Cuando estallaron los disturbios en Brasil, el presidente argentino Alberto Fernández decidió seguir de cerca el conflicto que se originó a partir de una serie de manifestaciones contra su par de ese país, Lula da Silva, e incluso se puso a disposición para viajar hasta allá y manifestar su solidaridad en persona.
La relación entre ambos mandatarios no es nueva y durante el último tiempo hubo gestos de apoyo de ambas partes, como en julio del 2019, cuando el entonces candidato a jefe de Estado por el Frente de Todos visitó en la cárcel de Curitiba a quien en varias oportunidades calificó como su “amigo”, que estaba detenido allí.
Luego de enterarse de que cientos de personas habían ingresado por la fuerza a distintas áreas del Palacio presidencial, el Congreso y la Corte Suprema de Brasil, Alberto Fernández llamó inmediatamente a Celso Amorim, principal asesor de Lula da Silva.
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De acuerdo con lo que pudo reconstruir Infobae, el funcionario brasileño entonces lo puso al tanto de la situación y le comentó algunos aspectos que le llamaron la atención de los incidentes, como el hecho de que los manifestantes que tomaron los espacios públicos venían marchando desde hacía 6 kilómetros.
En este sentido, Amorim remarcó que uno de los principales puntos que criticaron las autoridades locales es la relativa facilidad con la que los protestantes entraron a las principales sedes de los tres poderes del Estado, sin que hubiera una intervención por parte de la Policía.
Además, le confirmó que Lula da Silva no estaba en el Palacio de Planalto, sino que se encontraba de viaje en San Pablo, y que los manifestantes llegaron hasta el piso en el que se encuentra el despacho presidencial.
Por su parte, Alberto Fernández le aseguró al asesor del gobierno brasileño que estaba listo para viajar a Brasilia a mostrar su apoyo de manera presencial si lo necesitaban, pero le indicaron que eso no iba a ser necesario porque para ese momento la situación ya estaría controlada.
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En tanto, el ministro de Relaciones Exteriores argentino, Santiago Cafiero, conversó con su par del país limítrofe, Mauro Vieira, y también se puso a disposición para lo que necesitara.
Por la tarde, el líder de la Casa Rosada cuestionó en las redes sociales los disturbios y le transmitió a Lula da Silva su “incondicional apoyo y el del pueblo argentino”, al señalar que “la democracia es el único sistema político que garantiza libertades y nos obliga a respetar el veredicto popular”.
A través de una serie de mensajes que publicó en su cuenta de Twitter, el mandatario nacional advirtió que “quienes intentan desoír la voluntad de las mayorías, atentan contra la democracia y merecen no solo la sanción legal que corresponda, sino también el rechazo absoluto de la comunidad internacional”.
En este sentido, agregó: “Quiero expresar mi repudio a lo que está sucediendo en Brasilia. Mi incondicional apoyo y el del pueblo argentino a Lula da Silva frente a este intento de golpe de Estado que está enfrentando”.
Poco después, brindó una entrevista a un medio brasileño en la que cuestionó a la anterior gestión de Jair Bolsonaro, pero sostuvo que durante su administración siempre prefirió “guardar silencio, a riesgo de ser acusado de blando, solo para preservar el vínculo entre la Argentina y Brasil, que era mucho más importante”.
“Uno puede hablar un poco por la experiencia de los años, de ver sucesos como estos, que no se generan de la nada. Movilizar a tanta gente y permitir el acceso a edificios que se supone que deberían estar custodiados, solo es posible con la anuencia de parte del poder. Por eso entiendo la decisión de Lula de intervenir las fuerzas de seguridad, porque evidentemente no actuaron como correspondía, no frenaron el avance de la gente y hasta los ayudaron”, opinó.
Por último, reiteró que aquellos que “amenazan con romper el orden democrático, quienes efectivamente lo hacen y quienes los financian, deben ser castigas en procesos judiciales transparentes”.
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