En su embestida contra la Corte Suprema, Alberto Fernández no consiguió el respaldo total de los gobernadores peronistas

Fueron 11 los gobernadores que firmaron el pedido de juicio político a Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz, Ricardo Lorenzetti y Juan Carlos Maqueda. No logró el apoyo de los mandatarios de Santa Fe, Córdoba, San Juan, Entre Ríos ni el de los cuatro partidos provinciales que suelen plegarse al oficialismo

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El presidente Alberto Fernández firma la carta en la que pide el juicio político para los integrantes de la Corte Suprema de Justicia.
El presidente Alberto Fernández firma la carta en la que pide el juicio político para los integrantes de la Corte Suprema de Justicia.

La invitación del presidente Alberto Fernández fue amplia. Con la intención de lograr un respaldo político que le permita impulsar el juicio político a los integrantes de la Corte Suprema de Justicia convocó a 20 gobernadores afines a la Casa Rosada. Obviamente, porque sabía que no lo iban a acompañar, dejó al margen a los jefes provinciales de la oposición. Pero el resultado no fue el esperado. Porque a la cita no acudieron dos de los mandatarios que habían firmado la carta el 21 de diciembre repudiando el fallo sobre la coparticipación que resultó favorable a la Ciudad de Buenos Aires. Y tampoco los cuatro de los partidos provinciales que habían acompañado en aquella oportunidad aunque en un tono más moderado, se sumaron en esta ocasión.

Jorge Capitanich fue el más madrugador, el que primero atravesó el Salón de los Bustos con paso apurado antes de las 10 de la mañana. Llegó apenas unos minutos después que Antonio Aracre, el ex CEO de Syngenta que desde el 1 de febrero será el nuevo jefe de asesores de Alberto Fernández. Lo hizo como es uno de sus rasgos distintivos, en dirección del Ministerio del Interior donde lo esperaba el ministro Eduardo “Wado” de Pedro. Unos minutos después arribaron Ricardo Quintela (La Rioja) y Axel Kiciloff (Buenos Aires). Todos estuvieron en las oficinas de Interior antes de subir al salón Eva Perón, del primer piso, epicentro del encuentro.

A las 10.30 arribó desde Olivos en helicóptero el jefe de Estado. Y minutos más tarde se fueron agregando los otros participantes presenciales: Sergio Ziliotto (La Pampa), Osvaldo Jaldo (Tucumán); Gildo Insfrán (Formosa), Gustavo Melella (Tierra del Fuego) y Gerardo Zamora (Santiago del Estero). La reunión empezó al mediodía y se extendió por una hora y 40 minutos. De modo virtual se sumaron Raúl Jalil (Catamarca), Alicia Kirchner (Santa Cruz) y Gustavo Bordet (Entre Ríos). Fue llamativo que también dos vicegobernadores como el santacruceño Eugenio Quiroga y el catamarqueño Rubén Dusso estuviesen sentados a la mesa, mientras tanto Jalil como la hermana del ex presidente intervenían por Zoom.

Mariano Arcioni, gobernador de Chubut y aliado de Sergio Massa a nivel nacional también faltó, sin especificar las razones. Desde el Ejecutivo lo convencieron para que también aporte su rúbrica. Así se llegó a los 12 apoyos a la iniciativa presidencial. Por el Gobierno también asistieron De Pedro, el jefe de Gabinete, Juan Manzur, y el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello.

El jefe provincial sanjuanino Sergio Uñac no estuvo de acuerdo con la determinación presidencial de avanzar en la embestida contra la Corte. Por eso respondió negativamente a la invitación que le cursaron. El mandatario habría expresado “reconocer la extrema gravedad de los chats que involucran al ministro de Seguridad de Larreta y al presidente de la Corte, pero entendiendo que la salida no es el pedido de juicio político”, afirmaron desde la gobernación.

El puntano Alberto Rodríguez Saá no había estado en el encuentro del 22 en la Rosada pero terminó firmando la carta digitalmente. Resultó sugestiva su negativa a respaldar en esa oportunidad la iniciativa presidencial. Se transformaron en dos deserciones que recortaron el poder del Presidente.

