Mientras el Gobierno anuncia nuevos planes para comprar en cuotas, el peso argentino pierde cada vez más valor. Incluso el billete de mayor denominación alcanza, con el paso del tiempo, para menos cosas, un reflejo de la constante inflación que camina en dirección al 100% anual. La situación parece naturalizada por muchos argentinos, aunque también llama el análisis de otros, como el caso de Carlos Melconian que opinó sobre la realidad del país con el foco puesto en el poder adquisitivo: “El billete de $1000 vino para facilitar el manejo de dinero y ahora pasó a ser el de $100 de antes”.
La realidad está a la vista en programas como el Ahora 30, que buscan cuidar el poder de compra de los trabajadores, y el aprovechamiento de ‘ofertas’ y descuentos como el CyberMonday. En ese sentido, el economista volvió a comparar la situación nacional con las realidades de otros países: “Es un papelón, pensá que los billetes de mayor denominación son como mínimo, en cualquier país normal, de 50 dólares. Pero 100 dólares hoy sería un billete de $30.000 pesos, no tengamos vergüenza, digámoslo entonces. Serían $30.000 contra uno de mil, eso ineludiblemente en la carrera. ¿Y vos te crees que la inflación la produce el billete? De ninguna manera, yo recuerdo cuando pasaba con los de $1000 con el de $100″.
El país atraviesa una realidad económica apremiante y se ubica dentro de las más graves en todo el mundo. Según una medición de inflación alternativa desarrollada por un economista de la Universidad Johns Hopkins, Argentina ocupa el décimo lugar de inflación global en dólares.
En el esquema se compara la inflación nacional con la de Turquía, la cual se disparó a un 118% anual y la transformó en la cuarta más alta del mundo. El ranking publicado por un experto estadounidense esquiva los datos oficiales de cada país para tomar una canasta de productos propia y ajustar los avances de los precios según la variación del tipo de cambio en cada país, en particular en el mercado paralelo cuando existen controles de cambio, como en la Argentina.
De cara a las elecciones de 2023, muchos espacios políticos ya comienzan a poner el foco en cómo reactivar la economía y salir de esta situación. Entre las teorías más mencionadas figura la de un ‘shock’, sin embargo, Melconian opina cómo debería implementarse. “La Argentina no puede ser un país que pase del gradualismo al shock y si el gradualismo falló todos se vuelven locos por el shock. O ir por el shock y si falló todos digan que esto hay que hacerlo pero gradualmente. El anuncio es integral de shock y uno, abarcativo y en todos los frentes, y luego viene la implementación que habrá que estudiar en cada caso y cuya magnitud tendrá que ver con la herencia”, destacó el especialista en diálogo con TodoNoticias.
Pero más allá de estas posibilidades, el ex presidente del BCRA no se siente preocupado por cuál de las medidas se elegirá: “La verdad que lo que menos me preocupa es el formato en términos de shock o gradualismo, la idea shock o gradualismo no existió siquiera al comienzo del gobierno del presidente Macri, es todo una fantasía eso. Vos podías implementar al revés de lo que se hizo, shock fiscal con gradualismo monetario y se hizo exactamente lo contrario, pero nunca hubo la idea de si es un shock o gradualismo”.
Las esperanzas de revertir esta realidad están puestas en 2023, ya sea con un nuevo gobierno o que el actual ajuste el rumbo, sin embargo recién sería el comienzo de una nueva etapa. “Todas las reformas en el mundo se hicieron en 20 años, en 30 años, pero vos no podes decirle a los integrantes de la sociedad, de un país que lleva 12 años de estancamiento, que necesitas 20 años para reformarlo”, se sincera Melconian.
De esta manera, en cuanto a inflación y aumentos respecta, la quita de subsidios vuelve a estar en el ojo de la tormenta, ya que mucha gente vio aumentado el valor de los servicios. “Al final tienen que tomar medidas con las tarifas porque los subsidios no son eternos, al final tienen que mirar el desborde de los subsidios en los planes sociales porque no son in eternum. Que querer tener un control como corresponde en esas cosas no es hablar o sinónimo de ajuste ni mucho menos. Estamos en un punto de inflexión de Argentina”, sostuvo el economista.
Seguir leyendo: