El jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, volvió a referirse a la interna de Juntos por el Cambio (JxC) en la Ciudad de Buenos Aires. Lo hizo esta mañana, durante una conferencia de prensa en la que presentó el “Terminá la secundaria”, junto a sus funcionarios Soledad Acuña, ministra de Educación, y Felipe Miguel, jefe de Gabinete. “Es un orgullo que cuatro miembros del gabinete sean candidatos a jefe de Gobierno”, consideró.
Fue un guiño hacia los postulantes del PRO, como una forma de desmarcarse de la queja de un sector del partido amarillo que le recrimina a Rodríguez Larreta el querer “regalarle” la Ciudad al radicalismo. “Yo le doy prioridad a los candidatos del PRO. La manera de promover que el PRO siga gobernando es gestionar todos los días por una Ciudad mejor”, sostuvo al respecto el alcalde porteño.
Sin embargo, en este escenario, Rodríguez Larreta no se inclina por ninguno de los dirigentes lanzados en el PRO. La estrategia es “dejar correr” a todos los contendientes, sin bendecir a ninguno hasta que sea el “momento indicado”. Se trata de una especie de “equilibrio estratégico” con el que Rodríguez Larreta busca mostrarse equidistante de todos los candidatos para no inclinar la balanza antes de tiempo.
En el larretismo entienden que la campaña en la Ciudad se nacionalizará y eso llevará a que la selección de candidaturas porteñas esté sujeta a los acuerdos a nivel nacional. Hasta abril, Rodríguez Larreta no dará más que atisbos.
Esa táctica le permite a Rodríguez Larreta limitar el poder relativo de todos los candidatos sin ensalzar a ninguno. A su vez, fragmenta la oferta electoral en el PRO. Los operadores políticos larretistas analizan que esa estrategia consolida al alcalde porteño como el elector decisivo en la Ciudad.
Hasta el momento, hay al menos seis candidaturas porteñas en JxC. Al lanzamiento de la semana pasada de Fernán Quirós —ministro de Salud—, se le suman Acuña y Emmanuel Ferrario —presidente de la Legislatura de CABA—. En tanto, el senador Martín Lousteau es el postulante del radicalismo. Por Republicanos Unidos está lanzado el legislador Roberto García Moritán y, desde hace un par de meses, amaga Ricardo López Murphy, quien aún no definió si desistirá de su postulación presidencial.
Pese al intento del jefe de Gobierno por mostrarse abierto a la “amplia competencia” en una PASO porteña, hay algo concreto: nadie es candidato en el PRO sin el consentimiento de Rodríguez Larreta.
La conferencia del jefe de Gobierno esta mañana junto a Acuña se sumó a un acto que compartió la semana pasada con Quirós y a una reunión de Gabinete a la que fue invitado Lousteau. “Martín vino porque cada dos semanas hacemos gabinete ampliado e invitamos a un dirigente nacional”, matizó al respecto un funcionario de Uspallata en diálogo con Infobae. Se trata de una serie de fotos políticas que exponen la fría relación con Jorge Macri.
En este contexto, en la coalición opositora hay consenso en torno a que la definición de las candidaturas en la Ciudad estará atada a la pelea nacional. Otro punto que intentan conciliar es cómo dirimir al postulante final: el larretismo apuesta a las encuestas, a acuerdos políticos y a la muñeca política del alcalde de la Ciudad.
En ese eje, tanto en el larretismo como en el macrismo estiman que en Ciudad el PRO debe llevar un solo candidato a jefe de gobierno. De ese modo, evitan dividir el voto PRO en las PASO, para no favorecer al radicalismo. Bullrich, que busca sostener su candidatura presidencial bajo toda circunstancia, discrepa de esa mirada. La moneda está en el aire.
Seguir leyendo: