(Enviado especial) Emmanuel Macron sabe qué sucede en la Argentina y preguntó a Alberto Fernández sobre el atentado fallido que sufrió Cristina Kirchner, cuando el cónclave bilateral recién iniciaba en el Palacio Eliseo. “Esperamos que la justicia avance y profundice la investigación”, contestó el Presidente a pocas horas de conocerse el pedido de recusación formulado por la defensa de la Vicepresidenta contra la jueza federal María Eugenia Capuchetti.
Tras la pregunta puntual sobre el ataque a CFK, Alberto Fernández y Macron iniciaron un debate que se concentró en la asunción de Lula da Silva y su impacto regional, la situación de Venezuela, la guerra en Ucrania y el papel de los organismos multilaterales para achicar las asimetrías entre los países pobres y las naciones más desarrolladas.
Ambos mandatarios rescatan la llegada de Lula al escenario global y creen que la suma de Brasil a una agenda más crítica del tablero internacional puede ayudar a cambiar políticas mundiales vinculadas a la economía, el panorama en América Latina, las acciones diplomáticas para terminar con la guerra en Ucrania y los objetivos que se proponen para atenuar las consecuencias del cambio climático.
Alberto Fernández y Macron utilizaron un tiempo importante del encuentro bilateral para analizar la situación de Venezuela. La guerra de Ucrania ha dotado de un valor geopolítico al petróleo que maneja Nicolás Maduro y el régimen venezolano empieza a observar signos de distensión tanto en Estados Unidos como en Europa.
Maduro viajó a la cumbre de Cambio Climático en Egipto y allí pudo saludar a Macron y John Kerry, representante especial de Joseph Biden para asuntos vinculados al medio ambiente. Si no hubiera una crisis energética causada por la guerra ilegal que Vladimir Putin libra en Ucrania, Macron y Kerry no se habrían sacado una foto con el sucesor de Hugo Chávez.
En este contexto mundial, el presidente de Francia aceptó la perspectiva que Alberto Fernández que tiene sobre la situación política de Venezuela. El jefe de Estado cree que los bloqueos económicas y las sanciones financieras contra el régimen de Maduro puede convertir a Venezuela en otra Cuba, y siempre ha instado a encontrar otras soluciones sobre la base de una negociación abierta y por etapas.
“Estoy de acuerdo con esa idea”, le dijo Macron al presidente argentino.
Las conversaciones diplomáticas se mantienen en secreto, pero en Estados Unidos se evalúa la posibilidad de sumar a la Argentina a las negociaciones que se desarrollan en México para avanzar en la transición democrática en Venezuela.
Macron apoya esa hipótesis de trabajo y Alberto Fernández mantuvo -en las últimas horas- dos diálogos telefónicos con Jake Sullivan, consejero de Seguridad Nacional de Biden.
Cuando terminó el tratamiento de la situación en Venezuela, el presidente argentino y su colega francés analizaron la situación en Ucrania. Alberto Fernández está muy preocupado por la seguridad de la central nuclear de Zaporiyia y por el eventual uso de armas nucleares tácticas que pueda hacer Rusia frente a una situación de debilidad bélica.
Desde esta perspectiva, el jefe de Estado se inclina por presentar una propuesta sobre seguridad nuclear en la cumbre del G20 de Bali, y luego avanzar con una hoja de ruta que permita un cese de hostilidades entre Rusia y Ucrania. Macron está de acuerdo con los objetivos planteados por Alberto Fernández, pero considera que no se puede mover por etapas en un momento decisivo del conflicto.
El presidente galo sostiene que se debería presentar toda la propuesta en el G20 de Bali, ya que allí estarán deliberando los principales actores del tablero internacional. El lunes 14 habrá una cena en Bali, y allí otra vez, Macron y Alberto Fernández -junto a otros líderes de África y Europa- plantearán la táctica apropiada sobre un plan estratégico que tiene plenas coincidencias.
Alberto Fernández y Macron tienen muy buena relación personal, y comparten sus gustos sobre literatura. El presidente prometio a su colega francés que llevaría un libro de Jorge Luis Borges, y cumplió con su palabra: en el Palacio Eliseo le entregó “El último prólogo”, en una edición ilustrada de cuatro idiomas.
Macron, que conoce la realidad política de la Argentina, le regaló una pluma Dupont.