(Enviado especial a Bali) El auto oficial avanzaba por la avenida atestada de controles de seguridad y voluntarios con chalecos verdes. Adentro del vehículo con aire acondicionado estaban conversando Alberto Fernández, Sergio Massa y Juan Manuel Olmos. Diluviaba y el Presidente se dirigía al hotel The Apurva Kempinski para participar de la primera jornada del G20 de Bali. Tenía un sudor frío, imperceptible, que corría por debajo de su camisa blanca.
Cerca de las 10 AM (11 PM en la Argentina), el jefe de Estado se baja del auto oficial. Sería recibido por el presidente de Indonesia, Joko Widodo. Había parado de llover.
Cuando se despidió de Widodo, Alberto Fernández camino dos minutos por un pasillo adornado con las banderas de los países que integran el G20. Llegó a un espacio semi abierto, sin aire acondicionado, adonde se encontró con Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Te puede interesar: En la previa al acto de CFK, La Cámpora manda otro mensaje a Alberto Fernández por la mesa política del Frente de Todos
-Mañana nos vemos y tratamos el asuntos de los sobrecargos-, le adelantó el jefe de Estado.
-Sí-, le dijo ella con su sonrisa eterna de funcionaria global que atiende en Washington.
Alberto Fernández se despidió de Georgieva y mientras aguardaba la sesión de apertura se cruzó con el canciller ruso Sergei Lavrov, el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, y el presidente de España, Pedro Sánchez.
Los termómetros en Bali ya marcaban 33 grados.
El presidente argentino tiene muy buena relación con su colega español, y los dos conversaban distendidos antes de ingresar al impactante salón montado para las deliberaciones del G20.
-¿Te quedaste dormido?-, bromeó Sánchez cuando observó que Alberto Fernández cerraba los ojos en medio de la charla informal.
Sucedió en un segundo. Fue inconsciente. Una alarma natural que anunciaba el peligro.
-Nooo -contestó el jefe de Estado- un vahído.
Era cerca de la medianoche en la Argentina. Once horas menos en Bali.
Alberto Fernández se sentó con dificultad y le escribió al médico argentino Manuel Estigarribia, que estaba a cargo de su salud en esta gira por París, Bali y Madrid. No estaba bien: sentía mareos y como que le arañaban adentro del estómago
Te puede interesar: Cristina Kirchner y Alberto Fernández retomaron el diálogo tras la descompensación de salud que sufrió el Presidente
El presidente Widodo conoció la situación y desplegó su autoridad para socorrer al jefe de Estado. Un ambulancia estacionó en pocos minutos frente al hotel The Apurva Kempinski y a continuación trasladó a Alberto Fernández al hospital General Sanglah.
Budi Gunadi Sadikin, ministro de Salud de Indonesia, encabezaba la comitiva con el doctor Estigarribia, la portavoz Gabriela Cerrutti y el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello.
-Che. ¿qué hace Alberto que no viene? Ya están todos. Ahí llegó Biden-, le comentó el canciller Santiago Cafiero al ministro de Economía, Sergio Massa.
-Ni la menor idea -respondió Massa. Debe estar hablando por teléfono.
Cafiero no entendía la situación y empezó a chatear vía WhatsApp. Las respuestas eran esquivas.
Massa lo miró sorprendido y sacó su celular del bolsillo del saco. A él tambien le contestaban con evasivas.
“Vas vos con el discurso de de seguridad alimentaria y energía. Alberto está en el hospital”, le anticiparon al Canciller.
A eso hora, el Presidente, junto a Cerrutti, Vitobello y Estigarribia, ingresaban al hospital General Sanglah. Ya lo estaban esperando y fue trasladado a un cuarto para compensar sus mareos y preparar su endoscopía.
En la cumbre del G20, Cafiero leía el discurso del mandatario argentino, mientras que la comitiva no dejaba de preguntar a Cerrutti y Vitobello. La respuesta fue seca: Alberto Fernández había sangrado y los vahídos habían sido dos.
Esa información reservada llegó sin demoras hasta los oídos de Fabiola Yañez, que se encontraba en Roma para participar de un evento en contra del Bullying. Vitobello reveló la situación a la Primera Dama, y después el jefe de Estado se puso al teléfono.
Te puede interesar: Qué otros episodios médicos sufrió Alberto Fernández en los últimos años
Minutos más tarde, la Unidad Médica Presidencial emitió su primer comunicado sobre la salud de Alberto Fernández. “En el día de la fecha, el Señor Presidente de la Nación, Dr Alberto Fernández padeció un episodio de hipotensión y mareos. Por tal motivo se decidió realizar los estudios de diagnóstico de rigor a fin de preservar su salud y evitar complicaciones”.
Ese parte médico preocupó a la comitiva oficial y causó una sucesión infinita de especulaciones políticas en Buenos Aires. No era la primera vez que Alberto Fernández sufría estas crisis en su salud. Ahora había una diferencia esencial: era el Presidente.
Cuando los resultados de la endoscopía fueron analizados por el médico Estigarribia, se escribió el segundo parte médico. La información alarmaba: “En el día de la fecha el señor Presidente de la Nación, Dr Alberto Ángel Fernández fue evaluado medicamente, se diagnóstico una gastritis erosiva con signos de sangrado, recibió el tratamiento médico adecuado encontrándose en buen estado de salud y reanudando sus actividades con control médico”.
A las 17.45 (hora de Bali), Alberto Fernández tenía una audiencia oficial con Xi Jinping, líder del partido comunista de China. En ese encuentro se podían cerrar dos acuerdos beneficiosos para la Argentina, y el presidente no quería estar ausente.
La voluntad del jefe de Estado chocaba de frente con la recomendación de sus médicos. Para ellos había que acortar la gira y regresar a Buenos Aires. Alberto Fernández impuso su voluntad política y se reunió con Xi en el hotel Muliá.
El presidente le juró a los médicos que bajará sus niveles de stress, que se irá a dormir temprano y que la dieta a seguir ya no se llamará Alberto.
En Bali sucedió una crisis de Estado.
Cerca de la medianoche del martes en Bali, Alberto Fernández trabajaba en su cuarto para ajustar la reunión que mañana tendrá con Kristalina Georgieva en el hotel The Apurva Kempinski.
Después embarcará rumbo a Buenos Aires con escala en Madrid.
Seguir leyendo: