Federico Angelini no tiene dudas: “El Gobierno está dispuesto a hacer cualquier cosa para llegar al año que viene y ganar las elecciones”. Peor aún, el diputado nacional de Juntos por el Cambio de Santa Fe y vicepresidente del PRO nacional consideró que “con el kirchnerismo siempre hay que estar alerta porque está al acecho para hacer trampa y cambiar las reglas de juego para sacar alguna ventaja”.
Por eso el legislador opositor alertó que el Frente de Todos “está ejecutando el Plan Llegar” y que “el Plan Platita está a la vuelta de la esquina”, por lo que advirtió que Juntos por el Cambio no debe pensar que tiene las elecciones ganadas. “Hay que ser muy inteligentes, estratégicos -destacó en una entrevista con Infobae-. Trabajar muy fuertemente en los planes de gobierno que vamos a ejecutar a partir del 10 de diciembre del 2023, si los argentinos nos votan, porque no va a haber ni un día para la improvisación ni para la discusión interna. Los planes tienen que estar consensuados y cada uno le pondrá la impronta, pero para ejecutar ya, no para discutir”.
Angelini es una suerte de “halcón” potenciado. Está encolumnado detrás de Mauricio Macri y, a la vez, tiene un papel activo en el armado político de Patricia Bullrich. Es una figura en ascenso de JxC y un referente político de la provincia de Santa Fe. Y, a tono con sus líderes del PRO, rechazó un acuerdo con cualquier fuerza o dirigente con tal de asegurar el resultado en las urnas en 2023: “Uno no puede hacer un rejunte de cualquier cosa con tal de ganar una elección”.
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Para el diputado del PRO, no peligra la unidad de la coalición opositora, pese a las diferencias de sus máximos referentes, y dijo que la tensión interna continuará: “Va a haber discusiones, tensiones, algún codazo, alguna patadita, para ponerlo en términos futbolísticos, porque lo que se está poniendo en juego es una elección presidencial”. Y descartó que el rol activo de Macri interfiera en un gobierno de Juntos por el Cambio, sino que se limitará al asumir el nuevo presidente: “El lugar que tendrá Mauricio será de consulta. Bajo ningún punto de vista se meterá en las decisiones del Gobierno”.
— ¿Puede dar lugar a algún tipo de inestabilidad institucional que Alberto Fernández esté muy debilitado políticamente y Cristina Kirchner tenga el poder en el oficialismo?
— Si hay una preocupación que tengo desde hace tiempo es la ausencia total de Alberto Fernández, pero por sobre todo la falta de respeto que se le tiene a la institucionalidad presidencial en cabeza de Alberto Fernández. Más allá de que uno puede estar más a favor o más en contra de un determinado gobierno o de un presidente, siempre había un respeto a la investidura presidencial. Con Alberto Fernández se ha perdido en su totalidad. Y eso ha sido pura y exclusivamente por sus acciones y por su propio espacio de gobierno que no lo respeta en nada. Y claramente el kirchnerismo duro, con Cristina Kirchner a la cabeza, ha avanzado en ese sentido en desprestigiarlo, en quitarle autoridad, pero nunca sacándole la responsabilidad que tiene que tener el propio Presidente.
— ¿Pero ese esquema de poder en el Frente de Todos no ocasiona ninguna consecuencia en la economía, en la política? ¿Podrá avanzar sin ningún tipo de problemas?
— Esto es la consecuencia de ir parcelando un gobierno. Un rejunte total con tal de ganar una elección. Es muy importante ganar una elección, pero es mucho más importante gobernar bien. Y en la Argentina hay que entender eso para lo que viene. Uno puede construir una buena alternativa de gobierno y tener planes y programas, pero tiene que haber mucha coincidencia en esos planes y programas en la coalición que va a ir a hacerse cargo del país. Con tal de ganar en 2019 el kirchnerismo lo único que hizo fue un rejunte y nunca se imaginó que con eso se podía gobernar bien. Las consecuencias son estas. Un desastre de gobierno sin un programa. Desde el día uno nunca hubo un programa económico, ni un programa social, ni un programa en relaciones internacionales, ni un programa en la lucha contra la inseguridad y el narcotráfico.
— Cristina Kirchner integra el Gobierno, pero habla como su fuera opositora y no hubiera asumido hace casi tres años. ¿Esa estrategia política le puede dar frutos en las elecciones?
— Los argentinos ya la conocemos a Cristina Kirchner y sabemos de lo que es capaz de hacer. Ella tiene un piso electoral interesante para retener un porcentaje del poder ante las elecciones del 2023 y para darle un mínimo volumen a este gobierno, del que es parte y la principal artífice. Pero Cristina Kirchner no tiene ningún futuro electoral porque sabemos del daño que le hizo a la Argentina.
— En Juntos por el Cambio alertaron sobre la “bomba” económica que va a dejar el Frente de Todos si pierde las elecciones. ¿Desde el punto de vista institucional hay también una bomba?
— En todo sentido. Fijate el retroceso que hemos tenido en la lucha contra el narcotráfico y la inseguridad. El retroceso en materia de relaciones con el mundo o en la infraestructura a nivel país. Nuestra falta de capacidad para tener relaciones con el mundo para que el mundo nos compre y que nosotros le podamos comprar al mundo. En todo hemos retrocedido. Las cosas que estaban bien las destruyeron. Y las cosas que no funcionaban bien, las empeoraron. Así que la situación en todos los aspectos es muy mala. Tanto en lo político y económico como en lo institucional. Así que cuando hablamos de bomba nosotros tenemos que entender que hay un momento de una crisis muy grande que tiene que ver con lo económico, pero que ya los argentinos la estamos sufriendo desde hace muchos meses cuando hicimos, por culpa de este gobierno, la cuarentena más larga del mundo, con mayor cantidad de restricciones, nada inteligente. El daño que se hizo en materia educativa. Tuvimos las escuelas cerradas un año y medio y nunca se pensó en cómo recuperar el tiempo perdido. El daño es multisectorial y bajo ningún punto de vista veo un gobierno que tenga intención de reparar en algo el daño que hizo. Ellos en todo te redoblan la apuesta por una cuestión ideológica. Tienen la lógica de nunca decir “nos equivocamos en esto”. Siempre redoblan la apuesta y lo que no se tiene en cuenta es que los que más sufrimos somos los 45 millones de argentinos.
— ¿Hay alguna carta en la manga que tiene el Gobierno para ganar las elecciones? ¿Hay espacio para aplicar un Plan Platita o alguna argucia electoral para 2023?
— Ellos están ejecutando el “Plan Llegar” y están dispuestos a hacer cualquier cosa para tener alguna expectativa electoral, aunque se generen las peores consecuencias para el próximo gobierno y también terminen sufriéndolo todos los argentinos. Con toda la búsqueda de equilibrios fiscales que se está generando, en 2023 va a haber un retroceso porque no se van a permitir hacer las cosas bien o como corresponde de cara a un año electoral. El “Plan Platita” está a la vuelta de la esquina y, de hecho, el kirchnerismo permanentemente está exigiéndole a su propio gobierno que siga emitiendo y que siga generando mayor cantidad de recursos para distribuir en la sociedad. Como si se generara de la nada y no se tuvieran que dar las condiciones para que eso suceda. El Gobierno está dispuesto a hacer cualquier cosa para llegar al año que viene y ganar las elecciones. Así que por eso es muy importante que Juntos por el Cambio no crea que las elecciones ya están sentenciadas, que el resultado ya está dado. Hay que ser muy inteligentes, estratégicos. Trabajar muy fuertemente en los planes de gobierno que vamos a ejecutar a partir del 10 de diciembre del 2023, si los argentinos nos votan, porque no va a haber ni un día para la improvisación ni para la discusión interna. Los planes tienen que estar consensuados y cada uno le pondrá la impronta, pero para ejecutar ya, no para discutir.
— ¿La suspensión de las PASO ya es un tema superado?
— Con el kirchnerismo siempre hay que estar alerta porque sigue al acecho para hacer trampa y cambiar las reglas de juego para sacar alguna ventaja. Así que yo no me relajo, aunque a medida que pasa el tiempo hay menos posibilidades. Pero nunca hay que relajarse con un claro enemigo de la institucionalidad y las reglas de juego claras como es el kirchnerismo.
— Cristina Kirchner insistió en el acto de La Plata acerca de la posibilidad de un acuerdo con la oposición. ¿Lo aceptaría Juntos por el Cambio para serenar la política y la economía?
