Mayra Arena y un debate desafiante sobre la pobreza: “En el AMBA es casi imposible hoy encontrar hambre”

En un panel de expositores, la activista consideró que los comedores “no están hiper concurridos” como se cree. “Esta crisis pegó sobre todo en los laburantes informales y la clase media chotona (sic)”, definió

El análisis de Mayra Arena sobre la asistencia a los comedores en un panel académico

En un año en el que hubo protestas masivas y se cortaron calles para exigir al Gobierno una mayor asistencia social, una voz desentona. Mayra Arena, la joven que se ganó un lugar de autoridad luego de la charla TEDx que hace años se viralizó con el título“¿Qué tienen los pobres en la cabeza?”, tiene una opinión que desafía el consenso acerca del impacto que tuvo la inflación en los barrios populares.

“No quiero pecar pesimista ni de oficialista, ni de nada. Si hay alguien que ha criticado las cagadas de este gobierno, soy yo. Pero los barrios hoy no están tan mal como se preconfigura en el imaginario, no están ni cerca”, anticipó Arena. Buscando un equilibrio y suavizando lo que diría luego, lanzó: “Como persona que pasó hambre en su vida, y con la responsabilidad que eso me confiere, en el AMBA hoy es casi imposible encontrar hambre”.

Entre quienes la escuchaban había académicos, profesores de Ciencias Sociales y estudiantes de posgrado de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso). Frente a un panel de expositores y de personas de “clase media”, Arena -conocedora de la pobreza extrema de primera mano desde su infancia hasta la adolescencia- hizo un esfuerzo por conectar su mundo de origen con el de su auditorio. Dijo que “la invitaron para hablar de los barrios”, y así lo hizo en su intervención.

Los merenderos no están hiper concurridos. De hecho, en los primeros días de cobro de las transferencias del Estado, pocos van, o nadie. Cuando pasan los días, sí vuelven a ir los niños y las mamás, donde el comedor se presenta como una ayuda, un plus. Es salvar una comida”, ilustró. “¿Cuándo me preocupan los comedores y los merenderos? No solo cuando están llenos durante todo el mes sino cuando empiezan a venir los varones. Eso lo vimos, al menos yo, en 2001 o 2008. Cuando viene la figura paterna o el varón solo, sin la familia, ahí tenés una crisis de la hostia. El tipo es el último que se presenta a esos lugares por nuestra cultura”.

Para Mayra Arena, la población bajo la línea de pobreza que vive al día y que está en “el subsuelo más bajo” es “un sector mimado por el Estado desde hace un par décadas”, y que suele recibir distintos tipos de asistencia económica a partir de políticas como los planes sociales, las asignaciones universales, la Tarjeta Alimentar junto a un “cumulito” de trasferencias del orden provincial o municipal.

¿Esto quiere decir que están fenómeno y que la pobreza está solucionada? No, en absoluto. Pero en Argentina hay una transferencia de ingresos que garantiza un piso muchísimo más elevado que en otro país de Latinoamérica”, remarcó.

Mayra Arena

En contraste, la crisis está alcanzado “sobre todo a los laburantes informales y a la clase media ‘chotona’ (sic), que no llega a ser clase media posta, que tiene una cultura de clase media pero que no le da el cuero para bancarla”, y que, debido a sus magros ingresos para sostener el nivel de vida, tienen que recurrir al endeudamiento.

Según Arena, el mayor deterioro entre quienes viven en la informalidad está en su incapacidad de comprar bienes durables, algo que se podían hacer décadas atrás. “En 2007, todo el mundo en mi barrio empezó a comprar motitos 110 cc. El que tenía una Honda era Luis Miguel. La moto como primer vehículo del laburante es lo único que no está igual en los barrios pobres. Veo mucho consumo y muy alto, pero no se recuperó esa capacidad de compra de bienes que duren muchos años”, graficó.

Entre los investigadores reconocidos que escucharon la exposición de Arena estaban el diputado nacional y ex ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo; el doctor en Economía por la Universidad de Cambridge, Luis Beccaria; y el sociólogo (USAL) y doctor en Filosofía (UBA), Daniel García Delgado, investigador especializado en el análisis de políticas públicas. La actividad, organizada a comienzos de diciembre y coordinado por la socióloga Ana Miranda (Conicet-Flacso-UBA), se disponía a analizar las condiciones de vida y del trabajo en América Latina.

En relación al impacto de la pobreza, Daniel Arroyo alertó sobre la chance de que Argentina se convierta pronto en en “un típico país latinoamericano”, donde independientemente de los gobiernos, siempre habrá “una mitad de la gente afuera” de la economía. Planteó a la informalidad laboral como un problema crítico que llegó para quedarse, que se acerca al 45% en el país, afectando directamente a la alimentación y el endeudamiento de las familias.

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En un contrapunto con Mayra Arena, el politólogo especializado en políticas sociales apuntó en “observar bien la situación de los comedores”, ya que la concurrencia de la gente a estos establecimientos “no está bajando sustantivamente”, a pesar de que “hay más trabajo” en los barrios. “La gente que labura pasa por ahí, retira y estira para llegar a fin de mes”, remarcó. “El problema estructural profundo de la informalidad laboral es el precio de los alimentos”, insistió, y coincidió en que existen asalariados con trabajo formal “con ingresos debajo de la línea de pobreza, con sectores de clase media que no le alcanza”, coincidiendo con Arena.

En ese marco, Arroyo destacó el impacto puntual que tiene la inflación en las infancias: “Como ministro hice una muestra con 10.000 comedores sobre el control de peso y la talla de los chicos. Hay una generación de chicos petisos y obesos, aún creciendo la economía”. “Si no logramos estabilizar la canasta básica de alimentos y recuperar los ingresos, va ser muy complejo generar una rueda”, sostuvo.

Daniel Arroyo junto a Alberto Fernández y distintas personalidades, durante la Mesa contra el hambre

“Que te boludee un pobre es insoportable”

Durante la conferencia, Mayra Arena marcó su postura sobre los planes sociales, con una nueva definición controversial. Llamó la atención sobre el caso de Mariana Alfonzo, la beneficiaria del programa Potenciar Trabajo que se hizo viral este año porque prefería cobrar el ingreso estatal antes que salir a trabajar, lo que provocó “horror e indignación” en muchas personas.

“La tipa decía cosas coherentes, como ‘no voy a ir a laburar para ganar la misma plata que gano por no laburar’. En términos economicistas, tomó una decisión completamente racional”, dijo Arena, estudiante de Ciencia Política de la Universidad de Tres de Febrero. Y continuó: “Un empresario puede cagar al Estado, o que la clase media evada lo que pueda, porque siempre está ahogada, es casi siempre como celebrado. Ahora que un pobre le encuentre la ventaja al Estado demostró que es insoportable para la opinión pública argentina. No se puede tolerar”.

De acuerdo a la mirada de Arena, entre los pobres hay distinto tipos de moralidades que, por momento, se acentúan y entran en conflicto en un mismo barrio. Están aquellos que cobran algún tipo de política social, pero que aún así trabajan informalmente porque el plan lo considerán un “plus”, o tienen consumos de clase media como el deseo de que sus hijos “vayan a inglés”, mientras que hay pobres que “no pertenecen al mundo laboral”.

Acerca de este segundo subgrupo, que pertenecen a una “tercera o cuarta generación de pobres”, Arena graficó: “Estas personas que no trabajan ven al trabajador informal ganar ‘dos mangos con cincuenta’, que encima llegan a su casa cansado despues del colectivo, que se tienen que fumar la inseguridad, y se preguntan si vale pena dejar a sus hijos con otra persona o la casa sola”.

Los pobres no son boludos, toman decisiones perfectamente racionales. Es lo material que condiciona lo cultural”, continuó la expositora en la misma línea argumental. “Hay una clase (social) que le encanta hablar de la ‘cultura del trabajo’ que se ha perdido. Bueno, que le pongan fichas a lo material”, insistió.

Acampe en Plaza de Mayo en reclamo de mayor asistencia a comedores (Maximiliano Luna)

En este marco, Arena expresó su desacuerdo con “la fantasía del mérito y del ascenso social con la macroeconomía que tenemos desde hace 30 años”, sobre todo cuando estas ideas “tiene mella en las políticas públicas”. Por lo tanto, para la joven expositora, los planes sociales “no son el problema”, pero sí lo es “la opinión pública” que se tiene sobre estas políticas, que parte del rechazo a darle algun tipo de administración de dinero a los pobres”.

“Cuando hablamos de planes y de transferencias, seguro nos pongamos de acuerdo que se necesita algo diferente y mejor. Pero hay que lidiar con una media Argentina. Hacer política pública con una media Argentina que piensa diametralmente lo opuesto es casi imposible”, sostuvo.

En la misma línea, Daniel Arroyo expuso como el gran problema estructural que “las personas no saben qué es lo que tienen qué hacer para que les vaya mejor”, donde estudiar como trabajar vuelva a ser un punto clave de la reconstrucción, pero que actualmente “no está funcionando para la vida cotidiana”. “Creo que la situación está realmente agarrada con alfileres. Hay un vacío muy profundo que o lo llenamos con racionalidad, con políticas públicas y movilidad social, o lo llena la locura y los extremos”, concluyó Arroyo.

(Prensa Barrios de Pie)

Las estadísticas de la pobreza

En el primer semestre del año, las cifas del INDEC mostraron una baja en la pobreza hasta el 36,5% de la población, es decir, 10,6 millones de personas, mientras que la indigencia creció a 8,8% (2,6 millones de personas). En noviembre pasado, una familia necesitaba un ingreso de alrededor de $146.000 para no caer bajo la línea de la pobreza.

Pese a esa baja, las tendencia económica apunta a que en el segundo trimestre del 2022 se asistió a un nuevo empeoramiento de las condiciones de vida, a raíz de la alta inflación de la segunda parte del año. El Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA-CTA) la incidencia de la pobreza fue de 38,5% en dicho trimestre (17,8 millones de personas ya eran pobres). La indigencia era de 9,4%, un número equivalente a 4,3 millones de personas. Otro estudio privado arroja una estimación más negativa en el Gran Buenos Aires (GBA). Según la Universidad di Tella, en un informe publicado recientemente, la tasa de pobreza en la región para el semestre de julio a diciembre arrojó el 40,2 por ciento.

Por su lado, un informe de la Universidad Popular del movimiento Barrios de Pie expuso que se incrementó la malnutrición: el 48,6% de los chicos tienen sobrepeso, obesidad o baja estatura. De esa muestra, el 40% dejó de ingerir una de las cuatro comidas diarias. El análisis se hizo entre 38.622 niños, niñas y adolescentes de barrios populares que asisten a espacios comunitarios, entre ellos comedores y merenderos, en 16 provincias del país.

La conferencia completa de la actividad en Flacso

Vide completo de la charla debate en Flacso

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