El presidente Alberto Fernández recibió este miércoles a la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina en la Casa Rosada, acompañado por el ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, Santiago Cafiero, y el secretario de Culto, Guillermo Oliveri. Allí, los representantes de la Iglesia le expresaron su preocupación por la inflación y la pobreza, en el marco del tradicional saludo por Navidad.
La Comisión Ejecutiva del Episcopado se encuentra conformada por el obispo de San Isidro y presidente de la CEA, monseñor Oscar Vicente Ojea, monseñor Marcelo Daniel Colombo, arzobispo de Mendoza y vicepresidente primero; monseñor Carlos Alfonso Azpiroz Costa OP, arzobispo de Bahía Blanca y vicepresidente segundo; junto a monseñor Aberto Glermán Bochatey OSA, obispo auxiliar de La Plata y secretario general de la CEA.
Los obispos -que estuvieron acompañados por el director de la Oficina de Comunicación de la CEA, Máximo Jurcinovic- le expresaron al Presidente su “gran preocupación por la pobreza en el país, en especial por el impacto negativo de la inflación en los sueldos de los trabajadores y trabajadoras, tanto de quienes tienen un empleo formal, informal o los que trabajan en la economía popular”, según informaron.
“Luego se expresó la necesidad de que todas las familias puedan celebrar la Navidad en paz y con dignidad. Finalmente coincidieron en la valoración del Magisterio Social del papa Francisco y su rol indiscutible lugar como líder mundial en este momento Al finalizar la reunión los Obispos desearon al Presidente y su familia una feliz Navidad y entregaron como obsequio a los presentes, el libro Soñemos Juntos, del Papa”, agregaron.
Durante el mediodía, el Presidente encabezó un acto en el que ratificó sus intenciones de competir por la reelección en 2023. “Me voy a poner al frente para que el que asuma en 2023 sea uno de nosotros”, dijo el jefe de Estado. Y aunque su referencia fue indirecta, en su entorno confirmaron que se trató, efectivamente, de un nuevo virtual lanzamiento a la reelección.
Como se esperaba, revisó los logros de su gestión, con alusiones a la gestión de la salud en la pandemia, la creación de viviendas, la entrega de planes sociales, la creación de puestos de trabajo y el crecimiento de la economía en términos porcentuales, entre otros temas, con menciones directas a algunos de los ministros, inclusive los que salieron para volver a sus distritos, como Jorge Ferraresi.
En un pasaje, a propósito de ese repaso, se mostró enojado con los medios de comunicación por “ocultar” deliberadamente los avances logrados. Un pase de factura que en su círculo suelen mencionar en privado, de manera constante, y que consideran como una forma de “bullying” contra el primer mandatario que adjudican al hecho de que “nunca le soltó la mano a Cristina”. Esta vez, el Presidente hizo público ese malestar.
El segundo tramo de la alocución fue el más cargado en términos políticos. Fernández quitó el foco de la reivindicación de su administración para criticar al Poder Judicial, en particular, por el polémico encuentro en Lago Escondido -al que aludió de manera directa-; y por los actos de “persecución” judicial. Aunque en este tramo no mencionó a Cristina Kirchner, se trató de un nuevo gesto de solidaridad con la vicepresidenta por la condena que recibió la semana pasada. Sí la había nombrado al comienzo, al recordar que fue ella quien lo eligió como su delfín; y cuando rememoró la cuarentena, debido a que la vice se contagió coronavirus la semana pasada.
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