— Lo primero que le recomiendo es que busque acuerdos en su propio gobierno. El Gobierno está estallado en mil pedazos y muchos de los problemas que está atravesando la economía tienen que ver con las marchas y contramarchas que generan ellos. Nosotros siempre hemos manifestado buenas intenciones para el diálogo y el kirchnerismo siempre te traiciona. El único ámbito de diálogo, que lo da la propia Constitución Nacional, es el Congreso de la Nación. Ahí dialogamos todo lo que quieran.
— Da la sensación de que tanto en el PRO como en Juntos por el Cambio siempre están al borde de una ruptura. ¿La unidad está garantizada?
— En diciembre de 2019 todos pensaban que Juntos por el Cambio iba a explotar, que el kirchnerismo iba a tener una vez más la posibilidad de hacer lo que quisiera con la oposición. Recordemos que hasta 2013 el kirchnerismo hizo lo que quiso con los distintos partidos de oposición que había. El PRO en ese momento siempre se mantenía firme votando en contra de las barbaridades institucionales que planteaba el kirchnerismo. A partir de 2013 se empezó a generar una coalición, se construyó en el 2015 y en el 2019 muchos pensaban que eso se iba a romper todo. Nos mantuvimos unidos, con muchas dificultades, pero entendiendo que la unidad era algo muy importante. Ganamos las elecciones del 2021, que eso también era fundamental para ponerle un freno al kirchnerismo. Y ahora va a haber discusiones, va a haber tensiones, algún codazo, alguna patadita, para ponerlo en términos futbolísticos, porque lo que se está poniendo en juego es una elección presidencial. Es lógico que cada uno tenga intenciones de ser el actor principal en esa contienda, donde está en juego nada y nada menos que ganar la Presidencia de la Nación, pero no hay margen para que alguien vaya por fuera del espacio. Además, todo Juntos por el Cambio sabe que la sociedad no nos va a perdonar que alguien se quiera cortar solo. Es muy importante mantenernos unidos y que nunca nos olvidemos que también somos el cambio. La unidad por sí misma no sirve, sirve para ponerle límites al kirchnerismo. Ahora, desde diciembre del 2023 nosotros tenemos que ser el cambio. El cambio que, de una vez por todas, tiene que llegar a la Argentina para dejar atrás tantos años de mucho dolor de nuestra sociedad.
— Ya hay encuestas que marcan una caída en la intención de voto de Juntos por el Cambio a raíz de las peleas internas. ¿Por qué no pueden tramitar sus diferencias de manera pacífica?
— Diferencias va a haber y discusiones va a seguir habiendo. Prefiero ser realista. Hay algo muy importante que han tenido el PRO y Juntos por el Cambio: frente a las diferencias pudimos solucionarlas muy rápido y hemos encontrado mecanismos de resolución de esos conflictos de forma muy rápida. Por ejemplo, lo que sucedió en el PRO hace pocas semanas (se refiere a la amenaza de Patricia Bullrich a Felipe Miguel), en algunas reuniones ya se solucionó y quedó claro. A partir de ahí, sabiendo que hay diferencias, intereses distintos, se sigue para adelante. Lo ideal sería no tener discusiones, pero es muy importante tener la capacidad de resolverlas de forma muy rápida y sincera.
— Usted fue uno de los primeros que condenó en Twiter el encuentro de Horacio Rodríguez Larreta con el dirigente de Santa Cruz Antonio Carambia. ¿Ese gesto, que tuvieron otros “halcones”, no rompe la tregua que se alcanzó en este desayuno de los líderes del PRO?