El arribo del santiagueño Gerardo Zamora a la Rosada, fue el último gobernador en llegar. Crédito: Maximiliano Luna
El arribo del santiagueño Gerardo Zamora a la Rosada, fue el último gobernador en llegar. Crédito: Maximiliano Luna

En otros dos casos la gestión por acercarlos a Balcarce 50 asomaba por demás complicada. Tanto Juan Schiaretti (Córdoba) como Omar Perotti (Santa Fe) ya habían desechado otras invitaciones presidenciales. Ambos habían elegido no subirse al reclamo por la coparticipación a pesar de gobernar provincias de peso. Aunque se reconocen peronistas cada vez que pueden se diferencian del Ejecutivo en mayor o en menor medida. En el caso de Perotti, desde su entorno, atribuyeron la ausencia a “problemas de agenda”. La excusa no sonó muy convincente en la Rosada.

Con Schiaretti, en cambio, el vínculo parece “congelado” desde hace tiempo, a pesar de algunas visitas de Fernández a la provincia mediterránea durante su gestión. El cordobés incluso se opuso, a través de los diputados nacionales que le responden, a proyectos de ley en el Congreso, en un año de escasa actividad legislativa, .

Quienes encabezan fuerzas provinciales como Arabela Carreras (Río Negro), Oscar Herrera Ahuad (Misiones), Gustavo Sáenz (Salta) y Omar Gutiérrez (Neuquén) tampoco adhirieron en esta ocasión. Carreras (Somos Río Negro), Sáenz (Partido Identidad Salteña), Gutiérrez (Movimiento Popular Neuquino) y Herrera Ahuad (Frente de la Concordia Misionero) suelen apoyar las iniciativas del oficialismo pero esta vez no acompañaron.

La entrada de Axel Kiciloff a la Casa Rosada. El gobernador bonaerense dijo tras la reunión que "la Corte avanzó sobre otros poderes en funciones que no le son propias". Foto: Maximiliano Luna
La entrada de Axel Kiciloff a la Casa Rosada. El gobernador bonaerense dijo tras la reunión que "la Corte avanzó sobre otros poderes en funciones que no le son propias". Foto: Maximiliano Luna

Estos cuatro jefes provinciales ya se habían desmarcado el 22 de diciembre de la carta que suscribieran Alberto Fernández y otros 14 mandatarios provinciales cuando se conoció la cautelar adversa de la Corte que provocó mucho malestar en el Gobierno, al disponer que se le pague a la Ciudad de Buenos Aires el 2.95% de la masa de impuestos coparticipables, dando lugar al reclamo que había iniciado la administración que conduce Horacio Rodríguez Larreta.

“Los gobernadores que firmamos este comunicado manifestamos nuestra preocupación por el fallo de la Corte que asigna montos que incrementan en forma desmedida los fondos de la ciudad de Buenos Aires en desmedro de fondos correspondientes a la Nación en su conjunto”, sostuvieron los cuatro como sutil diferencia de la carta que se había difundido con 14 firmas un rato antes.

“En un fallo político, de cara al año electoral, la Corte Suprema pretende sustraerles recursos a todas las provincias para dárselos al jefe de gobierno de la CABA”, decía en uno de sus párrafos más contundentes la misiva que informaba que la Nación pensaba recusar a los cortesanos y pediría la revocatoria de la cautelar. También habían señalado el Presidente y los que lo acompañaron en un primer momento que se trataba de “un fallo inédito, incongruente y de imposible cumplimiento”. Un día después, anunció que la intención del Gobierno era pagar esa deuda con la Ciudad a través de bonos.

Ahora, en la Comisión de Juicio Político de Diputados donde el Frente de Todos posee la mayoría el trámite seguramente tendrá dictamen favorable. Pero en el recinto es difícil que prospere, ya que no cuenta con los votos necesarios para su aprobación. Pese a las adversidades, Alberto Fernández decidió avanzar.

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