“Estás metiendo mucha presión”, le dijo Mauricio Macri. “Yo no obligo a nadie. ¿O pensás que les pongo una pistola en la cabeza para que vengan conmigo?”, respondió Horacio Rodríguez Larreta. A solas, el ex presidente le hizo esta advertencia en tono crítico al jefe de Gobierno por su foto con 150 dirigentes de Juntos por el Cambio de todo el país, que graficó el apoyo a su proyecto presidencial. Ese diálogo tenso se produjo a mediados de septiembre, al día siguiente de esa impactante postal política, y marcó un quiebre en la relación entre ambos. Ya nada fue lo mismo desde entonces.
Eso explica sólo una parte de la feroz pelea en el PRO, que entró la semana pasada en una etapa de virulencia que debe celebrar Javier Milei porque da la sensación de que sumará una catarata de votantes si sigue el clima bélico en el partido fundado por Macri y en JxC. La otra parte surge de una Patricia Bullrich, empoderada por algunas encuestas, que en su combate con el jefe de Gobierno se siente ayudada por el ex presidente, aunque cree que éste podría ir por su “segundo tiempo”.
Lo peor estalló en los últimos días con el video que se viralizó en el que la titular del PRO amenaza con “romperle la cara” al jefe de Gabinete porteño, Felipe Miguel. ¿Quién lo hizo público? Fue filmado por alguien que sigue a sol y sombra a Bullrich, aunque no parece estar tan claro a quién benefició su difusión. En realidad, pareció favorecer a tanto a ella como a Rodríguez Larreta. Es cierto que Bullrich reforzó su imagen de indomable ante su electorado duro, aunque por fuera de sus simpatizantes quedó asociada con la intolerancia. Al larretismo le convino vincular a su rival con reacciones patoteriles, pero en las redes le apuntaron a Miguel por su “tibieza”. De todas formas, más allá de la autoría de la jugada, el episodio terminó perjudicando al PRO y a la oposición en general.
La dirigencia de JxC tiene que haber interpretado lo mismo y por eso se activaron las tratativas para descongelar las reuniones de sus principales referentes. Luego de dos meses sin los almuerzos organizados por Macri, el ex mandatario organizó un desayuno para este martes en su oficina de Olivos. De la misma forma, los presidentes de los partidos de Juntos por el Cambio lograron consenso para mantener el mismo día, a las 18, un Zoom de su Mesa Nacional, que tampoco se veía las caras desde hace 60 días. ¿Podrán frenar el clima de enfrentamiento de todos contra todos?
El “supermartes” arrancó complicado. Macri, preocupado por las divisiones internas, se enfrentó con una inédita resistencia de sus pares del PRO a ir al desayuno. Bullrich dejó trascender su malestar por la actitud del ex presidente, similar a la de un papá que reúne a sus hijos para retarlos: “Nadie me va a disciplinar”, dicen que fue su comentario ante sus allegados. Aun así, ya decidió asistir al encuentro.
Aunque no estaba entusiasmado, Rodríguez Larreta no puso en duda su concurrencia, pero la condicionó a que fuera la menor cantidad de dirigentes posibles. Lo consiguió porque los invitados al desayuno serían sólo 6: además de Macri, Larreta y Bullrich, María Eugenia Vidal, Humberto Schiavioni y Cristian Ritondo. A los almuerzos del PRO nunca fueron menos de 10 referentes del partido.
La reunión matutina impulsada por Macri -anticipada por Infobae- tuvo unas largas horas sin confirmarse justamente por el clima de rebelión que se desató en el PRO. “Están escurridizos”, le confesó el ex jefe del Estado a su entorno acerca de la suerte de mediación que encaró. En el larretismo sugieren que el alcalde porteño “se cansó” del juego ambiguo de Macri: diseñan sus estrategias sobre la base de que efectivamente lanzará su candidatura presidencial y hay decisión de diferenciarse de él y dejar en claro que Rodríguez Larreta competirá contra quien sea en las PASO.
La prueba más clara del estado de ánimo de Rodríguez Larreta fue lo que le dijo al periodista Eduardo Feinmann en LN+: “Hoy tenemos una mesa que conduce”, sentenció cuando le preguntaron si Macri era el líder de la oposición. ¿Son todos iguales?”, fue la repregunta. “Sí, tenemos una mesa en la que todos participamos”, sostuvo el jefe de Gobierno. Nada es improvisado en el discurso larretista.
Su desafío se completó cuando el periodista le recordó que “Macri promueve a Bullrich y a Jorge Macri”. La respuesta fue lapidaria: “Macri tiene todo el derecho de promover a quien le parezca. Hoy no veo que promueva a uno u otro. Acá somos un equipo y, más allá de lo que promueva Macri, lo que importa es lo que elija la gente, no lo que diga Macri. Vamos a una PASO”.
Rodríguez Larreta está molesto porque le habían asegurado que Jorge Macri, ministro de Gobierno porteño, se iba a reunir con Bullrich la semana pasada, pero que no iban a sacarse una foto para graficar el apoyo a la candidatura a sucederlo en la Ciudad. Estaba acordado de esa forma para no abrir las heridas de la interna del PRO en el distrito. Sin embargo, aseguran que ese mismo día el ex presidente llamó a su primo con una instrucción que movió el tablero: “Que haya foto con Patricia”.
Cuentan en su entorno que pocas veces se lo vio tan furioso. Por eso desconoció el liderazgo político de Macri en sus sugestivas declaraciones y, además, habló sobre los candidatos que podría lanzar el PRO porteño para competir con el radical Martín Lousteau por la Jefatura de Gobierno: desde sus ministros Fernán Quirós y Soledad Acuña hasta Emmanuel Ferrario, vicepresidente 1° de la Legislatura de la Ciudad. Pareció una devolución de gentilezas hacia los “halcones”: Macri y Bullrich multiplicaron los rivales de Diego Santilli para disputar la gobernación en la provincia de Buenos Aires: ya están anotados Cristian Ritondo, Joaquín de la Torre, Javier Iguacel y Néstor Grindetti.
La jugada que se prepara podría ser determinante en la interna del PRO: en la sede de Uspallata del gobierno porteño insinúan que cuando se solucione el conflicto salarial de los residentes médicos de la Ciudad, Quirós podría dar señales claras de que se postulará para suceder a Rodríguez Larreta.
Larreta y Macri también se disputan los aliados de la UCR: mientras el jefe de Gobierno ratificó su acuerdo político con Lousteau y encarriló su relación con el titular del partido, Gerardo Morales, el ex mandatario se acercó a radicales como Rodrigo de Loredo, Martín Tetaz y Gustavo Valdés. Los dos primeros pertenecen a Evolución, el sector de Lousteau, pero se muestran cerca de Macri. ¿Una picardía del ex presidente para meter una cuña entre Larreta y el senador de la UCR?
Además de coleccionar fotos con Alfredo Cornejo, su radical favorito, Bullrich profundizará su ritmo de campaña: el jueves próximo encabezará en Rosario la presentación de sus equipos técnicos de distintos lugares del país. Será otro paso para mostrar un armado nacional que equipare al de Larreta. También busca financiamiento para equiparar al famoso “aparato porteño”: en su visita del fin de semana pasado a Punta del Este, como contó el periodista Carlos Pagni, presidió una comida de recaudación de fondos organizada por Santiago García Calvo a pedido de Macri, su amigo personal.
Pero dos días antes, al igual que el jefe de Gobierno, tendrá el desayuno del PRO y la merienda de la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio, en un “supermartes” que puede terminar con una tregua o con una guerra más declarada aún. Es decir, con una mala noticia o un notición para Milei.
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