— No, una cosa es una tregua y otra es no poder hacer manifestaciones políticas. Esto fue una manifestación política. Recordemos que esos personajes, los Carambia en Santa Cruz, apenas se perdió el gobierno en diciembre del 2019 se fueron con el bloque kirchnerista. Más que se fueron, armaron un bloque propio y votaron todas las iniciativas que llevó adelante el kirchnerismo. Eso es una traición a la sociedad, a los argentinos. Y por eso hago mucho hincapié en que es importante estar unidos, pero que es más importante ser el cambio. Porque si no somos más de lo mismo. Siento que a partir de diciembre del 2023 los argentinos van a querer que haya un cambio profundo en nuestro país. Porque si seguimos queriendo quedar bien con todo el mundo, ser políticamente correctos, creer que más o menos acomodamos algunas variables y todo va a andar, lo único que estamos haciendo es condenar aún más a la sociedad. Si ya se probó de una manera, y no funcionó porque los índices así lo dicen, más de 40% de pobreza, indigencia, falta de inversiones, una inflación galopante, claramente el status quo funcionó mal. También puedo hablar hasta de estas leyes laborales que existen en la Argentina: ‘¿a quién benefician? La cuestión laboral es un tabú, pero si no modernizamos las leyes laborales los únicos beneficiados van a ser los chantas que están alrededor de los Moyano de la vida, los que quieren mantener el statu quo. Ahora, ¿nadie piensa en modernizar las leyes laborales para los que están trabajando? ¿En los millones de argentinos que están trabajando en negro? ¿O los millones de argentinos que no pueden conseguir trabajo o los jóvenes que no pueden desarrollarse porque no encuentran trabajo? Bueno, nosotros vamos a hacerlo. Eso claramente no lo representan esos dirigentes como Carambia que apenas se perdieron las elecciones, se pasaron de bando.
— Si las elecciones no están ganadas, como usted dice, ¿Juntos por el Cambio no debería pensar en abrir las puertas y captar dirigentes como Carambia en Santa Cruz? ¿Hay que ser muy purista o hay que ver de qué forma se puede ganar en algunas provincias aliándose a otros dirigentes?
— En el 2021 ganamos las elecciones manteniendo nuestra identidad y siendo amplios, pero sin resignar nuestra identidad. Hay mucha gente que se quiere sumar y que hay que sumar. Pero tampoco vas a sumar a quienes fueron aliados del kirchnerismo, que además fueron funcionales en el aumento de las retenciones y se sumaron a discursos que hicieron que se cierren las escuelas en la Argentina. Si nosotros como Juntos por el Cambio no somos los representantes del cambio a partir de diciembre del 2023 que genere la ilusión y que lleve adelante esa transformación en nuestro país, vamos a generar una gran decepción. Esta es una de las últimas oportunidades que tiene la Argentina para salir adelante. Soy muy pesimista en el corto plazo con nuestro país, pero soy optimista si la Argentina empieza el camino que llevaron adelante países que tuvieron crisis como la Argentina y que de un día para el otro decidieron retomar el buen camino, el camino de la seriedad, de los planes, de los programas, de las transformaciones. A lo mejor en el corto plazo te generan algún dolor de cabeza o alguna crítica, pero tenés que estar convencido hacia dónde hay que ir. Estas personas (por el Gobierno) están todo el tiempo pensando en el corto plazo a ver “cuál es la mía”. Y lo que hay que buscar es el mediano y largo plazo de una vez por todas en la Argentina.
— ¿Usted no coincide con el enfoque larretista de buscar el 70% de los apoyos en la sociedad para llevar adelante las transformaciones necesarias? ¿Se puede gobernar con menos respaldos?
— Si tengo que ir a buscar el acuerdo de los Moyano o de los Carambia porque son parte de ese 70%, digo que no porque ellos lucran con la desgracia de nuestro país. Tenemos que ir en búsqueda de dirigentes que quieran sacar el país adelante, pero para eso hay que romper el status quo.
— Usted está alineado con Mauricio Macri y participa activamente del proyecto presidencial de Patricia Bullrich. ¿Es doble lealtad no le traerá problemas si no se despeja la incógnita de qué va a hacer el ex presidente en materia de candidaturas en 2023?
— Mauricio es, sin dudas, el líder absoluto de nuestro espacio político. Fue jefe de Gobierno durante 8 años. Transformó la Ciudad de Buenos Aires. Generó una coalición. Fue presidente de la Nación. Hizo transformaciones muy importantes en nuestro país. Hubo otras cuestiones que no se pudieron solucionar, pero no tengo ninguna duda de que estábamos en el camino correcto. La situación de la Argentina era muy caótica y muy complicada. Ahora, el rol que hoy tiene Mauricio me parece muy importante para la construcción de acá al 2023.
— ¿Pero le gustaría que Macri fuera candidato presidencial?
— El rol que hoy está teniendo Mauricio es muy importante, y lo es mucho más que si hoy fuera candidato. Yo estoy trabajando para que Patricia Bullrich sea presidenta de la Nación. Patricia tiene la experiencia, la inteligencia, la audacia, el coraje, la fortaleza para encarar las transformaciones profundas que necesita la Argentina.
