A pesar de los múltiples reclamos internacionales y del trabajo de la Armada para intentar evitarlo, cientos de buques chinos continúan pescando ilegalmente en el mar argentino y su accionar representa un saqueo que podría agotar la presencia del calamar dientuso en la zona.
Así lo revela un informe publicado por el sitio InSight Crime, que forma parte de una serie de reportes sobre la pesca no reglamentada, que se elaboró en conjunto con el Centro de Estudios Latinoamericanos y Latinos de la Universidad Americana (CLALS).
El estudio da cuenta de la actividad que los barcos del país asiático realizan a unas 201 millas marítimas de la costa, en el límite de la línea de Zona Económica Exclusiva (ZEE), donde es territorio de aguas internacionales y capturan toneladas de calamar.
Sin embargo, tal como detalló Infobae en varias oportunidades, cientos de estos navíos utilizan diferentes maniobras para traspasar ese límite y continuar pescando más allá del área permitida, sin que las autoridades chinas implementen ninguna sanción efectiva hasta el momento.
“Muchos hablan de una ciudad flotante, pero por el ruido y las luces yo la veo más como un juego de aspiradoras dentro de una máquina gigante”, explicó al mencionado medio un experto pesquero argentino que pidió permanecer en el anonimato por su trabajo en el sector.
De acuerdo con Daniel Coluccio, jefe del Observatorio Marítimo Naval de Argentina, “más allá de la milla 200 no hay control” y estos barcos aprovechan para pescar allí “lo que pueden día y noche”, por lo que consideró que “en algún momento el recurso va a disminuir”.
En este sentido, el especialista comentó que, por ejemplo, cuando escucha la radio en el mar, le llega una gran variedad de idiomas: portugués, ruso y, sobre todo, chino. “Realmente uno no sabría si estás a 300 kilómetros de Argentina o a 300 kilómetros de China”, señaló.
En esta misma línea, el informe también cita un estudio de la ONG Oceana, que indica que la mitad de las capturas mundiales de calamar dientuso provienen de aguas argentinas, por lo que la pesca ilegal podría estar afectando a su población.
Al respecto, advirtieron que, sumado a que esta especie tiene un ciclo de vida muy corto, la sobreexplotación de sus ejemplares más jóvenes podría hacer que su presencia en esta zona disminuya o incluso que se agote.
Por otra parte, Coluccio detalló que la extensa plataforma marina de la Argentina proporciona zonas de alimentación fértiles para la vida debajo del agua y, además, tiene una profundidad relativamente poco profunda de 200 metros.
En este lugar, donde suele haber grandes cantidades de plancton, prosperan el bacalao del sur, también conocido como merluza negra, la langosta, el calamar y otras valiosas especies.
Además, esta condición facilita el trabajo de los buques, que pueden utilizar métodos fáciles para atrapar a los peces: “Nadie pescaría con una red de arrastre a 5.000, 6.000 metros, pero a 200, 250 metros, sí”, dijo Coluccio.
Asimismo, el portal detalló que estos navíos apagan regularmente sus sistemas de identificación automática (AIS), que transmiten la identidad y la posición, para así poder ingresar a la ZEE argentina si ser detectados ni dejar rastros, lo cual es ilegal.
Según datos de Oceana, basados en registros satelitales, alrededor de 433 embarcaciones con bandera china pescaron entre enero de 2018 y abril de 2021 durante 679.067 horas a lo largo de ese límite y desaparecieron de los sistemas de rastreo más de 4.000 veces.
“Argentina simplemente no puede vigilarlo”, lamentó Coluccio a InSight Crime, que también recordó algunos episodios en los que la Armada intentó interceptar a algunos de estos infractores e incluso tuvo que disparar contra ellos por la negativa de estos de acatar las órdenes.
“No hay autoridad para aplicar porque no hay ley, no hay límites claros. El vacío legal da lugar a un montón de barcos sin escrúpulos y sin ningún tipo de seguimiento, especialmente chinos, que hacen lo que quieren”, cuestionó el Dr. Rodolfo Werner, asesor principal de Argentina para la Coalición Antártica y del Océano Austral, una alianza internacional de organizaciones que trabajan en la conservación de las especies.
Por su parte, según publicó InSight Crime, las autoridades chinas son conocidas por no vigilar la flota de su país que opera en aguas distantes, a pesar de que la ley marítima internacional dice que deben hacerlo, y solamente afirmó imponer sanciones y normas más estrictas, endureciendo los requisitos de informes de transbordo y prohibiendo la pesca de calamar fuera de temporada, lo cual no se estaría cumpliendo.
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