Un nuevo contrapunto en Juntos por el Cambio. Otra diferencia interna que se hace expuesta, esta vez, por las declaraciones de la ex diputada Elisa Carrió, quién calificó de “barrabrava” a Cristian Ritondo, uno de los dirigentes de la coalición opositora que busca ser candidato a gobernador bonaerense, que la semana pasada quedó en el ojo de la tormenta por sus gritos y sus gestos en pleno recinto de la Cámara de Diputados.
“Que un barrabrava presida el bloque del PRO en Diputados me da vergüenza. Cuando Ritondo hace ese gesto es un barrabrava, entonces cuando un partido decide para poner como presidente de bloque a alguien que tiene en la vida privada, en la vida política, comportamientos de barrabrava, se debe llamar a una profunda reflexión de quienes lo dirigen. Sobre todo de Mauricio Macri, que lo avala”, afirmó Carrió ayer, al ser entrevistada en el canal TN.
La ex gobernadora de Buenos Aires María Eugenia Vidal salió, rápido, en defensa del dirigente que ocupó el Ministerio de Seguridad durante su gestión y al que apoya para ser candidato en las próximas elecciones. “Ritondo no es ningún barrabrava. Como vos sabés muy bien, es la persona que dejó el alma para cuidar a los bonaerenses durante 4 años y que ahora defiende a todos los argentinos frente a los atropellos inconstitucionales del kirchnerismo”, sentenció a través de las redes sociales.
En esta misma línea, completó: “Desconozco en qué se basa este intento de moralidad selectiva que daña nuestro espacio pero espero que pronto puedas ver de qué lado estamos los que trabajamos todos los días para recuperar los valores y la república que tanto defendemos”.
Más allá de este enfrentamiento, la reacción de Ritondo en el recinto motivó algunas críticas en su propia bancada, como fue el caso de Silvia Lospennato (“no avalo ni comparto ningún gesto ni expresión impropia de las muchas que vimos en la Cámara de Diputados”, publicó en Twitter), pero desde su entorno advirtieron que el episodio lo hizo más conocido para mucha gente y le dio más visibilidad a su precandidatura.
Por otro lado, la semana pasada diputados del Frente de Todos repudiaron los gestos de Ritondo al finalizar la sesión y consideraron que su ademán fue una acción “vulgar”, “misógina” y cargada de violencia contra la mujer. Los cuestionamientos al legislador del PRO fueron el epílogo de una jornada tumultuosa en la Cámara baja, en la que la bancada oficialista no pudo conseguir que se aprobaran los proyectos que habían sido incluidos en el temario de la convocatoria.
Mónica Litza, del Frente Renovador, aseguró en aquel momento que “el grado de violencia fue inaudito”.”Si bien hace rato que JxC viene teniendo actitudes agresivas y misóginas (tanto de sus integrantes varones como de las mujeres); se cruzó un límite”. Gabriela Estévez, del FdT por Córdoba, advirtió que “Juntos por el Cambio terminó de cruzar una línea roja” y que “no respeta la autoridad institucional (de la presidenta de Diputados); gritan encima de ella cuando habla, la agravian, amenazan e insultan con total impunidad”.
Mónica Macha (FdT-Buenos Aires), en tanto, señaló: “Cuando decimos que la cultura de la violación como práctica política está vigente nos referimos a esto que hace Ritondo. Es violencia política y es violencia hacia las mujeres”. Para Marisa Uceda (FdT-Mendoza), “la conducta de Ritondo fue vergonzosa desde que entró en el recinto, gritaba, realizaba ademanes, pretendió usar el gentilicio ‘venezolana’ para agraviar a una diputada mientras hablaba y coronó con el gesto obsceno hacía la presidenta de la cámara, un claro desprecio a la institucionalidad que pregonan y una conducta misógina y vulgar”.
Pasadas tres horas del final de la sesión y cuando el video del gesto ya se empezaba a viralizar, Ritondo tuiteó: “Lo subo yo también: grito porque se cagan en el Congreso, en el reglamento, en las leyes, en las instituciones. Grito también porque se negaron a darme la palabra. Solo aparecen para apretar a la Justicia. Ese soy yo, el del video, gritando que no había quórum”.
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