rosada como el resto, continúa como alfil del primer mandatario en temas locales, mientras gestiona el frente externo, al que Alberto Fernández dio más relevancia en el último año. Hoy, el canciller está enfocado principalmente en la llegada de Lula da Silva, a quien cuentan como aliado, en medio de la crisis política en Brasil; y en la cumbre de la Celac, el organismo regional que preside Alberto Fernández, que se celebrará por primera vez en Buenos Aires el 24 de enero. En lo sucesivo, busca poder concretar el postergado encuentro bilateral con su par estadounidense, Joe Biden, aunque parezca poco probable en el año electoral.

En el Gabinete, los ministros que aún responden directamente al Presidente y con los que tiene el vínculo más cercano son Gabriela Cerruti, la portavoz, Gabriel Katopodis, ministro de Obra Pública, y Victoria Tolosa Paz, de Desarrollo Social, que lo acompañan en la mayor parte de las visitas, cada vez más orientadas al tono de campaña. Los dos últimos ofician, también, como armadores políticos, en particular en Buenos Aires, donde el Presidente tiene particular interés. Sabe que sin la Provincia su sueño de reelección es solo un acto de voluntarismo político.

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