— ¿Qué haría si Macri se presenta como candidato a Presidente?
— Cada vez que le he planteado Mauricio si iba a ser candidato, él me dijo que hoy se siente muy cómodo donde está. Si cambia algo la idea de Mauricio, con Patricia seguramente nos sentaremos, charlaremos y nos pondremos de acuerdo. Yo estoy seguro de que Patricia va a ser una excelente Presidenta que genere el principio del camino que tiene que tomar la Argentina.
— Con un papel tan activo de Macri, es muy probable que si Juntos por el Cambio gana las elecciones él mantenga una impronta muy fuerte. ¿Esto no va a condicionar al próximo gobierno? ¿No va a ser casi como Cristina Kirchner monitoreando todas las medidas?
— La centralidad que hoy tiene Mauricio se la da la gente. Mauricio se fue con más del 41% de los votos y con el compromiso de no abandonar a los argentinos, el camino de la libertad que habíamos iniciado en diciembre del 2015. Quienes conocemos a Mauricio y su liderazgo sabemos que es totalmente distinto a este liderazgo enfermizo que tiene Cristina dentro del kirchnerismo. Mauricio es una persona sana que cree en los liderazgos alternativos, que disfruta en la construcción de equipos y que, además, siempre dice lo mismo: que tiene la experiencia de haber estado en la Presidencia de la Nación. Quienes quieren ser candidatos a Presidente es lógico que le pregunten sobre determinadas visiones, pero no hay nada que temer en una próxima Presidencia, ya sea de Patricia o de otro, porque su forma de ser líder no se lo permitiría.
— ¿Lo ve como un custodio de la línea de la oposición más que como un posible candidato?
— Él está siendo un custodio de para qué queremos volver a gobernar. Y, de hecho, puso el nombre de su libro de esa manera, “Para qué”. Pero es hasta que haya un próximo presidente, que ojalá sea Patricia Bullrich, del PRO, de Juntos por el Cambio. Hasta ahí va a llegar su liderazgo. Automáticamente desde ese momento lo va a asumir el próximo presidente. Creo que el lugar que tendrá Mauricio será de consulta. Bajo ningún punto de vista se meterá en las decisiones del Gobierno.
— ¿Cómo está hoy la provincia de Santa Fe?
— Está triste. Lamentablemente la han abandonado. A nivel nacional no hay ningún tipo de interés por dar una una lucha contra el narcotráfico en Santa Fe.
— ¿Por qué el desinterés en cuidar una provincia tan importante?
— Porque no tienen interés dar una batalla contra el narcotráfico en términos generales. Pero al mismo tiempo no hay obras de infraestructura. No hay coordinación entre la provincia y la Nación. Omar Perotti se preparó toda la vida para asumir el cargo de gobernador y asumió el cargo y nunca tuvo un plan. Prometió orden y paz y hoy Santa Fe es caos y terror. Yo vivo en Rosario y lo sufro mucho más porque la situación está totalmente desbandada. No hay control municipal ni provincial. La Nación está ausente. Lo más grave es que no hay ningún plan y, además, mucha tibieza por parte de las autoridades locales y de Perotti. También es un desastre lo que están haciendo en materia educativa. No es de un día para el otro este desastre, tiene clara relación con malas decisiones que se vienen tomando desde 10 años en Santa Fe, pero este gobierno empeoró todo.
— ¿Qué ejemplos existen del desinterés en combatir el narcotráfico?
— Hay casos emblemáticos de falta de decisión política para combatirlo. En 2017 se aprobó el nuevo sistema acusatorio a nivel federal. Se empezó a implementar en Jujuy y en Salta, dos provincias chicas para empezar a probarlo. Desde diciembre de 2019 está para que empiece en Santa Fe, pero nunca se tomó la decisión política de instrumentar el sistema acusatorio, que daría muchos más recursos, mucha más celeridad en las causas en la provincia. Hace tres años que está en un cajón en el Congreso y el Senado de la Nación no puso los nombres de la comisión para hacer el seguimiento de la instrumentación del sistema acusatorio. Falta el 30% de los cargos de jueces y fiscales que se nombren en nuestra provincia. Son jueces y fiscales federales que combaten al narcotráfico. No es que no podés combatir o que te están ganando una batalla. Es falta de decisión política. Y el kirchnerismo tiene falta de decisión política para combatir al narcotráfico.
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