“Conocemos las prioridades y sabemos hacia dónde vamos: rescatando la identidad y el orgullo de ser bonaerense, vamos a seguir transformando la Provincia”. La frase que el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, planteó esta semana ante militantes kirchneristas en el municipio de Olavarría podría ser parte de un discurso de cierre de campaña, aunque para las elecciones generales falte cerca de un año. Al igual que la oposición, el oficialismo está en plan de diseño electoral y la provincia de Buenos Aires para el Frente de Todos, para el kirchnerismo, será vital. La carta más firme es entonces el mandatario bonaerense Axel Kicillof, que ya puso primera.
Kicillof dice estar entusiasmado con el proyecto bonaerense, pero que su candidatura para la reelección forma parte de la decisión de un espacio, el Frente de Todos. Uno de los actores más importantes de ese espacio en la provincia de Buenos Aires, el titular del PJ Bonaerense, Máximo Kirchner, lanzó esta semana que “seguramente en Provincia”, será la candidatura del actual mandatario. Fue cuando se lo consultó por los o las postulantes que el Frente de Todos podía presentar a la presidencia en la elección del año que viene. La frase de Kirchner, durante el reportaje en El Destape, trajo un poco de alivio en La Plata, en la gobernación bonaerense, donde la charla se vio entera de principio a final. También para ordenar el mensaje hacia adentro.
En esa misma charla, Kirchner dijo que no veía a su madre, Cristina Kirchner, como candidata a presidenta del año que viene. Al otro día, Kicillof dijo sobre ese tema que “hay una voz”, que empieza a repetir “Cristina presidenta”. El choque de expresiones responden a una voluntad de deseo por un lado -que la encarna Kicillof- con un cálculo más estratégico, si se quiere, por el otro, que representa la visión de Kirchner; que también supo escuchar en sus últimos discursos públicos “Cristina presidenta”, de parte de la militancia. Tanto en el acto en Morón -que fue su reaparición pública tras el intento de magnicidio contra su madre- como en el acto en Plaza de Mayo por el Día de la Lealtad peronista, no se hizo eco de ese grito.
Hace algunas semanas, Kicillof terminó de recorrer los 135 municipios de la provincia de Buenos Aires desde que es gobernador. Un trecho que podría haber hecho con más velocidad si no hubiera existido la pandemia. Ahora, sin pandemia y con un clima más amable -temporada primavera verano- volvió a hacer algo con lo que el mandatario se siente cómodo: “Mateadas con Axel”. Se trata de recuperar la fórmula de campaña que le dio resultado en 2019, charlas en plazas y en cercanía con la gente. Este miércoles, el mandatario provincial dio el primer paso de un camino que supo transitar cuando recorría la provincia en el Renault Clio de su ex jefe de Gabinete, Carlos Bianco. Ahora no hay Clio y todo es con mayor despliegue logístico, aunque Bianco siga un poco al frente de este tipo de encuentros. Olavarría fue la primera parada.
En gobernación explican que la idea es que estos encuentros vuelvan a ser habituales. La idea era retomarlos con anterioridad, pero el intento de magnicidio contra Cristina Kirchner ajustó algunos protocolos de seguridad en lo inmediato.
“Tenemos la responsabilidad de explicar cuál es la disyuntiva para nuestro pueblo, lo que se plantea es si queremos a la derecha o queremos nuestros derechos”, fue otro de los pasajes de Kicillof durante su encuentro con vecinos en el Monumento al General San Martín, de ese distrito de la Séptima sección electoral.
Kicillof estuvo acompañado por quien probablemente será el candidato local del kirchnerismo en las próximas elecciones el Olavarría: el titular de la delegación local de ANSES, Maximiliano Wesner, que suele recibir al mandatario bonaerense cada vez que visita el distrito donde gobierna Ezequiel Galli, intendente del PRO que apuesta a la candidatura bonaerense del diputado nacional, Diego Santilli. Entre los objetivos de Kicillof está también apuntalar a los dirigentes que tienen que traccionar las listas del oficialismo en distritos donde el Frente de Todos no gobierna.
Es un pedido que también les hizo a los intendentes peronistas del conurbano la semana pasada, en una cumbre política que encabezó junto a Kirchner en La Plata. Allí se acordó que los jefes comunales de los distritos de mayor peso electoral a nivel nacional como La Matanza, Lomas de Zamora, Merlo, Avellaneda, Almirante Brown o San Martín enfoquen todos los cañones en sus distritos para asegurar un piso de votos “hacia arriba” que impacten, sobre todo, en la elección provincial. Cerca de Kicillof empiezan a decir que “no está asegurada”, la reelección y empezaron a encenderse algunas alarmas. Además de la macroeconomía, el internismo del oficialismo también le juega en contra.
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Kicillof les hizo, también, un pedido especial a los intendentes y es que “ayuden” a los dirigentes sin tierra. Él, por su parte, buscará marcar presencia en esos lugares donde el radicalismo o incluso el PRO tienen el control político y territorial.
Más allá de las estrategias y los caminos que se empiezan a transitar hacia una candidatura, el mandatario también da algunas señales desde la gestión de que hay que marcar presencia, con obras e inversión. Por ello, en el Presupuesto bonaerense 2023 que su ministro de Hacienda y Finanzas, Pablo López, presentó este viernes se definió duplicar el gasto total. Para este 2023, la administración proyecta un gasto de $6.9 billones de pesos, del cual el 8% -más de 500.000 millones de pesos- serán para infraestructura.
Porcentualmente, es el doble de que lo dedicará para pagar la deuda externa bonaerense, producto del acuerdo al que llegó con los acreedores privados en agosto del año que viene. En ese marco, los propios intendentes también se paran sobre las obras en vistas a las elecciones 2023 y es por eso que ya pidieron que el proyecto del Presupuesto bonaerense incluya una partida especial que se traduzca en un Fondo de Infraestructura Municipal. Una fuente de recursos de libre disponibilidad a repartirse entre los 135 municipios para obras no estructurales. El año pasado, este ítems se terminó incluyendo por 17 mil millones de pesos. En una reciente entrevista con Infobae, el ministro de Hacienda bonaerense no descartó su inclusión al texto presentado, aunque evitó precisiones de números. El proyecto del presupuesto bonaerense estima una inflación del 60%, en espejo a lo proyectado por el presupuesto nacional. Si el presupuesto se aprueba sin demasiados cambios, Kicillof tendrá la herramienta, también, para avanzar con su plan 6X6 que largó a finales del año pasado: una serie de políticas públicas a llevar adelante con fecha de vencimiento al 2027.
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