Los partidos del Frente de Izquierda-Unidad (FIT-U) están activos y lanzados a la disputa política y electoral hacia 2023, pero nuevamente tienen desacuerdos en los caminos a seguir. Cada uno de ellos concentra su energía en actividades por separado, con esfuerzos dispersos y cierta desconfianza en las estrategias políticas planteadas.
Este fin de semana, en un importante despliegue de estructura, el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) que encabezan los diputados Miryam Bregman, Nicolas del Caño y Alejandro Vilca convocó a “100 asambleas en todo el país” para reunir a la tropa propia, con la intención “coordinar el apoyo de todas las luchas, enfrentar el ajuste y construir una alternativa política socialista”.
“El objetivo es sumar a muchas de las personas que han votado a la izquierda en 2021, y que participan con nosotros en diversas luchas. Estamos teniendo un resultado buenísimo, es novedoso e inédito para la izquierda de este país”, indicó Bregman en diálogo con Infobae.
Una de las consignas principales de estos encuentros, que se desarrollan hace meses, apunta proponer al resto de las corrientes de la coalición -el Partido Obrero (PO), Izquierda Socialista (IS) y el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST)- un “gran encuentro nacional de trabajadores y trabajadoras” en un estadio, que sea “algo grande” para “terminar con la dispersión”.
En el FIT-U es reivindicado el duro conflicto salarial que tuvo el sindicato del neumático (SUTNA), conducido por Alejandro Crespo, que se identifica con el PO. En ese punto, hay un reconocimiento de que este sector debería ser una de las referencias del encuentro que se propone “derrotar el ajuste del FMI sostenido tanto por el gobierno como por la oposición de derecha”.
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“Tiene que ser un encuentro democrático de todos los sectores en pie de igualación, como son los trabajadores del Sutna, que son un ejemplo por romper con los techos salariales con la anuencia del Gobierno, junto a los trabajadores médicos residentes y concurrentes de la Ciudad o los trabajadores del Subte que luchan contra la presencia del asbesto”, agregó Bregman.
“Vamos a construir un polo alternativo y desafiar al peronismo y a la derecha desde abajo”, sintetizó.
En otro de los campamentos de la alianza, el jueves se presentó Celeste Fierro en los escenarios porteños de Groove como precadidata nacional por el MST. En junio pasado, y de manera anticipada, antes se habían lanzado Bregman y Vilca por el PTS para integrar una posible fórmula presidencial.
Aunque el MST como partido decidió animarse en 2021 disputar las PASO con listas propias, ganando con listas en algunos distritos, Fierro corre por detrás de otros candidatos del FIT-U. Aún no está definido si se presentará para una precandidatura para la presidencia, o algún cargo legislativo. En ese recorrido, la dirigente subraya un perfil “ecosocialista” y busca mostrarse como referente de la juventud.
“Este modelo de saqueo nos arrastra al desastre ambiental, social y político. Toda la política tradicional, gobernó y fracasó, ahora sumado a que atan el país a los designios del Fondo”, dijo durante el acto de este jueves. “Hace falta más izquierda para ser un freno al ajuste y al extractivismo, y a la vez para fortalecer un horizonte de transición a otra matriz de país, de sociedad, que incluye no depredar la naturaleza, porque no hay planeta B. Por eso en la calle y en las próximas elecciones, levantamos las banderas de la causa socioambiental y de la clase trabajadora”, completó.
Con un debate por la derogación de las PASO en retirada, a raíz de los desacuerdos internos del Frente de Todos, en el Frente de Izquierda dan por descontado que esas reglas de juego permanecerán. Sin embargo, el debate sobre si es más conveniente unificar en una sola lista o abrir a la competencia ya se está produciendo públicamente entre las corrientes. Es una discusión que se reedita en todas las elecciones.
Mientras el PTS y el MST manejan son más abierto a la disputa en las PASO, en Izquierda Socialista y el Partido Obrero son más refractarios a esa chance. El diputado Juan Carlos Giordano (IS) expresó que el acuerdo debe permanecer con listas únicas para “no dispersar los esfuerzos”, con una fórmula presidencial compuesta por el PTS-PO, y con la clásica rotación de bancas definida en comicios anteriores que evite el “hegemonismo” de un sector sobre otro.
En el PO, en cambio, rechazan de plano dar ahora cualquier tipo de definición electoral. Si bien el PTS plantea una convocatoria de un encuentro que impulse la “unidad de las luchas”, en la agrupación que encabeza el legislador porteño Gabriel Solano cuestionan la agenda electoral y se inclinan por postergar el tema a 2023. En sus últimas declaraciones, Solano criticó también a sus aliados por ser una “izquierda asimilada al régimen” con “permanentes guiños al kirchnerismo”.
Como contraparte, el PO saca pecho por los conflictos en la 9 de Julio por los planes Potenciar Trabajo, que dirige el Polo Obrero de Eduardo Beliboni, y la disputa salarial del Sutna, y propone construir “un movimiento popular con banderas socialistas”. En lo concreto, plantea un “congreso del Frente de Izquierda” para febrero o marzo, en el que se convoque a “toda la vanguardia de lucha para votar un programa y un plan de acción”. La diferencia con el “encuentro de trabajadores” del PTS es que se sugiere, en ese ámbito, abordar también la cuestión electoral.
“Un congreso abierto a miles y miles de luchadores, que debatan el impulso a las luchas y la participación también en la campaña electoral, sería un hecho inédito no solo en Argentina sino también a nivel internacional”, afirma el PO en un documento.
Gabriel Solano y a la docente y diputada nacional Romina del Plá fortalecieron un perfil como figuras nacionales en los últimos meses, con intensos recorridos por el interior del país. El legislador porteño estuvo en los últimos días en Córdoba, Salta y Tucumán. En la provincia norteña, ante miles de activistas en la Plaza Independencia, fustigó ayer contra el economista Javier Milei por concretar una alianza con el conservador Ricardo Bussi, hijo de Antonio Bussi, el ex interventor y gobernador de Tucumán condenado por crímenes de lesa humanidad durante la dictadura.
Con sus matices, todos los partidos trotskistas coinciden que “los fracasos” de Cambiemos y del Frente de Todos los colocan en un lugar expectante y de oportunidad para avanzar en apoyo político. Mientras que en el PO proponen avanzar en la “quiebra definitiva del peronismo que se ha transformado en una marioneta del FMI”, en el PTS hablan de desencanto hacia el kirchnerismo.
“Hay sectores muy enojados y desilusionados con este gobierno, que creyeron que iba a terminar con la herencia macrista y adoptó la deuda de Macri. El desafío de la izquierda es muy grande ante la presión de que el descontento sea canalizado por la ultraderecha de Milei”, evaluó Myriam Bregman.
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