El próximo sábado se realizará el Congreso de la Federación Universitaria Argentina (FUA) en donde más de dos millones de estudiantes de las universidades públicas representados por sus centros de estudiantes definirán quiénes serán las nuevas autoridades.
El proceso electoral en las universidades nunca es simple. Muchas veces resulta una muestra de lo que luego sucede en las elecciones nacionales donde la grieta marca el pulso. Y este año parece que no habrá excepción.
Son dos los sectores que se enfrentan para conducir la FUA: el Reformismo - encabezado por el radicalismo con el acompañamiento de sectores de la rama universitaria del peronismo y del socialismo de los independientes- y el peronismo (La Cámpora) aliado a La Mella, Miles, el PCR, el Partido Comunista y el Movimiento de Participación Estudiantil.
La FUA funciona a través de una representación indirecta. Cada centro de estudiantes propone a sus delegados y estos votan la conducción, que debería renovarse cada dos años pero en 2020 no hubo elección por la pandemia.
En la previa ya se planteó una controversia que fue judicializada y gira en torno a la representatividad que tienen los delegados elegidos para votar el sábado.
Durante este año se realizaron varias elecciones en donde la Franja Morada se impuso en las universidades más importantes y de mayor número del país, lo que le aseguraría al reformismo una victoria en la FUA.
Sin embargo, hay alrededor de 90 centros de estudiantes en donde no hubo renovación de autoridades -por estatuto deben realizarse una vez por año- y la conducción continúa en mano de la oposición (el peronismo). El radicalismo, que gobierna la FUA desde 1983, asegura que estos centros de estudiantes no cumplen con los requisitos para participar de las elecciones del sábado e invalidó a sus representantes. El peronismo sostiene lo contrario, denuncia fraude y fue a la Justicia para impedir la votación del sábado.
Mañana, el peronismo realizará una conferencia de prensa en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA para hablar de la cuestión. Según sostiene, el radicalismo impide la participación de los delegados de estas 90 universidades porque por primera vez desde el regreso de la democracia podría perder la conducción de la FUA. Franja Morada, en cambio, acusa a la oposición de utilizar esta cuestión para empantanar la elección e incluso intentar suspender el Congreso.
Constanza Bossio, secretaria General de la FUA e integrante de la Mesa Nacional de la Juventud Universitaria Peronista (JUP), informó que presentaron un amparo ante el juzgado federal de María Servini para que les permitan a sus delegados participar del Congreso.
Desde el Reformismo rechazan el planteo y señalan: “El kirchnerismo está apretando mediante el gobierno y junta todas las fuerzas que antes iban separadas y quiere hacer valer elecciones de hace cinco años que obviamente el estatuto dice que no valen más de un año y medio. La junta de poderes que es como si fuera la junta electoral no la compone solo la Franja sino que también está el socialismo y el PO y firmaron todas las actas”.
Por ahora el Reformismo avanza y lleva como candidata a Piera Fernández, alumna de la Licenciatura en Ciencia Política y presidenta del Centro de Estudiantes de Ciencias Humanas de la provincia de Río Cuarto, Córdoba. “No creemos que resulte la judicialización y estamos cumpliendo con los estatutos de la FUA”, señalan.
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