El congreso sindical con Cristina Kirchner organizado para el viernes próximo por Abel Furlán, titular de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), provocó algunos desacuerdos en el sindicato: la decisión es resistida por un sector de la Seccional Capital, liderada por Antonio Caló, y algunas del interior, que no asistirán o enviarán una delegación reducida en señal de protesta por “embanderar al gremio en el kirchnerismo”.
Sin embargo, desde el entorno del líder metalúrgico le restaron importancia al tema resaltando que es el Congreso de Buenos Aires y no de todo el país: “No tiene incidencia si va o no la seccional Capital y Córdoba”, expresaron.
El encuentro impulsado por Furlán, cercano a Máximo Kirchner, fue convocado originariamente como un congreso metalúrgico en Pilar para discutir la reapertura de las paritarias, pero en las últimas horas se convirtió en un acto kirchnerista, hasta tal punto que iban a ir sólo delegados y dirigentes y ahora la conducción de la UOM está pidiendo a las seccionales que “saquen” a los trabajadores de las fábricas para acompañar la reaparición de la Vicepresidenta tras el intento de atentado que sufrió.
Por eso el tema originó discusiones entre los integrantes de la comisión directiva de la UOM Capital, donde casi la mitad era partidario de no concurrir al congreso convocado por Furlán para evitar “quedar pegados” a la estrategia de Cristina Kirchner. Caló, su titular, pese a que no es kirchnerista, insistió en que debían ir para “respetar la institucionalidad” del sindicato, mientras que otro sector, encabezado por Roberto Bonetti, secretario adjunto, proponía directamente ausentarse.
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Caló pudo convencer a su segundo y a otros dirigentes de que debían participar, aunque en la seccional porteña de la UOM hay quienes anticipan que “mucha gente no va a ir” al encuentro.
En la misma sintonía, hay filiales metalúrgicas en el país que tampoco asistirán al congreso, como la de Bell Ville, en Córdoba, donde también hay resistencia a participar de “un acto político kirchnerista”.
Caló lideró la UOM nacional durante casi 20 años, pero fue desplazado el 22 de marzo por Furlán, titular de la Seccional Campana, quien consiguió el apoyo de la mayoría de las 54 seccionales en el congreso metalúrgico que debía elegir a las nuevas autoridades del sindicato.
Había diferencias de estilo personal, pases de factura por el atraso salarial y, además, discrepancias políticas: Caló es un peronista “clásico”, cercano a Alberto Fernández, mientras que Furlán, cercano al kirchnerismo duro, es el referente de una nueva generación que irrumpió en las principales seccionales de la UOM que se sienten más identificados con los gobiernos K que con el peronismo tradicional, como Daniel Daporta, titular de la Seccional Avellaneda; Adrián Pérez, líder de la Seccional Quilmes, y Diego Espeche, jefe de la Seccional San Miguel.
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Por eso Máximo Kirchner participó el 6 de abril del acto de asunción de Furlán y ambos compartieron un acto en Avellaneda con referentes de La Cámpora como el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro; la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, y la titular del PAMI, Luana Volnovich.
Furlán, además, criticó que la Confederación General del Trabajo (CGT) no haya dispuesto un paro con movilización para solidarizarse con la Vicepresidenta ante el intento de atentado del que fue víctima. La medida era impulsada por el moyanismo y la Corriente Federal de Trabajadores, que está alineada con el kirchnerismo. Estos sectores propusieron, además de una huelga general, marchar ante el Palacio de Tribunales para protestar contra la Corte Suprema, considerada como un símbolo de quienes “instalan el discurso del odio” contra la Vicepresidenta junto con los medios y la oposición.
Sin embargo, esa propuesta fue frenada por el sector que maneja la CGT (“los Gordos”, los independientes y el barrionuevismo) porque “podía contribuir a empeorar el clima político”, aunque el motivo de fondo era no sumarse a la estrategia política de Cristina Kirchner y La Cámpora.
Ahora, Furlán avanzó en su alianza con el kirchnerismo al transformar un congreso puramente sindical en un acto político de la Vicepresidenta. Hay seccionales de la UOM que lo apoyan en esta iniciativa, aunque, en medio de la crisis económica y una inflación que no se detiene, la decisión ocasionó malestar en algunas seccionales y agrandará la grieta interna en un sindicato clave.
Más allá del acto con Cristina Kirchner, la UOM reabrirá este miércoles la paritaria de este año, que cerró en marzo con un 45% de aumento y ante el alza inflacionaria se elevó al 65% en julio. Ahora, ante el desfase con el costo de vida y en línea con otros reclamos sindicales, la idea de los sindicalistas es tratar de acordar con los empresarios un incremento anual que esté más cerca del 100%.
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