La portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruti, afirmó hoy que hay un “proceso de descenso de inflación” en el país. “Eso lo estamos notando todos los que vamos al supermercado a hacer las compras, hay una desaceleración de precios y por suerte estamos entrando en un contexto de relativa calma”, destacó.
En su habitual conferencia de prensa semanal, la funcionaria también hizo una referencia a la final del mundial de fútbol que disputarán las selecciones de Argentina y Francia en Qatar, y señaló que tanto el presidente Alberto Fernández como el gabinete “está pendiente” del resultado, y sostuvo que “no hay ninguna decisión tomada” en relación a un posible viaje del mandatario para presenciar el partido.
A su vez, y consultada por la ausencia de gobernadores, intendentes y dirigentes kirchneristas en el acto de ayer, en donde el Presidente recordó los tres años de gestión, Cerruti evitó una confrontación: “Los funcionarios somo empleados, no nos pasamos listas, lo importante son las políticas que lleva adelante el presidente de la nación”, indicó.
Y agregó: “La relación con los gobernadores es fuerte, simbiótica, si crecen las provincias crecemos todos, no tenemos dudas ni preocupación sobre la relación con los gobernadores”.
Con relación a la variación de precios en la Argentina, tras cuatro meses que la inflación se ubicó por encima de 6%, el Gobierno espera que el Indec anuncie hoy finalmente un registro del IPC que podría quedar por debajo de esa cifra. La implementación del programa Precios Justos, la estacionalidad y la caída en el consumo de la carne serían las variables para este indicador.
Otro de los puntos que abordó Cerruti fue el acto de ayer, encabezado por Alberto Fernández en Casa Rosada, donde el Presidente se rodeó de los miembros más cercanos del Gabinete para volver a lanzarse a pesar de la resistencia K, que se ausentó de manera masiva. Lo acompañaron un solo gobernador y un puñado de intendentes.
El mensaje del primer mandatario quedó resumido en una frase claramente destinada a la tropa propia: “Me voy a poner al frente para que el que asuma en 2023 sea uno de nosotros”, dijo el jefe de Estado.
Lo escucharon en primera fila Gabriel Katopodis (Obra Pública); Victoria Tolosa Paz (Desarrollo Social); Carla Vizzotti (Salud); Matías Lammens (Turismo) y Trabajo (Kelly Olmos). También contó con la presencia de uno de los principales representantes del sindicalismo, Hugo Moyano. Aunque su hijo Pablo, el actual secretario general de Camioneros, que presiona en estos días por un bono de fin de año, se ausentó con aviso.
Alberto Fernández sólo logró que asistiera un gobernador, Osvaldo Jaldo, de Tucumán; y unos pocos intendentes: Osvaldo Cáffaro, de Zárate; Leonardo Boto, de Luján, y Andrés Watson, de Florencio Varela.
“Tres años después podrán tildarme de timorato, de cobarde, de débil, que no grito... Sé que el dialogo ayuda mucho más, y yo dialogo donde corresponde; con los trabajadores en las paritarias, con los empresarios en el consejo económico y social, y me encantaría dialogar en el Congreso con la oposición, si alguna vez pensaran más en la Argentina que en sus oportunidades electorales”, afirmó el mandatario ayer.
En la misma línea, al final del discurso, y frente a los principales funcionarios de su gabinete, agregó: “Les garantizo que me voy a poner al frente de todos, sin exclusión, para que en diciembre de 2023 el presidente que asuma, la presidenta que asuma, sea uno de nosotros; y me voy a poner al frente para ordenar la fuerza política, que a todos incluya, donde todos seamos necesarios”.
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