Victoria Donda informó anoche que no continuará al frente del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo. Y esta mañana contó algunos de los detalles que impulsaron su salida.
Lo primero que admitió es que dejó su cargo después de una charla con Juan Manuel Olmos, jefe de Asesores de la Presidencia, donde se le planteó que su continuidad estaba en duda por su posicionamiento político respecto a la etapa actual del Gobierno.
“Había cierta incertidumbre sobre lo que iba a pasar (estaba nombrada como interventora) y no me pareció justo que por ser mujer y funcionaria tenga que dejar de lado mis posiciones políticas, simplemente por no coincidir con muchas de las decisiones que se están tomando desde una parte del Gobierno”, enfatizó.
En un reportaje con Ernesto Tenembaum en Radio Con Vos, Donda reconoció que bajo esas condiciones no podía seguir y renunció. Asimismo, recordó que sus posiciones políticas se conocen y vienen desde hace tiempo. “Las críticas que tengo con una parte del Gobierno no las escondo. Dije que iba a ser parte de este Gobierno siempre y cuando pudiese decir libremente lo que pensaba, y pienso todo lo que dice la carta”, dijo.
“Vinimos a llevar adelante un programa que no pudimos hacer por la pandemia y por la guerra, pero también por muchas decisiones políticas tomadas por funcionarios de este Gobierno. No poder plantear las críticas hacia afuera es un problema”, añadió.
“Hasta ahora manifesté mis posiciones políticas con mucho respeto hacia todas las partes del Gobierno. Hago los planteos que creo que hay que hacer porque hay que escuchar lo que le pasa a la gente que no puede llenar la heladera y parece que eso fue lo que molestó”, admitió.
Dentro de su desilusión, expresó que “hay algunos funcionarios, como el nuevo equipo de Economía, que llegaron al Gobierno para resolver problemas que generaron decisiones de otros, que hoy además se dan el lujo de dar notas y seguir dando clases. Es muy distinto el caminar los barrios y ver qué le pasa a la gente y el solo pensar en cómo quedamos bien con el Fondo Monetario Internacional”, sentenció.
Más allá del sabor amargo y su alejamiento, la ex titular del Instituto Nacional contra la Discriminación aseguró que seguirá militando en el Frente de Todos.
Asimismo, lo que más lamenta Donda es que le dé más importancia a la interna del oficialismo y no se discuta la filtración de más chat del celular de Marcelo D’Alessandro, ministro de Seguridad porteño, quien podría renunciar en las próximas horas.
En los primeros días de diciembre se conocieron conversaciones de un chat grupal de Telegram que habrían salido a la luz por el hackeo que sufrió D’Alessandro. En aquella oportunidad se trataba de conversaciones vinculadas a un viaje que el funcionario de Horacio Rodríguez Larreta hizo a Lago Escondido y que derivó en una denuncia por los delitos de incumplimiento de los deberes de funcionario público y admisión de dádivas.
El jueves se filtraron más chats del celular de D’Alessandro, aunque en esta oportunidad no se trata de un grupo, sino de conversaciones con distintas personas, entre ellas con Silvio Robles, vocero del presidente de la Corte, Horacio Rosatti; con Silvia Majdalani, ex número dos de la AFI, y con Marcelo Violante, titular de Dakota, empresa de acarreo contratada por la Ciudad de Buenos Aires.
Según supo Infobae, las nuevas filtraciones podrían llevar a D’Alessandro a presentarle su renuncia a Horacio Rodríguez Larreta, quien hasta ahora lo había respaldado y sostenido, pese a los cuestionamientos.
“Me apena que le demos letra a la oposición para discutir nuestra interna en lugar de discutir el futuro de D’Alessandro y si es correcto que en poder judicial mantengan sus cargos jueces que aceptan dádivas de empresarios”, dijo Donda y se preguntó: “¿Qué está esperando Rodríguez Larreta para echarlo?”
La ex funcionaria recordó que el ministro de Seguridad de la Ciudad dijo que iba a buscar a otro funcionario con un patrullero y advirtió que eso es peligroso para la democracia y para los porteños. “Los porteños están sometidos a un ministro de Seguridad que se enoja con alguien y tiene una discusión política y en lo primero que piensa es mandarle un patrullero, sabiendo todos lo que eso significa”, concluyó.
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