La crisis política que estalló este fin de semana en Brasil no afectará los planes que tenía su flamante presidente Lula da Silva respecto de su política exterior. El líder brasileño le confirmó a su par argentino, Alberto Fernández, que el lunes 23 de abril viajará a Buenos Aires para sostener la reunión bilateral que tenían prevista y al día siguiente participará de la VII Cumbre de Presidentes de la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), que se realizará en el hotel Sheraton de Retiro.
Lula se comunicó con Fernández, con quien mantiene además una amistosa relación personal, y también hubo confirmación de su decisión a través del canciller de Brasil, Mauro Vieira, que se comunicó con el ministro de Relaciones Exteriores de nuestro país, Santiago Cafiero. El embajador argentino en Brasilia, Daniel Scioli recibió la misma información.
Ambos mandatarios se mantuvieron en contacto desde que empezaron los violentos disturbios el domingo provocados por miles de personas que simpatizan con Jair Bolsonaro y que destruyeron las instalaciones de diversos edificios públicos como la sede del gobierno de Planalto, en Brasilia, el del Congreso y también el del Tribunal Superior Federal, que alberga a los tribunales del vecino país. Esos manifestantes, que arrasaron con todo lo que encontraron a su paso, pedían la intervención de las fuerzas militares para destituir al titular del Partido de los Trabajadores que se impuso en las elecciones del 30 de octubre por un ajustado margen.
Tras ese intento de golpe de estado, Lula recibió también el apoyo de líderes políticos de todo el mundo, incluyendo al estadounidense Joe Biden, referentes de la Unión Europea como el español Pedro Sánchez, el francés Emmanuel Macron, la primera ministra italiana, Georgia Meloni, el Alto Representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell y el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres.
El 5 de enero, desde la cuenta oficial del Palacio de Itamaraty (sede de la Cancillería de Brasil) se anunció la reincorporación del vecino país a la CELAC. Bolsonaro, durante su administración, había decidido mantenerse al margen, por lo que había quedado con 32 naciones de América Latina y el Caribe. Ahora, con Lula, volverán a estar los 33.
Luego de enterarse de que cientos de personas habían ingresado por la fuerza a distintas áreas del Palacio presidencial, el mandatario argentino llamó inmediatamente a Celso Amorim, principal asesor de Lula da Silva. Alberto Fernández le aseguró a Amorim que estaba listo para viajar a Brasilia a mostrar su apoyo de manera presencial si lo necesitaban, pero le indicaron que eso no iba a ser necesario porque para ese momento la situación ya estaba controlada. Scioli y Cafiero, a su vez, estuvieron en contacto casi permanente con distintas autoridades brasileñas y fueron informando al Presidente de la evolución de los hechos.
La relación entre Fernández y Lula no es nueva y durante el último tiempo hubo gestos de apoyo de ambas partes, como en julio del 2019, cuando el entonces candidato a jefe de Estado por el Frente de Todos visitó en la cárcel de Curitiba a quien en varias oportunidades calificó como su “amigo”, que estaba detenido allí.
Fernández fue el primero en visitarlo el día después de ganar las elecciones el lunes 31 de octubre y Lula afirmó allí que su primera visita al exterior sería a la Argentina. El día posterior a la asunción del líder petista, el 2 de enero, mantuvieron en Brasilia una reunión bilateral que se extendió por alrededor de una hora y fueron varios los temas pendientes que se analizarán en Buenos Aires.
Si bien se anunció que en esa oportunidad hubo avances en temas financieros y energéticos, los dos exhiben coincidencias ideológicas y comparten idéntica mirada sobre la importancia del Mercosur, el tratado de Cambio Climático y el acuerdo demorado con la Unión Europea. En esa agenda bilateral se sumará la intención de la Argentina de integrar los BRICS, y la estrategia de Alberto Fernández de convertir a América Latina en un importante proveedor de alimentos y energía frente al desabastecimiento causado por la guerra entre Rusia y Ucrania.
Al tope de la lista se encuentra la relación bilateral y el funcionamiento del Mercosur, que sufre una crisis estructural causada por la decisión de Uruguay de cerrar acuerdos unilaterales con China y la Alianza del Pacífico.
Lula, luego de participar de la CELAC, al día siguiente estará en Montevideo para mantener una bilateral con el presidente uruguayo Luis Lacalle Pou.
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