La última sesión en el Cámara de Diputados terminó este jueves en escándalo con gritos, insultos y fuertes acusaciones entre los referentes de Juntos por el Cambio y el Frente de Todos. A menos de un mes para el fin de las sesiones ordinarias -y con un fin de semana largo y las Fiestas en el medio-, el margen para poder sesionar es cada vez menor. Además, los niveles de tensión no parecen disminuir y complican aún más el panorama.
En un hecho sin precedentes, el Frente de Todos no logró el jueves el quórum necesario para reelegir a Cecilia Moreau como presidenta de la Cámara. Sin embargo, la diputada massista seguirá en su cargo debido a que el reglamento prescribe que las autoridades continúan en sus funciones hasta que se realice la elección.
Luego, la sesión en la que el oficialismo buscaba avanzar con la creación de nueve universidades nacionales terminó abruptamente cuando Juntos por el Cambio se retiró del recinto. La oposición denunciaba que el Frente de Todos violó el reglamento al dar inicio al debate sin haber conseguido el quórum en tiempo y forma. Hubo gritos, enfrentamientos e insultos de todo tipo.
Moreau y el presidente de la bancada oficialista, Germán Martínez, ahora enfrentarán el desafío de reconstruir el diálogo con la oposición para poder avanzar en varias leyes importantes reclamadas por la Casa Rosada, el ministro de Economía y la vicepresidenta Cristina Kirchner.
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No obstante, el clima en la Cámara está muy lejos de apaciguarse. La diputada oficialista Mara Brawer presentó ayer un pedido para que Cristian Ritondo sea expulsado por su comportamiento durante el debate. El jefe del bloque PRO quedó registrado por las cámaras cuando hacía gestos obscenos con sus manos y cuando le gritó en varias oportunidades “venezolana” a Moreau. La denuncia por “inhabilidad moral” fue acompañada por la firma de otros 25 legisladores del Frente de Todos.
Por su parte, desde el PRO adelantaron que pedirán este lunes la expulsión de Cecilia Moreau, Rodolfo Tailhade y Blanca Osuna. A la primera la acusan de haber violado el reglamento al avanzar con una sesión que estaba “caída” y de negarle la palabra a los jefes de bloque opositores.También le recriminan la decisión de suspender la designación de los cuatro representantes de Diputados para el Consejo de la Magistratura, razón por la cual también boicotearon la sesión en la que iba a ser reelecta como presidenta del cuerpo.
En tanto, a la diputada Blanca Osuna la denuncian por haberle gritado “asesino” en varias oportunidades al diputado del PRO Gerardo Milman, señalado por Cristina Kirchner como presunto involucrado en el intento de magnicidio. La oposición planteó que las declaraciones de Rodolfo Tailhade (“Negri y la Unión Cívica Radical fueron sodomizados por el ex presidente Macri”) fueron homofóbicas y promotoras de la cultura de la violación. Negri y Tailhade continuaron con sus cruces al día siguiente a través de las redes sociales.
La UCR también tiene un pedido propio de expulsión contra Tailhade y en los próximos días presentará una denuncia penal contra Moreau por abuso de autoridad y por incumplimiento de deberes de funcionario público.
“Una forma de destrabar el conflicto sería que Cecilia Moreau saque una nueva resolución nominando a los consejeros de la Magistratura, pero Cristina no la deja. El conflicto de la Magistratura va a seguir trabando todo”, analizaron desde la bancada radical.
Juntos por el Cambio dejó trascender que aspiraban a que se realice una nueva sesión Preparatoria, para poder votar en contra de Moreu pero con tiempo para exponer sus críticas políticas. “El Frente de Todos no la va a convocar porque igualmente sigue Moreau y además el martes es el veredicto de la causa Vialidad contra CFK, no hay clima”, reconocieron ante la consulta de Infobae.
Cuando extendió las sesiones ordinarias, la Casa Rosada reclamó que se debatan el impuesto a la renta inesperada, el fomento a la agroindustria y Compre argentino. Ninguno llegó al recinto, por lo que el Gobierno no evalúa por el momento convocar a sesiones extraordinarias, saben que la relación de fuerzas no los favorece. Algo similar ocurre con la moratoria previsional, impulsada por el kirchnerismo, y la reforma de la ley contra el lavado de activos.
“Habrá cero actividad”, arriesgan los más pesimistas. Mientras que desde los interbloques que buscan plantarse por fuera de la grieta consideran que “no hay ninguna circunstancia que no pueda superarse con diálogo”.
“Estamos obligados a ponerle límite a la inestabilidad y eso significa retomar el diálogo y construir una agenda de trabajo de acá a fin de año”, dijo un diputado bonaerense que se mostró indignado por el comportamiento de Juntos por el Cambio y el Frente de Todos en la última sesión.
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