Ofrecer un regalo a un ministro suele ser parte del protocolo durante las reuniones que mantienen funcionarios públicos en sus tareas diarias, ya sea con representantes de distintos sectores económicos como con sus pares de distintas jurisdicciones o países. Los ministros del Gabinete recibieron durante 2022 un total de 763 regalos, según consta en el Registro Público de Obsequios. Pero lejos de lo que pueda imaginarse, la mayoría de esos presentes están lejos de ser objetos lujosos y sofisticados, aunque existen excepciones.
¿Qué reciben los ministros? Libros, libros y más libros. También agendas, revistas, almanaques. Mates, bombillas, yerba. Alimentos, en especial productos regionales, y vinos. Ese menú básico de regalos protocolares representa más de la mitad de los obsequios que recibieron durante casi todo 2022 (hasta noviembre inclusive) los funcionarios del gobierno, según los datos oficiales que revisó Infobae. Los presentes más personalizados son una excepción que, sobre todo, se dirigen a los dirigentes de más alto rango, como el Presidente o los ministros de mayor peso político.
Los funcionarios nacionales deben informar públicamente sobre los regalos que reciben mientras trabajan en el Estado para, así, evitar posibles dádivas o favores que pueden ocasionar un posible conflicto de interés. Si el regalo supera los $16.000 (un monto que se actualiza todos los años) ese objeto deberá incorporarse al patrimonio del Estado, es decir, que el funcionario no podrá llevárselo cuando termine de cumplir con la función pública asignada.
Aunque la mayoría de los regalos fueron simbólicos, sólo tres de los más de 750 regalos superaron los $16.000, según las estimaciones realizadas por los propios funcionarios. Desde la Oficina Anticorrupción, que es la dependencia que administra el Registro de Obsequios, aclararon que el organismo sólo controla la estimación que se hace sobre el valor de los regalos en el caso de que haya una denuncia puntual sobre el asunto.
Cecilia Todesca no es ministra, pero fue una de las pocas funcionarias que informó haber recibido un obsequio superior al valor máximo establecido por la normativa. La secretaria de Relaciones Económicas Internacionales recibió de sus pares chilenos una cajita artesanal de piedra lapislázuli, un mineral precioso que prácticamente sólo se consigue en ese país. El regalo se entregó en el marco de una actividad oficial en la Comisión Binacional de Comercio e Inversiones entre Argentina y Chile realizada en ese país, según consta en los datos oficiales.
El jefe de Gabinete, Juan Manzur, fue otro de los que recibió un regalo de los más onerosos, que superó el monto permitido para un regalo personal. Guillermo Saccomani, presidente de la Cámara de Supermercadistas y autoservicios de la provincia de Tucumán, le regaló un vino Chateau Montchenot Edición Especial 1983, durante el encuentro que mantuvieron en junio en la Casa Rosada. La botella que en algunas tiendas especializadas cotiza por encima de los $50.000.
Hubo más regalos caros. El Ministerio de Justicia recibió en marzo a Dinesh Bhatia, embajador de India en Argentina, que llegó con regalos para Martín Soria y una colaboradora. El diplomático le entregó un chal de seda y lana de Angora, uno de los materiales textiles más caros. Por eso, el ministro declaró que este obsequio superaba el valor máximo de $16.000 o, en su defecto, no podía asegurar que estuviera por debajo de ese límite. Aclaró, además, que el destino de dicho objeto fue de “uso personal”.
Los ministros con más regalos
El ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, fue el más beneficiado con los regalos: recibió 59 obsequios en todo el año. Aunque todos los ministros quedaron muy lejos de los presentes que recibió el presidente Alberto Fernández, que superó los 450. Detrás de “Wado”, hubo otros funcionarios que también recibieron decenas de obsequios, como el titular de Educación, Jaime Perczyk, con 50 presentes. Le siguen el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, con 35 y el titular de Cultura, Tristán Bauer, con 25.
Debido a su rol, De Pedro recibió los regalos más tradicionales de las provincias, como productos autóctonos, mates y artesanías. Quizás uno de los presentes más curiosos que haya recibido el ministro del Interior fue una estatuilla de las emblemáticas Torres Petronas, que supieron ser las más altas del mundo. El obsequio llegó tras una visita de funcionarios de la Embajada de Malasia en Argentina.
Uno de los regalos más pintorescos le tocó a Bauer. El ministro de Cultura de Cuba, Alpidio Alonso Grau, le regaló en su paso por Buenos Aires un kit de productos clásicos de la isla: una guayabera (una camisa típica del Caribe), una lapicera, postales de La Habana y un libro de fotos. Bauer fue uno de los más beneficiados por los regalos internacionales: la embajadora de Irlanda en Argentina, Jacqueline O’Halloran Bernstein, le obsequió un trébol de vidrio, la flor que es un símbolo del país europeo.
Martín Guzmán ya dejó su cargo como ministro de Economía, pero mientras estuvo en funciones también recibió regalos ostentosos. Giovanni D’Avossa, embajador de la República de San Marino en Argentina, le entregó en febrero una moneda de oro de 3,2 gramos y 16 milímetros de diámetro con el escudo de ese pequeño Estado europeo. Guzmán indicó que el presente fue enviado a patrimonio histórico, según consta en los datos oficiales.
Durante sus años como ministro, Guzmán fue uno de los funcionarios que más regalos recibió. De hecho, no fue la primera moneda que le regalaron: cuando el funcionario viajó a Rusia para apurar la llegada de la vacuna Sputnik y mientras buscaba apoyo para negociar con el Fondo Monetario Internacional, Elvira Sajipzadovna Nabiullina, presidenta del Banco Central ruso, lo recibió en su despacho y le entregó una moneda de plata conmemorativa.
Los mates son un regalo típico para los ministros, en especial cuando viajan a las provincias. Sin embargo, el embajador de Estados Unidos en Argentina, Marc Stanley, rompió este estereotipo y le regaló a Guzmán el clásico termo Stanley y el mate de la misma marca, que coincide con su apellido.
Procesamiento de datos: Daniela Czibener
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