La vicepresidente Cristina Kirchner recibió el pasado martes en su despacho del Congreso a Emilio Pérsico, líder del Movimiento Evita, con el fin de pactar una tregua política de cara a las elecciones del 2023.
Para el peronismo fue un encuentro inesperado. Y más teniendo en cuenta el historial de desencuentros que la Vicepresidenta y Pérsico venían manteniendo desde 2017, cuando el Movimiento Evita decidió hacer campaña para que Florencio Randazzo fuese electo senador por la provincia de Buenos Aires. En esos comicios, CFK quedó en segundo lugar, detrás de Esteban Bullrich, de Juntos por el Cambio.
Hoy, la necesidad de volver a trabajar juntos para mantener unido al Frente de Todos hizo que ambos decidieran terminar con el fuego amigo y empezaran a delinear un proyecto en común.
Del encuentro también participaron Mariel Fernández, intendenta de Moreno, y el diputado kirchnerista Leonardo Grosso. El tema de la inseguridad en el conurbano bonaerense se llevó la mayor parte de la agenda: hubo duras críticas a la gestión del ministro Sergio Berni y la jefa comunal aprovechó para pedir el envío de efectivos de Gendarmería a su distrito.
Otro punto que se analizó en el mencionado encuentro fue la discusión en relación a metodología para combatir la escalada inflacionaria. Mientras que Cristina Kirchner inisiste en otorgarles un bono, Pérsico se mostró alineado con la CGT y Alberto Fernández, que pretenden que cada gremio negocie su paritaria.
La reunión se produjo justo un día después de que una patota supuestamente vinculada al intendente Fernando Espinoza atacara en Isidro Casanova a militantes del Movimiento Evita. La misma ya contaba con el aval de Máximo Kirchner, con quien se había juntado hacía 15 días, acercamiento que se cristalizó con la participación de su agrupación en el acto que encabezó CFK en el Estadio Único de La Plata. Allí, todos corearon: “Cristina Presidenta”.
El alineamiento de Pérsico con el kirchnerismo tiene un objetivo claro: asegurarse que Cristina y Máximo le habiliten la boleta a su mujer, la diputada Patricia Cubría, para que enfrente a Espinoza en las primarias del año que viene por la candidatura a intendenta de La Matanza. Esto se da en un contexto donde la relación entre Máximo y Espinoza está en su peor momento.
Si bien desde los movimientos sociales dejan trascender que La Cámpora, rival territorial de la organización social, podría “caminar junto al Evita” el distrito más poblado de la provincia para desbancar al Barón del Conurbano; desde el entorno del diputado nacional le bajan el perfil al tema y recuerdan que el kirchnerismo y los diputados de La Cámpora apoyaban la derogación de las elecciones PASO.
Las dimensiones políticas del acercamiento entre Pérsico y Kirchner aún no están claras. ¿Debilita aún más a Alberto Fernández o no lo afecta? ¿Es una señal para que esta vez prospere la lista Patricia Cubría en La Matanza para enfrentarse a Fernando Espinoza? ¿Busca Pérsico que CFK deje de embestir contra la administración del Evita sobre los planes sociales cuando una causa judicial investiga incompatibilidades en el Potenciar Trabajo?
Desde La Cámpora y el Evita no responden esa y otras preguntas. En cambio, desde la organización social lanzan una frase: “El significado político es mandar un mensaje hacia el interior del Frente de Todos, evitar la confrontación interna”.
Seguir leyendo: