La misma semana en que se cumplieron tres años de gobierno, el titular de Argentina Futura, Alejandro Grimson, le presentó su renuncia a Alberto Fernández, que lo había convocado en 2019 para liderar el área destinada desarrollar proyectos nacionales a largo plazo y que, entre otras tareas, contribuía con los discursos de peso del Pesidente. Su salida, que se suma a una lenta sangría de funcionarios propios sostenida en los últimos meses, reduce aún más el círculo de confianza del primer mandatario, que sigue decidido a pelear en 2023 a pesar de la resistencia del kirchnerismo.
La renuncia de Grimson, que aún no se oficializó, se efectivizó ayer, a pesar de que Alberto Fernández esperaba que no hubiera más cambios antes de fin de año. Sin embargo, hasta el momento de la publicación de esta nota el funcionaro no había dado razones oficiales. Desde distintos despachos oficiales deslizaron que el antropólogo e investigador del CONICET había marcado algunas diferencias con el Presidente, y que desde hace varios meses se mostraba disconforme con el desdibujamiento de su rol. También dijeron que el profesor universitario estaba incómodo con la profundización de las internas en el Gobierno. “Era más frentetodista que albertista”, remarcó una fuente de la órbita nacional.
Te puede interesar: Los intendentes peronistas se dividen entre la reelección Kicillof o la candidatura de Insaurralde para la gobernación
Con un perfil muy bajo, sus apariciones públicas en defensa del Presidente fueron mermando en el último tiempo, sobre todo en comparación con los meses posteriores al momento en que se hizo cargo del programa y ocupó un despacho en el segundo piso de la Casa Rosada. Grimson proviene de las filas de Agenda Argentina, el conglomerado de intelectuales y organizaciones políticas que respaldó a Alberto Fernández durante el desarrollo de la campaña y que desembarcó en la administración nacional con bríos en 2019. La principal agrupación de ese espacio, que hoy mantiene escasa actividad, es el Grupo Callao, liderada por Santiago Cafiero, actual canciller, e integrada también por la -ahora ex- ministra de Seguridad, Sabina Frederic.
Grimson asesoró al Presidente en buena parte de sus alocuciones y posicionamientos públicos, desde el discurso de asunción, al de la Asamblea Legislativa de este año. También intervino en los primeros relanzamientos comunicacionales del Presidente. Sin embargo, a medida que transcurrió este año tuvo cada vez menos injerencia en las decisiones o posicionamientos políticos nacionales. “Había una imagen de que tenía un vínculo más cercano del que había en realidad”, dijeron en Balcarce 50.
El Presidente deberá decidir, ahora, si reemplaza a Grimson en Argentina Futura, que formalmente es una Unidad Temporaria. Creada en enero de 2020, fue una especie de reedición de Argentina 2030, que había sido creada por el macrismo y funcionaba bajo la órbita de Iván Petrella. Con presupuesto designado para el año que viene, y compromisos asumidos con organizaciones internacionales y universidades, lo más probable es que continúe vigente, y se menciona la posibilidad de que ocupe el lugar del antropólogo su segundo, el sociólogo Nahuel Sosa, virtual vocero del Gobierno, cercano a Cafiero y miembro de Agenda Argentina.
La salida de Grimson se produce en medio del Mundial, por lo que en el Gobierno creen que podría pasar relativamente inadvertida. De hecho, dijeron que por ahora no se ocuparán de ese tema. “Estamos viendo el operativo para el lunes”, se desligaron ante una consulta de este medio. Sin embargo, no deja de ser un revés para un Presidente cuyo círculo de confianza, por distintos motivos, queda cada vez más reducido. Hoy lo rodean el secretario General, Julio Vitobello, y la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra, los ministros de Relaciones Exteriores, Santiago Cafiero y de Seguridad, Aníbal Fernández; el vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Olmos, y la portavoz, Cerruti. Y entre ellos mismos también hay matices.
Hace diez días había renunciado otro alfil de Alberto Fernández, Julián Leunda. Y durante el segundo semestre de 2022 salieron, poco a poco y por voluntad propia, aunque por distintos motivos, los ministros de Desarrollo Social, Juan Zabaleta; de Vivienda, Jorge Ferraresi; de Trabajo, Claudio Moroni; y de Transporte, Alexis Guerrera. En tanto, está latente la salida de Juan Manzur, el jefe de Gabinete, que todavía no tiene fecha. En el Gobierno esperan sea entre febrero y marzo, y tratan de convencerlo de que sea sólo una licencia, si bien en el entorno del tucumano deslizan que podría irse definitivamente.
Te puede interesar: Los movimientos sociales oficialistas planean más protestas contra el Gobierno: marcharán frente a supermercados y cortarán rutas
Los motivos de las dimisiones fueron diversos. Leunda, que recientemente había sido nombrado jefe de Asesores de la Presidencia, quedó envuelto en el escándalo por los chats de jueces, fiscales y empresarios, y su eyección fue para para evitar que los roces de la polémica hiciera mayor daño al Gobierno. Mientras que Guerrera, que responde al ministro de Economía, Sergio Massa, salió por motivos de salud.
El caso de Zabaleta fue uno de los más controvertidos: muy cercano al jefe de Estado, hacía largos meses estaba disconforme con la falta de determinación de Alberto Fernández para armar un proyecto propio que se diferenciara, con claridad, del kirchnerismo. Luego de insistir, se resignó, y decidió regresar a su distrito, Hurlingham, para recuperar fuerza a nivel local y posicionarse de cara a 2023. Ferraresi también regresó a su bastión de origen, Avellaneda, en paralelo a Zabaleta. Mientras que la renuncia de Moroni estuvo vinculada eminentemente a la interna con Cristina Kirchner y La Cámpora, que desaprobaba su gestión. Golpeado, tras resistir por meses, se sumó a la lista de los ministros que Alberto Fernández debió reemplazar.
Seguir leyendo: