El presidente Alberto Fernández finalmente no viajará este jueves 24 a México, donde había sido invitado por su par mexicano Andrés Manuel López Obrador para participar una cumbre de líderes de América Latina de la que también iba a formar parte el mandatario electo de Brasil, Luis Inacio “Lula” da Silva.
La confirmación llegó de boca del propio López Obrador, quien hizo el anuncio luego de confirmar que también quedó postergada la reunión de la XVII Cumbre de la Alianza del Pacífico que se iba a realizar entre el 24 y el 26 de noviembre. La Alianza del Pacífico es un bloque creado hace 10 años que está conformado por México junto a Chile, Colombia y Perú. Ese cónclave se frustró porque el jefe de Estado peruano, Pedro Castillo, no recibió la autorización del Congreso para viajar porque afronta una denuncia constitucional por organización criminal, tráfico de influencias y colusión.
“No va a estar el presidente electo Lula, ni Alberto Fernández de Argentina, pero esta es la casa de los dos, somos muy buenos amigos y más adelante, seguramente, van a visitarnos”, amplió esta mañana AMLO, intentando despejar las versiones sobre el enfriamiento de la relación con Fernández y Lula, sobre todo después de la elección del brasileño Ilan Goldfajn como nuevo titular del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que se realizó el domingo en Washington. Argentina presentó allí a Cecilia Todesca como candidata y México, que en principio había descartado para el puesto a Alicia Bárcena, propuso para la competencia a Gerardo Esquivel, quien apenas reunió el 6,8% de los votos.
Luego de la primera ronda de votaciones en el BID para nombrar al sucesor del estadounidense Mauricio Claver-Carone, en la siguiente, con el apoyo clave de Estados Unidos y también de Argentina (que se quedó con tres ubicaciones importantes en el directorio), se consagró ganador a Goldfajn.
“Es mi amigo. Somos compañeros. Si estuvimos viendo lo del BID, pero no hubo acuerdo. Sin embargo, eso no significa ningún distanciamiento, ninguna diferencia”, señaló López Obrador.
Alberto Fernández, hasta ayer y pese a los problemas de salud que causaron alarma durante su visita a Indonesia en el marco del G-20, había planeado viajar tras la invitación que López Obrador, a quien considera uno de sus grandes amigos en el plano internacional, le hizo el 3 de noviembre. Según las recomendaciones médicas, el presidente argentino debía guardar reposo durante el fin de semana largo y su actividad fue reducida al máximo. Recién este martes por la mañana retornó a la Casa Rosada, donde mantuvo una reunión con el jefe de Gabinete, Juan Manzur.
A Fernández, durante su permanencia en Bali, Indonesia, le diagnosticaron una gastritis erosiva con sangrado que obligó a una internación durante casi seis horas y que puso en alerta a toda la comitiva que lo acompañaba en la Cumbre del G 20. Pese a esos inconvenientes, el jefe de Estado mantuvo los encuentros que tenía programados con el líder chino Xi Jinping y con la titular del FMI, Kristalina Georgieva. Y de allí se trasladó a España, donde se entrevistó con la vicepresidenta de ese país, Yolanda Díaz.
A su llegada a Buenos Aires, el jefe de Estado se recluyó en la residencia de Olivos y si bien el viaje al Distrito Federal demandaba largas horas de vuelo, hasta último momento se evaluó participar de ese encuentro en el que también iban a estar otros presidentes de la región como el chileno Gabriel Boric, el colombiano Gustavo Petro y el ecuatoriano Guillermo Lasso.
Precisamente con estos últimos tres, Boric, Petro y Lasso, López Obrador anunció que realizará reuniones bilaterales y que posiblemente a principios de diciembre puedan viajar a Perú donde los recibiría Castillo, a quien ha respaldado en varias oportunidades durante un mandato lleno de zozobras y acusaciones.
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