“Si condenan a Cristina, lo van a hacer sin argumentos. No hay. Si es así, vamos a entrar en un serio problema en la relación con la Justicia”. La frase pertenece a una importante dirigente política del kirchnerismo que conoce bien los pasillos del poder K. El martes el Tribunal Oral Federal 2 dictará la sentencia en la causa Vialidad y quedará a la luz el futuro judicial -con impacto político- de la Vicepresidenta.
El fiscal Diego Luciani pidió una condenada para CFK de 12 años, más inhabilitación de por vida para ejercer cargos públicos. Lo hizo el 22 de agosto, la fecha exacta en la que la dirigencia y la militancia K empezaron a gestar el operativo clamor para que la ex mandataria, en primer término, ocupe el centro de la escena, y luego se convenza de competir en las elecciones presidenciales del 2023.
A partir de ese momento, Cristina Kirchner obtuvo absoluta centralidad dentro del peronismo y desplazó la figura presidencial de Alberto Fernández. Ese movimiento se profundizó con el intento de asesinato que sufrió en la puerta de su departamento en el barrio de Recoleta.
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Desde entonces, ha multiplicado sus cuestionamientos a la Justicia. Empezando por la fiscalía que la investigó en la causa Vialidad y siguiendo por el pedido de recusación a la jueza federal María Eugenia Capuchetti en la causa donde se investiga el atentado que sufrió. Su situación judicial ocupa la mayor parte de su agenda.
Una de sus últimas publicaciones en las redes sociales fue el texto que escribió bajo el título “Las 20 mentiras de la causa Vialidad” en el que se defiende de las acusaciones de la fiscalía y desmenuza los argumentos de lo que considera que es una causa armada en su contra.
La última vez que habló en el juicio redobló la presión sobre el TOF 2. “Este tribunal es un pelotón de fusilamiento”, aseguró. Hace tiempo que sostiene que la “sentencia está escrita”. Cada una de esas intervenciones sembraron enojo en las filas K, donde están convencidos que la causa Vialidad es solo “un acto de persecución”.
“Es vergonzoso. La condena está escrita desde el inicio del juicio. El fiscal no pudo defender su propio alegato. La defensa de CFK destruyó una por una todas las supuestas ‘pruebas’”, explicó un influyente funcionario bonaerense. En el kirchnerismo más duro asumen con absoluta resignación y fastidio que la Vicepresidenta será condenada. Creen, claro está, que se tratará de una sentencia infundada y politizada.
Pese a ese creciente enojo que inundó las filas K, por el momento no hay una decisión contundente de generar una movilización masiva para respaldar a la Vicepresidenta antes de la lectura de la sentencia. Ni a su departamento en Juncal y Uruguay, ni a los tribunales federales de Comodoro Py, ni al Senado, donde pasa gran parte del día.
Si bien hay convocatorias realizadas con hashtag en las redes sociales y pedidos contundentes como el de Luis D’Elia para que la militancia salga a la calle - anticipando una condena a la Vicepresidenta - desde La Cámpora aseguran que no hay una movilización pautada para ese día, aunque dejan la puerta abierta a posibles cambios durante el lunes.
En algunos rincones de la oposición creen que una condena podría derivar en un aumento de la violencia política, incitada por el kirchnerismo. Sin embargo, en el ala K del Frente de Todos sepultaron la posibilidad de que haya una reacción violenta en el caso de que el TOF 2 condene a la Vicepresidenta.
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“¿Cuándo cometimos un acto violento? El peronismo es una fuerza democrática y pacífica. La derecha es violenta. La quisieron matar a CFK y ahora la quieren condenar sin pruebas. Eso es violencia”, sentenció un importante funcionario del gobierno de Axel Kicillof.
El único sector, además de la agrupación Miles, que conduce D’Elía, que marchará el próximo martes será ATE Capital, el gremio que conduce Daniel “Tano” Catalano, y que ya anticipó que si “la condenan a Cristina, vamos a parar el Estado”. Fue la jugada política más fuerte hasta el momento en la antesala de la audiencia final en el juicio de Vialidad.
Por el momento, ni el sindicato de Camioneros, que conduce Pablo Moyano, ni la Bancaria, que lidera Sergio Palazzo, dos de los gremios más grandes que están alineados al kirchnerismo, marcharán el martes. Tampoco los movimientos sociales ni La Cámpora. No hay planes de movilizaciones masivas para antes de la sentencia. Una vez consumada la resolución del tribunal la fuerza política se reorganizará y decidirá cómo avanzar.
“Si hay condena, va a haber una respuesta política e institucional. Somos respetuosos pese a lo que dice la oposición”, indicaron en el kirchnerismo. Además, dejaron en claro que en el caso de que CFK sea condenada “pelearán hasta donde se pueda”, en referencia a las dos instancias judiciales de apelación que quedan por delante y, recién en ese caso, podría alentarse una salida a la calle en forma masiva.
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Un histórico dirigente K, que suele defender en público a la Vicepresidenta, lo explicó en una frase: “Si la Justicia no cambia de idea y siguen con la intención de proscribirla, se tendrá que manifestar la sociedad, porque a la sociedad no le gusta que proscriban a los dirigentes políticos importantes que pueden ser candidatos”.
En el kircnerismo sostienen que la militancia “es prudente” y se “comportará igual que lo hizo en las vigilias” que llevaron a cabo frente al departamento de Cristina. Parece haber una bajada de línea clara para que no haya ningún tipo de manifestación en las calles que genere algún tipo de desborde. En todo caso, primero escucharán y después actuarán en consecuencia.
De todas formas, hay un abroquelamiento claro de la fuerza política. Una dirigente del sector más duro envió un mensaje de resistencia en la antesala del juicio. “Vamos a estar donde haya que estar y hacer lo que haya que hacer en defensa de la democracia. El pueblo no va a permitir el golpe que ese poder judicial corrupto pretende perpetrar por la vía de la proscripción judicial”, sentenció.
Si Cristina Kirchner es condenada el escenario político sufrirá un abrupto cambio, pero es impredecible conocer con antelación el volumen y la profundidad de esa modificación. El kirchnerismo está en estado de alerta. La dirigencia espera la luz verde para salir a cuestionar la justicia como un vendaval. La militancia podría volcarse a la calle sin tanta organización previa.
Si CFK es absuelta el escenario político sufrirá un golpe de todas formas. Es probable que sea la oposición la que salga a marcar territorio. De cualquier forma, la Justicia quedará en el ojo de la tormenta, mientras el sector político que se sienta perjudicado pone en tela de juicio el accionar de uno de los poderes del estado. Se avecinan días complejos para la política nacional.
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