La Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento de la Cámara de Diputados se reunió este miércoles al mediodía para dar el puntapié inicial al debate sobre la extensión de las sesiones en el recinto.
En la última reunión de labor parlamentaria, previo a la sesión de la semana pasada, oficialismo y oposición advirtieron que a pesar de que se iban a discutir temas ampliamente consensuados, como la creación del registro nacional de deudores alimentarios o la Ley Lucio, el debate se iba a extender hasta horas de la madrugada.
Esta discusión no es novedosa. Las jornadas de debate que se prolongan por más de 20 horas son habituales en la Cámara de Diputados, especialmente en proyectos que generan fuertes diferencias y a raíz la paridad entre las coaliciones mayoritarias. En ese sentido, varios diputados señalaron que las jornadas tan extensas les impiden estar presentes durante toda la sesión o escuchar con atención los discursos de sus pares.
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Tal como detalló la presidenta de la comisión, Paula Penacca, hay cuatro proyectos con estado parlamentario que buscan regular la misma problemática. Los mismos fueron presentados por Silvia Lospenato (PRO), Dolores Martínez (Evolución), Emilio Monzó (Encuentro Federal) y la propia Paula Penacca (Frente de Todos).
La diputada oficialista abrió la reunión remarcando que se trata de un tema que “ha sido discutido en muchas ocasiones”. Pero hasta el momento no se ha logrado un acuerdo.
Silvia Lospennato (PRO) explicó que la duración de más de 20 horas de algunas sesiones “atenta contra el trabajo” de los diputados. Además, admitió que la extensión hasta la madrugada de los debates “hace más difícil el seguimiento de los ciudadanos”.
Las diferentes propuestas coinciden en que una vez que los debates pasen a cuarto intermedio deberán reanudarse al día siguiente sin que sea necesario volver a juntar el quórum de 129 diputados. En tanto, el proyecto de Lospennato proponía terminar a las 22, el de Penacca a las 22 y el de Monzó a la medianoche.
En tanto, también se evalúa la posibilidad de incluir alguna cláusula que brinde cierta flexibilidad para terminar con algún tema cuando falten pocos oradores o haya consenso político para extender la sesión.
El formoseño Fernando Carbajal reveló que tras haber ingresado en la Cámara de Diputados tras las últimas elecciones se encontró “azorado” por las malas prácticas legislativas. “Estamos legislando sobre cuestiones del sentido común. Es obvio que después de doce horas tenemos la cabeza quemada”, opinó.
Por su parte, el presidente del bloque del Frente de Todos, Germán Martínez, explicó que el problema no es el reglamento de la Cámara sino la dificultad para llegar a acuerdos políticos entre las principales fuerzas. “Es cierto que (el horario) lo podríamos definir en las reuniones de labor parlamentaria, es cierto que las reglas que ya están nos permitirían hacerlo”, reconoció.
Aunque también advirtió que la dilación de los tiempos y la inclusión de oradores suelen ser “recursos parlamentarios” utilizados tanto por el oficialismo como la oposición. En esa línea, pidió tener las consideraciones necesarias para que “el límite de horario no termine siendo un aliciente para estirar los tiempos”.
La única que planteó cuestionamientos explícitos sobre una eventual reglamentación fue Graciela Camaño, de Identidad Bonaerense, quien insistió en que el verdadero problema es la polarización política que impide llegar a acuerdos.
“Si seguimos reglamentando para autoproscribirnos incluso estamos tomando una decisión por alguien que va a venir. Nosotros somos circunstanciales. No nos tenemos que poner más autorregulaciones para ordenarnos”, concluyó.
La próxima semana los asesores parlamentarios de los diferentes bloques avanzarán con una reunión técnica para discutir detalles del texto y así despejar el camino para un debate político antes de que termine el año.
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