Alberto Fernández se enteró en los últimos días de que el reconocido economista Joseph Stiglitz iba a viajar a la Argentina, donde participará de una charla en la Universidad Nacional de La Plata, en la facultad de Ciencias Económicas, le pidió a sus colaboradores que gestionen el armado de un encuentro.
Stiglitz, que ganó el Premio Nobel de Economía en el 2001, es un economista nacido en Indiana, Estados Unidos, que es conocido por tener una mirada crítica sobre los organismos de crédito internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Los colaboradores de Fernández activaron la gestión a través del ex ministro de Economía Martín Guzmán, que este lunes compartirá una exposición con Stiglitz que lleva un titulo directo y simple: “Estrategias para el desarrollo económico en un escenario internacional incierto”.
Guzmán, que se fue mal del gobierno nacional y cuestionado por el círculo de dirigentes más cercano al Jefe de Estado, se hizo cargo de gestionar el encuentro, pero decidió no acudir a la Quinta de Olivos, donde se llevó a cabo la cena en las últimas horas de este domingo.
El ex Ministro, al que en el peronismo siempre se le cuestionó la falta de cintura política, decidió no formar parte de la velada porque entendió que lo importante era el encuentro entre el Presidente y el Premio Nobel, y que su presencia iba a alterar, en la mirada de los medios, el impacto de esa noticia. Es decir, consideró que su presencia en la quinta presidencial iba a ser leída, en clave política, como una reconciliación con Fernández y que esa mirada iba a predominar por sobre los personajes centrales de la comida que son el Jefe de Estado y Stiglitz.
Stiglitz también participará este lunes de una nueva sesión de la Cepal, junto a su titular José Manuel Salazar-Xirinachs, el director de ese organismo en Buenos Aires, Martín Abeles, y las economistas Mariana Mazzucato y Gabriela Plump.
Junto al Jefe de Estado se alinearon el ministro de Economía, Sergio Massa; el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello; el canciller, Santiago Cafiero; el ministro de Ciencia y Tecnología, Daniel Filmus. También está presente la catedrática Mariana Mazzucato.
Cafiero cursó las invitaciones a los funcionarios de la Cepal, mientras que Guzmán se ocupó de garantizar la presencia de Stiglitz.
Sin embargo, en el círculo más cercano del ex ministro optaron por evitar los comentarios y remitieron todas las preguntas al Gobierno. “Es la agenda del Presidente”, afirmaron.
El eje temático del encuentro es la crisis económica global, que generó que países del primer mundo sufrieran aumento en sus niveles de inflación como consecuencia del impacto generado por la invasión ilegal de Rusia a Ucrania.
Obvio, la situación de la Argentina y de América Latina también fue eje de la cena que se sirvió en Olivos.
Stiglitz trabajó en la cátedra de Economía en la Universidad de Columbia, en Estados Unidos. Además, fue Vicepresidente del Banco Mundial y cuando ganó el Nobel de Economía, lo hizo por su análisis de los mercados con información asimétrica.
El Premio Nobel elogió hace poco tiempo, en un artículo que publicó, la recuperación de la economía argentina después de la pandemia y la deuda con organismos internacionales que heredó Alberto Fernández. En gran medida en ese proceso, que el Presidente defendió en el Coloquio de IDEA hace dos semanas, fue clave la figura de Guzmán.
El ex ministro de Economía reapareció hace algunas semanas en un congreso donde cuestionó el rol del FMI. Allí también compartió escenario con Stiglitz, con quien trabajó en la redacción de distintos papers antes de sumergirse en el Palacio de Hacienda, en lo que fue su primer paso por la función pública.
Antes de ir a Olivos el actual ministro de Economía, Sergio Massa, brindó una entrevista en la que dijo que ya llegó a acuerdos con 7 empresas y 4 cadenas de supermercados sobre el plan para fijar precios de bienes de consumo masivo, estampándolos en el packaging de cada artículo, pero rehusó precisar cuándo presentará y lanzará públicamente el programa.
“Me gustaría terminar de avanzar, esta semana y la que viene son importantes; pretendemos que sea un esquema de largo plazo y que la gente entienda que es un camino de esfuerzos, de esfuerzo fiscal, de acumulación de reservas, pero también de las empresas para bajar la inflación, que es lo que más lastima el bolsillo de la gente”, agregó.
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